33. El inminente final.

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En el ultimo reino en pie. El reino de Bright Moon. Las cosas se están empezando a poner cada vez más peligrosas, las primeras flotas de naves y tanques ya vienen en masas cada vez mayores, que son repelidas fácilmente por las nuevas mejoras que hizo Entrapta y Bow a los diseños de todo el arsenal, que, junto al trabajo de todos los miles de soldados, hacían de esas armas algo mucho más eficiente en su trabajo de eliminar a los enemigos.

Actualmente. Lonnie esta observando todo el panorama desde la sala de reuniones del castillo, con un rostro serio, pero con un ligero matiz preocupado.

— ¿Cómo están trabajando mis bebes? —cuestiono con gran emoción la princesa Entrapta, la cual había entrado a la sala.

Lonnie volvió a ver a la princesa algo sorprendida.

— La próxima vez toca la puerta —volvió a ver al exterior por el ventanal. — Y, respondiendo a tu pregunta...

Entrapta se quedo al lado de Lonnie observando todo el panorama, miles de soldados trabajando en conjunto para evitar la presión enemiga y proteger a todas las vidas del reino.

— Están haciendo un gran trabajo, pero... —Lonnie levanto la mirada al horizonte, donde se dejan ver muchos más enemigos, naves gigantescas dejando salir naves como si fueran un panal. — No creo que logren aguantar por tanto tiempo.

— Yo se que mis inventos pueden aguantar, por algo les deje mi completa ambición sobre ellos, además... —a cambio de Lonnie, la princesa bajo la mirada, donde hay una gran cantidad de campamentos refugiando a todos los habitantes de los tres reinos caídos. — Con ellos espero cumplir mi parte del plan... Darle tiempo a que regrese Aratra —volvió a ver a Lonnie.

— Yo no quiero andar de pesimista, pero... No creo que ganemos esto sin perder vidas de mis soldados... Duele —fijo la mirada en la princesa. — Por qué ellos son lo único que me queda de mi pasado en la Fright Zone y que demuestra mi motivo de vivir... No creo que existan muchos líderes logren empezar con un ejercito de 300 soldados contra un imperio y en cuestión de nueve años se vuelva un ejercito de 50000 soldados.

— Son como tu tesoro —respondió fascinada. 

— Se podría decir que lo son —dijo con una pequeña sonrisa, pero que desapareció rápidamente. — Cuando sea necesario mandar a las princesas para defender el muro, ahí ya aceptare que lo perdí.

— Ya veo —quito la mirada de Lonnie y se acerco un poco más al ventanal. — ¡Jeje!, me daría pena pensar como tú.

— Gracias... Supongo —dijo algo molesta.

— Es que... ¿Nunca lo has notado? —regreso con la líder. 

— ¿Qué te refieres?.

— Fue en la batalla del reino de Mermista cuando lo entendí, cuando estaba dando mantenimiento a los equipos dañados, observaba como los soldados daban el mantenimiento por ellos mismo y, al instante que empezaban a funcionar, todos volvían a defender con una sinergia sorprendente. 

Nuevamente, volvió a ver a los soldados en los muros.

— Donde tu solo vez una masa de soldados, yo veo engranajes de una gigantesca maquina que siempre dan lo mejor de ellos para que la maquina no sea destruida, lo bueno —se acerco con Lonnie y le dirigió una pequeña sonrisa. — No lo hacen por obligación, lo hacen por estar orgullosos de poder defender su hogar, además... —le dio un leve golpe a la líder. — De tener a la mejor líder de Etheria.

Lonnie dejo escuchar una pequeña risa, que fue acompañada por un gesto motivador y observando todo el panorama nuevamente, esta vez, de la misma manera que menciono Entrapta.

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