10. La inminente guerra.

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Catra no le importaba exactamente donde estaba y que tenía que hacer. Literalmente paso varios minutos tratando de que la alegría dominara cada vez más a la pequeña Aratra. Aunque Catra necesitaba comer y tomar algo, además de descansar. Esa conexión que logro con la pequeña le hizo olvidar su alrededor, en lo única que podía pensar era en darle algo a Aratra que a ella misma le costaba sentir... Quería que Aratra disfrutara de lo que es el sentimiento de alegría que tanto le falto a Catra en su infancia. Pero todo tiene que acabar en algún momento.

- H-Hola.

La voz se escuchó algo insegura. Pero esa voz saco a Catra de su conexión con la pequeña y al volver la vista en dirección al origen de la voz, se encontró con alguien que le hizo sorprenderse por completo.

- ¡Entrapta! -dijo algo confundida la felina. - ¿P-Por qué estás aquí?.

- Bueno -su tono de voz sabe muy bien lo que acaba de ocurrir, pero trata de ocultarlo... Siendo pésima en el intento. - La única que no tiene idea del refugio eres tú y, como soy la que diseño el refugio, es mi deber de enseñarte un poco del lugar.

- Ya veo -trato de levantarse, lo logro, pero con algo de dificultad, enserio que apenas tenía fuerzas para seguir.

Catra por fin empezó a ver a su alrededor, la entrada del refugio no había gran cosa, solamente era un largo pasillo sin nada especial que no fuese las luces provenientes de las paredes.

- ¿Enserio este es el lugar donde Aratra y yo vamos a pasar? -se volteo por completo en dirección a Entrapta, mientras mecía a Aratra.

Entrapta iba a responder, pero al ver lo que carga Catra, se acercó y no pudo evitar fijar su atención en Aratra.

- ¿Te lo vas a comer? -cuestiono mientras se interponía en el campo de visión de Aratra y acercaba un poco de su cabello donde Aratra.

Aratra observo con gran curiosidad a Entrapta, le dirigió una pequeña y tierna sonrisa y agarra el cabello.

- ¡¿Qué?! -Catra se alejó un poco de Entrapta. - Esto no es comida.

- ¡¿Eeeh!?, ¿algo diminuto que no se puede comer?, pensaba que eso era imposible.

- ¿Acaso nunca has visto una bebé? -la extrañes en su voz se nota desde muy lejos.

- ¡Ooh! Entonces, así es un bebé -aún tenía la mirada en la pequeña y nuevamente volvió hacer lo mismo que antes, pero, esta vez le intereso el color de ojos de la pequeña. - Que curioso, tiene el mismo color de ojos que ti.

- Sí... Cuando la saque de la nave los tenía variando de diferentes colores, pero, creo que le agrade, porque desde que hicimos contacto visual ella decidió tener mi mismo color de ojos.

- ¡Oooh!, ¡Que tierna! -dijo con una pequeña sonrisa y soltando su cabello de la mano de Aratra.

Catra nuevamente se alejó un poco de Entrapta.

- Creo que deberías de olvidarte de la pequeña -dijo está vez algo molesta. - Creo que sabes muy bien lo que dije antes a todas ustedes, así que... Sólo enseñame el lugar y luego te largas.

Todo sentimiento de alegría desapareció por completo de Entrapta. Literalmente el rostro de la peli morada al escuchar ese comentario de Catra le hizo volver al horrendo pasado.

- ¡Oh!, entonces... Volvió la antigua Catra -dijo con un rostro y tono de voz algo deprimido.

Catra no podía sentirse más atacada por la verdad esas palabras, ¿volver a ser cómo antes?, pensar eso literalmente la asqueo por completo.

SucesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora