Joel está muy atento a lo que ve en la pantalla de su televisor, y sus mejillas enrojecen cuando sucede algo que él suele hacer con Erick.
El hombre en la pantalla lleva a la mujer a la cama y se asusta cuando su mamá le pone pausa a lo que ve.
—Joel —dice a modo de regaño.
—¿Mami?
—Deberías estar viendo Disney.
El rizado asiente desanimado.
Él se da cuenta.
Aunque su mamá no lo dice directamente, ella intenta decir que no puede hacer cosas de adultos, y él ya está grande.
Sabe que es especial, se lo repiten todo el tiempo, pero a veces, se frustra.
—Mamá, ¿ellos son amigos? —pregunta ladeando la cabeza.
—No, ellos son novios.
—¿Novios?
—Los novios se besan, los amigos no.
—¿Los amigos no? —susurra con confusión, frunciendo el ceño.
—Pero eso no debería preocuparte, tú eres un hombrecito especial, y no necesitas de una pareja.
—¿Por qué?
—Aún no es tiempo —responde ella tratando de evadir el tema.
—¿Y cuándo será tiempo?
—Joel, tú no deberías pensar en cosas así —dice levantándose y agradece el ver a Erick entrando a la sala.
Le sonríe y camina hacia él, agarrando su brazo para llevarlo a la biblioteca.
Erick la mira confundido, porque cierra la puerta.
—Señora Patricia...
—Hoy tengo que hablarte antes de que comiences la clase, porque acabo de ver a Joel viendo una película en la que había una pareja.
—Oh... claro, puede decirme.
—Tú sabes que mi Joel es especial.
—Lo sé —responde tranquilamente.
—Y mejor que nadie comprendes que él no tiene la capacidad mental para enamorarse, ¿verdad?
—Él puede —la corrige el ojiverde soltando un suspiro— pero el amor que siente en el nivel cerebral que le corresponde, es pasajero; justamente como un niño al que le gusta alguien, no es capaz de comprometerse, o de... formar un lazo que perdure en el tiempo.
—¿Y respecto a lo sexual?
Erick se atora con su propia saliva y se aleja tosiendo un poco.
—Erick, querido —insiste ella— él nunca podrá tener una vida normal, ¿verdad?
—Es una contradicción fuerte —dice luego de respirar profundo— mentalmente no va a comprenderlo bien, pero físicamente tiene necesidades como cualquier hombre.
—Hay niños que logran amar y dura, ¿lo debería tener en cuenta?
—Quizás —responde mirando el suelo— e-es complicado, no soy de plantearme esto, porque mis estudios están dirigidos a ayudarlo a desarrollarse solo académicamente.
—¿Nunca te ha preguntado a ti algo respecto a esto?
—No, señora.
—Me asusta que siga interesado en cosas de adultos, por él es mi bebé, y yo no permitiría que alguien rompa la inocencia que tiene.
—E-Entiendo.
—Él no puede salir con alguien porque no es capaz de estar en su nivel, y esa persona estaría aprovechándose de su problema.
—Lo sé —dice con un nudo en la garganta— lo sé muy bien.