Advertencia de contenido: food sex (?
Erick suspira desde su escritorio sin ponerle atención a su computadora, porque es más interesante mirar a Joel.
Está sentado en su sillón, comiendo un helado.
Tiene que concentrarse en hacer la lista de invitados para su boda, pero no logra ignorar lo que pasa frente a él.
La lengua del rizado pasa por la punta de su cono, y ladea la cabeza, relamiendo sus labios.
—Joel —dice levantándose y él lo mira poniendo atención— ¿Quieres trabajar hoy en lenguaje?
—Sí —responde rápido y vuelve a hundir su lengua en el helado.
Erick se sienta junto a él.
Está pasando mucho por su mente, pero no tiene idea de cómo explicarle.
—Joel —repite planteándose lo que hará.
No está bien, pero lo necesita.
El rizado observa algo confundido como se desnuda frente a él y sus mejillas se colorean como siempre que sucede.
—¿Mande?
—¿Tú quieres que me sienta bien?
—Sí —susurra mirando sus labios porque se acerca.
—Quiero que hagas algo por mí, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
Erick agarra su mano y la dirige a su trasero.
—A mí me gustaría que me hicieras lo mismo que le haces al helado, justo acá.
Joel entrecierra los ojos tratando de procesarlo.
—¿L-Lamo?
—Sí.
—¿Y si lo hago mal?
El ojiverde agarra el helado que tiene en la mano y señala el piso.
—Levántate.
Cuando lo ha hecho, se da cuenta de que es peor de lo que creería cualquiera.
Se arrodilla en el sillón y frota el helado contra su agujero.
—¿Lo puedes comer de ahí?
Joel tiene los labios entreabiertos, pero asiente un poco avergonzado.
Le apena.
Siente que no debería, pero quiere que Erick esté feliz.
Se agacha y pone con cuidado su lengua en el helado, lamiendo un poco.
Jadea cuando escucha a Erick soltar un gemido.
Ese sonido le gusta, pero solo suele obtenerlo cuando está metido en él.
Mueve la boca más adentro y lame, sintiendo un cosquilleo en su entrepierna.
Le gusta.
Abre un poco más el agujero con sus dedos y frunce el ceño, alejándose un poco.
—Hay adentro —le avisa preocupado y Erick voltea, aun masturbándose.
—Tienes que chupar.
—Oh...
—Limpia todo, por favor.
Joel mira su pene y lo tiene duro, así que hace un puchero.
—Cuando acabes, puedes entrar, Joey.
Eso lo anima.
Vuelve a meter su lengua hacia los bordes y chupa abriendo sus nalgas.
Erick se empina moviendo más rápido la mano que tiene en su pene.
Ahora tiene muchas otras ideas de como enseñarle a mejorar en la cama, y el placer no le deja concentrarse en lo horrible que es lo que está haciendo con Joel.