Capítulo 7

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Todo caminaba, y caminaba y llegaba hasta sólo una conclusión. Ya no sabía como mi vida había ido y ido hasta llegar en aquel lío. Un lío lindo, y atencioso.

4 Meses se pasaron más, estamos en octubre de 1993.

Miraba aquellos ojos azules de Gianluca, eran una mezcla de azul con verde, eso me encantaba.

Aquella noche iríamos a un baile romántico. Quizás, algo pasase aquella noche, algo memorable, que yo tuviera la chance de olvidar completamente de Marco. Que ya no quiero sufrir con ese dolor de no saber como está sin mi, y que está con otra. Que me olvidó.

Argentina, 1993.

Yo miraba para mi madre, mi idea los hicieron estremecer. Yo no quería a esa, yo no quería a Melania, yo quería a Lara.

Aquella noche yo hablé a mis padres que pensaba en volver a Italia, pero la idea no pareció buena a mi padre otra vez. Pero de esta vez no voy dejarlo decime que debo o no hacer. Yo cansé de ser comandado por él.

Yo miraba al cielo estrellado. Pero mi mamá me entregó a una carta. Era de Lara, de agosto de 1992. Yo vi que ella si me mandó una carta, pero no llegó la mía para ella.

Itália, 1993.

Gianluca y yo estábamos bailando abrazados.

Gianluca: Lara, te quiero.

Lara: También te quiero, Gianluca.

Tomó mis manos y miró a mis ojos. En aquel clima romántico fue nuestro primer beso. Yo empezaba a olvidar los labios de Marco, no sé si lograría olvidar su gusto de miel. Pero tenía a otro beso mojado y dulce, enamorado.

Miraba al cielo de aquella noche estrellada, soñaba con el momento que había acabado de pasar, quería que aquella noche nunca acabase. Aquella noche no tuviera fin.

Lo tiempo fue pasando, y yo estaba de noviazgo con Gianluca. No era totalmente enamorada de él como fui de Marco. No podría vivir alrededor de él todo el tiempo.

Argentina, 1993.

El cielo miraba a mí, pero yo aún me decidia si esta viaje era mismo necesaria. Pensaba si ella me esperaba.

Pero, mientras eso...

Sala, casa de los Rossetti, Argentina- Capital Federal. Buenos Aires.

Alda: Pero Francesco, el chico no hay culpa de sus sentimientos.

Francesco: El chico se va casar con Melania Berlusconi, ella es enamorada de él, su padre es mi jefe y va a ser un buen negocio, entienda de una vez Alda.

Alda: El chico ya es mayor. No podrás responder por él.

Francesco: Mejor que él se lo quite esta maldita idea de volver a Italia. Y a ver aquella hija de aquel...

Alda: ¿Porque odias tanto a los Ricci?

Francesco: Aquel cuando mi patrón, era un exigente, metido y idiota, débil. Yo sé más que él y se creía el sabe todo.

Alda miraba a Francesco con rechazo.

Alda: No creo que tu crees esto. No puede culpar a los chicos por cuenta de su mal afección con el señor Ricci. Francesco.

Francesco dió un sorbe en su copa de vino.

Francesco: Dejá de hablar de esa gente.

Marco baja en la escalera.

Marco: ¿Qué gente?

CONTINUARÁ...

Amore MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora