Capítulo 14🌘

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DIFUNDIENDO PALABRAS

Había pasado exactamente un mes y medio desde ese día, por supuesto, Kirishima no se había quedado tranquilo pues las palabras que Katsuki dijo en ese entonces aun resonaban en su mente como un dejavú

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Había pasado exactamente un mes y medio desde ese día, por supuesto, Kirishima no se había quedado tranquilo pues las palabras que Katsuki dijo en ese entonces aun resonaban en su mente como un dejavú.

Besar.

¿Besar?

Demonios, era algo que picaba la curiosidad de Eijiro y lo sabía bien.

"Vamos, Bakugo" eran las palabras que repetía una y otra vez hacia el otro pues realmente era algo terco, más de lo que debería, tal vez.

Había estado viviendo en la casa del rubio, sin embargo, Bakugo sintió que de alguna manera la estadía de Kirishima había sido suficiente, no quería mortificar mucho a sus padres y quería ganar tiempo para traerlo de nuevo después de algunas semanas, era un plan calculado a la perfección. Eijiro estaba habitualmente viviendo con Ochako Uraraka, la chica, como anteriormente había dicho, estaba más que dispuesta a recibir al hijo de la luna en su hogar, era una idea brillante considerando que ella sabía bien el gran secreto detrás de aquel chico.

En ése preciso momento, Bakugo iba caminando hacia la casa de la chica, era temprano y debía recoger a Kirishima para entrenar, esa actividad se había vuelto algo bastante común entre los dos, para sorpresa del rubio, el otro aprendía demasiado rápido; tenía bastante agilidad y brutalidad, totalmente lo que se necesitaba en un entrenamiento.

Le había enseñado todo lo que sabía y aquello fue una gran idea pues, si bien era cierto, Kirishima había nacido con un don para las peleas, era extravagante.

Bakugo sacudió la cabeza sacándose al pelinegro de la mente, demonios, últimamente era demasiado difícil no hacerlo, el chico había estado jodiéndolo todo ese tiempo y de ratos se arrepentía por haber soltado aquellas palabras hace cuatro semanas.

Aunque, mierda, cada vez moría más, necesitaba contacto, contacto físico; físico.

El físico de Kirishima.

Esa era una de las razones por las cuales necesitaba a Kirishima fuera de su casa, el chico, por supuesto, gracias a los entrenamientos había adquirido una linda figura, por alguna extraña razón su cuerpo era más duro y grueso que el suyo, y eso llamaba su atención a niveles críticos, no tenía ni idea de a quien agradecerle por el hecho de que Kirishima fuera despistado.

—Idiota. —Susurró para él mismo antes de llegar a la puerta de Uraraka, ni siquiera se dio cuenta en qué momento había llegado, increíble. Antes de dar suaves toques a la puerta de madera, sus ágiles oídos pudieron distinguir unas risas del otro lado del muro, eran, voces de chicas.

¿Acaso había alguien más adentro?

Sin pensárselo mucho, retrocedió lo suficiente para volver a realizar la patada en la puerta y abrirla de un solo movimiento.

Hijo de la Luna || KiriBaku || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora