07

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Erick mira su teléfono unos segundos, en el auto que el presidente ha mandado para él como todos los días.

Su novio, lleva ya tres meses fuera del país, y quiere creer que esa es la razón por la que ha iniciado lo que sea que tiene con Joel.

No está bien.

Se lo repite todo el tiempo, pero sigue volviendo a lo mismo.

—Erick —escucha la voz de Chris cuando ya ha respondido a la llamada.

—Dime, rápido porque estoy camino al trabajo.

—Amigo, estuve revisando tus exámenes, el chequeo general que me pediste para tu boda... y, ¿hace cuánto no ves a Abraham?

—¿Por qué?

—Porque tu análisis de sangre me dice que esperas un bebé.

El ojiverde suelta el teléfono, pero lo pega a su pecho antes de que llegue al suelo.

—¿Q-Qué?

—Es reciente porque no tuviste síntomas, y tienes una ecografía que te hice para presentar tu historia médica al trabajo, pero no veo nada ahí.

Erick intenta respirar profundo, pero no puede, y el carro estaciona en la puerta de la casa.

—Joven Erick, ¿está bien?

—Sí —responde rápido y vuelve a llevar el teléfono a su oído— voy a llamarte después, Chris, t-tengo que trabajar.

Sus pasos se apresuran para entrar y sabe que no va a poder concentrarse.

No puede tener un bebé de Joel.

Joel es pequeño mentalmente, es una responsabilidad que nunca entenderá, sus padres podrían denunciarlo por eso.

Puede sumarle que es hijo del maldito presidente.

Siempre ha sido cuidadoso por eso.

Nadie lo entendería, no podría justificar de ninguna manera lo que estuvo haciendo, pero se arriesgó por una sola razón.

Joel le gusta.

Está cansado de negarse a eso, y debería tomar una distancia.

Abraham ya va a llegar y no habrá mucha diferencia de tiempo, nadie tiene por qué saberlo, Chris es su mejor amigo y lo puede cubrir.

Si se acuesta con él apenas regrese...

O se hace un examen y es un bebé de los primeros acostones, puede fingir que lo hicieron antes de que se fuera.

Si lo piensa bien, estará todo como siempre.

—Erick —dice Joel cuando abre la puerta y el ojiverde se acerca al ver que ha estado dibujando.

—¿Eso qué es?

—Te dibujé mi corazón —responde feliz y se levanta para dárselo.

Erick sabe que tiene que ser más duro o Joel lo arruinará.

Se ha ido saliendo de sus manos, y cada vez es más intenso.

—No quiero tu corazón —suelta arrugando el papel y va a su escritorio.

Se sienta y agarra el lapicero que tiene en la mesa, para empezar a revisar sus papeles para la clase.

Lo golpea nervioso contra la mesa.

Necesita pensar y Joel justo ahora está estorbando.

—Quiero darte mi corazón —insiste acercándose a él, luego de recoger su dibujo del suelo.

—Joel, ve a sentarte.

—Erick, no estés molesto.

—¡No es un buen día, ve a sentarte! —grita perdiendo la paciencia— me estresa cuando te pones así, eres un niño tan estúpido.

—¿Y-Yo?

—No quiero tu dibujo, ¿tan difícil es entenderlo?

—Me estás gritando —responde haciendo un puchero, con su labio inferior temblando porque va a llorar.

—Solo te veo —susurra bajando la mirada— pienso en lo mucho que me he equivocado estos meses, y no sé que hacer.

—No me quieres —balbucea con sus lágrimas deslizándose por sus mejillas.

—No, Joel, no te quiero, y te pido que me obedezcas, por favor, porque...

Erick mira la puerta preocupado porque sale corriendo.

—Joel —le llama, pero no le obedece— ¡Joel!

Lleva sus manos a su cabeza y se apoya en el respaldar.

—Maldita sea —susurra cerrando los ojos porque sabe lo que hacen los niños cuando alguien los hiere.

Disorder || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora