Sucesora

3. Cobarde.

Horas después de que Catra, Scorpia y Entrapta abandonaran la Fright Zone y llegaran a Bright Moon. La horrible situación que experimento la princesa de cabellos morados llego a oídos de cada una de las princesas, y por obviedad, también llego con Adora. Durante la poca estancia de Entrapta todos trataron de que se sienta lo más agradable. Entrapta les había dado otra oportunidad y esta vez no la van a desaprovechar. De hecho, Entrapta no podía sentirse más feliz, hasta parecía que aquella situacion con Horda Prime desapareció de su mente: el hablar con las princesas le hacía sentir en un bonito ambiente, el reparar a Emily mientras va tomando bitácoras le hace sentir viva. Al final Catra tenía completamente la razón, todos entendieron a Entrapta, le dieron la oportunidad, y, ahora la peli morada solamente puede imaginar todo el tiempo que va a disfrutar viviendo en Bright Moon.

Glimmer, la cual estuvo con Entrapta desde que regresó. Necesitaba retirarse, necesita pensar sobre la situación. Actualmente está sentada al frente de su Runestone meditando sobre la situación actual de Etheria, pensando sobre... La posible muerte de Adora.

– Me imaginaba que estarías aquí.

La meditación de Glimmer fue interrumpida por quien la salvo de ser la primera víctima de Horda Prime.

– ¿Qué haces aquí, Catra?

Antes de responder dejo escuchar un tierno bostezo.

– Ya sabes, matando el tiempo hasta que te dignes de dar alguna orden –dijo en tono burlón y se sentó al lado de Glimmer.

– Mejor vete, no me vas ayudar en nada molestándome –volvió la vista al frente. – Todos esperan que su líder de la orden milagrosa que nos haga ganar una guerra perdida, pero... No tengo idea alguna de que hacer.

– Tienes razón, eres horrible para dar órdenes –dijo en tono burlón.

– ¿Algo más? –volvió a ver con gran molestia a Catra.

– Que deberías dejar de tomar tú las decisiones –le dirigió una mirada y gesto indiferente. – Y una última cosa, en lo única que eres buena es en tener un aspecto de una verdadera reina –dijo algo pícara y le guiño a la reina Glimmer.

La molestia de Glimmer solo se hace más notoria, igual que su sonrojo.

– ¡Pst! –se dejó ver incrédula por esa actitud. – Bueno, sigue cometiendo los mismos errores que te hacen una inútil.

– Mira quien lo dice.

– ¡Exacto!, ¿Quién otra es mejor para decirte que eres una inútil que otra inútil?.

Ahora el enojo se combinó con un sentimiento de confusión.

– Glimmer, deja que otros te ayuden –la molestia fue sustituida por un rostro algo preocupado. – No hagas los mismos errores que hice... No creas que estar sola está bien... Aunque todos te abandonen –dejo una mirada caída. – Solo te lleva hacer tonterías.

Glimmer seguía confusa, hasta que algo en su mente le dio la respuesta de ese extraño comportamiento.

– Es suficiente, sé que eres tú... –dijo con gran molestia.

– ¡¿Eh?!

– Vamos Double Trouble, deja de jugar, Catra nunca ha sido de ser buena persona, ella solo es un desastre, no traigas ese desastre conmigo... Ese desastre se llevó a mi madre.

Glimmer tardo unos segundos en entender algo, quien tiene al frente es la verdadera Catra, solo hasta que vio los ojos llorosos y los labios temblorosos de Catra entendió el grave error que cometió.

– Sé que soy un desastre... Y se con certeza que todos mis pecados nadie los olvidara, pero, ¿acaso me lo tienen que recordar cada maldito momento?, porque parece una jodida maldición –se levantó con resignación, se iba a largar de ese sitio, pero, Glimmer la agarro de la muñeca.