09

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Aunque no ha sido complicado demorar para tener un motivo para quedarse en casa, es imposible encontrar una justificación a estar dentro de la cama Joel.

Por eso, Erick está nervioso.

Mira la puerta asegurada, y se pregunta que tan complicado sería para ellos, tener una llave.

—¿Tu mamá suele venir en las noches?

—No —responde moviendo la cabeza negativamente.

—¿Nunca?

—Se lo pedí —dice jugando con sus dedos— e-es que no soy tan pequeño, y me hace sentir como si lo fuera.

—No, no eres pequeño —susurra agarrando su rostro— pero quiere cuidarte, y yo lo comprendo.

—Me hace sentir mal.

El ojiverde se acomoda bien y suspira, acariciando sus manos.

Si hay algo para lo cuál se ha preparado durante su vida, es para ayudar a personas como Joel, y por eso, sabe que es aún peor lo hace.

Conoce perfectamente las deficiencias de Joel, y de cierto modo, es un alivio saber que no se podrá involucrar sentimientos.

Joel no podría ser capaz de amarlo, más allá de una ilusión.

Quizás por eso, también su mente trabaja intentando alejarlo de algo que él sí podría sentir.

Estaría tan mal.

—Nadie tiene la intención de hacerte daño, pero a veces, es complicado saber cuál es la línea en tu mente que separa lo que se puede y lo que no se puede hacer; tu mamá, intenta trazarse una, y falla de vez en cuando, puedes entenderlo, y comunicárselo.

—¿En qué parte de la línea estás tú?

Erick baja la mirada apoyándose en la almohada y alza los hombros sin tener una respuesta.

—¿Dónde me tienes, Joey?

—Acá —susurra tocando su corazón.

El ojiverde puede notar sus ojos brillando con la luz de la lámpara y sonríe ligeramente.

—Es normal que me quieras, yo te enseño cosas, y hablas conmigo más que con nadie, tú aprendes de mí y yo aprendo de ti, así que te quiero también; es imposible no quererte.

—Erick.

—¿Sí?

—Te amo —dice más seguro con las mejillas rojas.

—No vamos a confundirnos, mi amor —responde acercándose a sus labios— no de esa manera, ¿está bien?

—¿Por qué?

—Porque si yo no mantengo la cordura, estaré tan jodido...

—Mala palabra —le avisa cubriendo su boca con las manos.

El ojiverde se estira y le da un beso pequeño, que Joel corresponde al instante.

Es lento.

Apenas mueve su lengua tratando de ser cuidadoso y suspira cuando se tiene que alejar para tomar aire.

—¿Podemos...?

La pregunta de Erick se queda en el aire cuando ve que se levanta y trae dos ositos.

—Yo duermo con uno porque me asusto a veces, y este es para ti, porque siempre me dices que tener miedo no debe avergonzarnos.

El corazón del ojiverde se acelera y sonríe agarrando el osito, quiere evitar formar un lazo con Joel y lo reemplaza con sexo, pero quizás puede bajar la guardia, solo una noche.

—¿Y si te abrazo a ti, Joey?

Joel asiente acostándose a su lado, y esconde su rostro en su cuello, cubriéndose bien.

—Me cuentas una historia.

—Claro que sí.

—¿Vas a hablarme hasta que tenga sueño?

—¿Eso quieres?

—Sí —responde soltando un suspiro— quiero estar contigo siempre, Erick.

Disorder || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora