•1:Sé mi esposo•

6.9K 784 566
                                    

Rubius
Estaba talando árboles para terminar de construir mi refugio, aún no tengo suficientes materiales para hacerme un hogar permanente, me quité el sudor de la frente y el árbol empezó a caer, miré de reojo y había un chico peliblanco con audífonos buscando algo en una mochila.

Rápidamente lo agarré del brazo y lo tiré fuera del alcance del árbol.

-¡Ostia!¡Que susto! -Lo mira- ¿Oso Yogi?

-¿Eh?¿Que coño? -Dije muy confundido-

-Eh, gracias macho -Se levanta- Que descuidado soy, lo lamento, soy Willy -Le estira la mano-

-Soy Rubén, pero dime Rubius -Le estrecha la mano-

-Uno de los nuevos, ¿Eh? Bienvenido a Karmaland -Dijo Willy tranquilamente-

-Muchas gracias

-Gracias a ti, por dejar que siguiera viviendo -Ríe-

Willy tenía los ojos más chinos del mundo, apenas podía ver de qué color eran pero seguimos conversando tranquilamente.

-Si tienes alguna duda, házmelo saber a mí o alguno de mis compañeros, ten un buen día.

Willy sonrió y se fue tranquilamente, tras conseguir madera vi la posición del sol, aún era temprano así que supongo que podré ir a la cueva por cosas antes de que la noche caiga.

Bajé a la cueva con mi pico al hombro y mi espada colgada en la espalda, mientras picaba vi al chico del otro día sacando materiales.

Tenía el cabello negro, iba con una armadura blanca y un semblante serio, el tío era guapo por donde lo vieses, se quitó la armadura y se quitó el sudor de la frente, al girarse vi sus ojos...morados brillantes.

Rubén...eres papa casada, calma.

Vegetta
Estaba sacando ciertos materiales de la cueva, pues mi casa aún necesitaba arreglos, mi plan de casa era ambicioso y casi imposible...pero para este muchacho lo único imposible es dejar de ser tan guapo.

A unos metros vi a uno de los chicos nuevos, aquel con la máscara rara, quise saludarlo pero se giró al verme y siguió en lo suyo.

No le di importancia, me fijé en la hora y ya pronto caería la noche, joder, ¿Tanto rato llevo aquí? Miré al "oso" y este seguía picando, ¿Sabrá la hora? ¡Bah! Venga, no soy su amigo para decirle que hacer, cada cual sabe lo que hace.

Avísale.

Suspiré y fui hacia él.

-¡Hey! -Dije tras él-

Rubius
Me quité un audífono y me giré pues alguien me tocó el hombro, ojalá no sea ninguno de estos bichos.

Sorpresa, era el chico de los ojos morados...¿También es guapo de cerca o soy yo?

-¿Sabes qué hora es? -Me dijo un poco serio-

-Pues no -Ve la hora- ¿¡Ya es tan tarde?!

-Venga, hijo, te acompaño arriba, no será que te pille la noc—-

Una flecha quedó entre ambos, miramos a nuestro costado y habían cinco arqueros dispuestos a matarnos.

Por instinto saqué mi escudo y me puse frente al desconocido quien rápidamente sacó un arco y yo mi espada.

-Más te vale saber pelear, oso -Dijo preocupado-

No sé pelear.
Igualmente pudimos matar a los bichos esos, salimos rápido de la cueva, con tropezones y temor de que nuevos monstruos aparecieran. Al llegar a la superficie estaba medio agitado, más que por el estado físico es la emoción de haber derrotado a esos mierdas de abajo.

-Creo que no nos presentamos formalmente el otro día -Dijo el azabache acomodándose el arco- Soy Vegetta

-Yo ahm, ¿Acaso nadie dices sus nombres en este pueblo? Acabo de encontrarme con un tal Willy y dudo que sea su nombre real -Dije confundido-

Vegetta me miró con expresión rara y empezó a reír, se secó una lagrima imaginaria y me miró.

-Bueno, un héroe deja su vida personal algo lejos, ¿No? Para eso los nicknames -Dijo Vegetta cruzándose de brazos mientras sonreía-

No había error en ello.

-Vaaaale, entonces soy Rubius -Dije apuntándome-

Vegetta me acompañó hasta mi casa pues aún soy débil para pelear solo, me dejó en mi puerta y se fue con su armadura puesta.

Que gente mas amable.

Auron
-¡VÁYANSE YA, BICHOS DE MIERDA! -Dije corriendo-

Mientras corría agarraba mi casco que tenía en la cabeza, con tal que no se cayera. Veía flechas pasar por mi lado rápidamente y trataba de esquivarlas.

Pero tropecé con una roca y caí boca abajo, me giré adolorido y una horda de bichos se me acercaba.

Una flecha le dió a uno en la cabeza y cayó frente a mi, me levanté y me di vuelta, ahí había un chico castaño con un arco preparando su próxima flecha.

-¡Ponte detrás mío! -Dijo lanzando flechas-

Le obedecí y me puse detrás de él, miré mi mano y sangraba un poco, me quejé y ambos corrimos a un lugar seguro.

-¡Uff! Estuvo cerca -Lo mira- ¿Estas bien?

-Ehh...nada que no pase -Dije pasándome la mano por la ropa- Estaré bien

Él sacó de su mochila unas vendas y me vendó la mano, luego me entregó una botella con agua.

-Te quitas la venda después y te lo limpias -Dijo el chico sonriendo- Venga, te acompaño a casa.

Él iba con una antorcha en mano mientras caminábamos.

-Gracias...-Dije tímido-

-No hay de que, soy Luzu by the way -Dijo mirándome de reojo-

-Auron

Llegamos a mi casa y él me dió algo de comida, lo miré y me sonrió.

-Hasta mañana, duerme bien y revisa esa herida, adiós Auron

Y se fue rápidamente para esquivar los monstruos.

¿Puedo hacerlo mi esposo?

Quiero darte tanto amor. [Rubegetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora