Capítulo 3

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- Segura que estarás bien? - Me pregunta mi padre un poco preocupado.

- Papá, tranquilo. Estaré bien... - Le digo sonriendo y abro la puerta del auto.

- De acuerdo, pero cualquier cosa me llamas. - Me dice un poco preocupado y yo asiento con la cabeza. Le doy un suave abrazo y bajo del auto.

Camino dentro de la Universidad y veo la oficina del director. Toco la puerta y escucho un adelante, por lo que entro en la oficina.

- Buenas tardes, joven. En qué puedo ayudarla? - Me pregunta con tono simpático y yo sonrío levemente.

- Buenos días...eh, soy Mía Wood y vengo porque me aceptaron la beca. Quería saber todo al respecto. - Le digo un poco nerviosa mientras me siento frente a él.

- Oh! Muy bien, felicidades. - Me dice con una enorme sonrisa. - Bueno, Mía. Yo soy el director Darren y con respecto a sobre tu beca, quiero decirte que no te tienes que preocupar por nada. - Me dice mientras entreleza sus manos.

- De acuerdo y cuando sabré mi horario? - Le pregunto temblorosa.

- Aquí lo tengo todo listo. Comenzamos el lunes, así que muchísima suerte. - Me dice sonriendo mientras me entrega unos papeles.

Observo mi horario con una enorme sonrisa y volteo a mirar al director.

- Muchas gracias, por todo. - Le agradezco sonriendo.

- No es nada, jovencita. Cualquier duda, puede venir hasta mi oficina. - Me dice asintiendo con la cabeza ligeramente.

- De acuerdo, muchas gracias. Hasta luego... - Le digo mientras me levanto de la silla, pero en eso se abre la puerta de la oficina.

- Oh disculpe, no quise interrumpir. - Nos dice una señorita que tiene pinta de ser la secretaria.

- No te preocupes, Lindsay. - Le dice el director y ella me sonríe. - Que tal si le das un recorrido a la señorita Wood? Así conoce las instalaciones. - Le dice el director sonriendo y ella asiente con la cabeza.

- Con gusto! Ven, sigueme. - Me dice la tal Lindsay y me guía por el pasillo.

Caminamos por toda la Universidad y Lindsay me fué explicando donde quedaban los salones. No fué difícil de entender, rápido. Me enseñó los jardines, la piscina olímpica y un montón de cosas.

La Universidad era completamente hermosa y no quería irme jamás. Llamé a mi padre y me avisó que ya venía por mí, asi que me dirijo a unos banquitos que hay fuera de la Universidad.

En eso mi teléfono suena por una llamada entrante y cuando veo quién es, mi corazón se acelera.

Mi madre...

Bueno, hasta aquí llegó todo.

Contesté la llamada y solté un suspiro.

- Hola mamá... - Le digo lo más seca posible.

- Mía Wood...se puede saber dónde demonios estás!? Anoche no regresaste a casa y no contestaste mis llamadas. - Me dice enojada.

- Ah, si! Anoche me quedé viendo películas con papá. - Le digo con un tono de burla.

- Mía! No juegues con eso y dime donde estas! - Me dice molesta y yo me río.

- Ya te lo dije, mamá. - Le dije burlona.

- Te atreviste a desobedecerme!? - Me pregunta y yo ruedo los ojos.

- Si, mamá! Sabes por qué lo hice? Porque ya no te soporto. Toda mi vida me has tratado de lo peor y ya estoy harta. Haré mi vida cómo yo quiera y tú no me arruinarás mis sueños. - Le digo molesta y tranco la llamada.

Meto mi teléfono en mi cartera y me cruzo de brazos.

Ella no arruinará mi dia perfecto. No me quitará la felicidad que siento al estar aquí y me vale lo que piense.

Ahg!

En eso veo un auto parecido a el de mi padre y cuando baja la ventana, veo que es él. Corro hacia su auto y apenas entro, le doy un abrazo.

- Wow! Todo bien, cariño? - Me pregunta felíz y yo lo miro.

- Si! Ya tengo mi horario. - Le digo emocionada y él me mira impresionado.

- Genial! Para verlo. - Me dice y yo le paso la hoja. - Esto está muy bien, Mía. - Me dice sonriendo y me abraza. - Estoy orgulloso de ti. - Me dice cariñoso.

- Gracias papá. - Le digo sonriendo y él me guiña un ojo. - Por cierto, me acaba de llamar mi madre. - Le digo rodando los ojos y él se ríe.

- Qué te dijo? Se puso cómo loca? - Me pregunta divertido y yo asiento con la cabeza.

- Pero le dije que me tenía harta, que no soportaba que me tratara mal y que me dejara hacer mi propia vida. - Le digo seriamente.

- Muy bien, Mía. Nunca entendí porqué tu madre te trataba así y me disculpo por no luchar por la custodia de ti y de tu hermano. - Me dice triste y yo niego con la cabeza.

- No papa, tranquilo. No fué tu culpa...- Le digo tiernamente. - De verdad, ya olvidemos eso. Estoy aquí contigo y felíz. - Le digo sonriendo y él me imita.

- De acuerdo...entonces, qué te parece si comemos afuera? Así conoces un poco la ciudad. - Me dice mientras arranca el auto y yo me recuesto del asiento.

- Suena genial! - Le digo con emoción y él sonríe.

(...)











Llevaba unas cuántas horas haciendo videollamada con las chicas y mientras comía palomitas.

- Oh por dios! En serio le dijiste eso a tu mamá? - Me pregunta Carly asombrada y yo asiento con la cabeza. - Estoy tan orgullosa de ti. - Me dice secándose una lágrima falsa y todas reímos.

- La verdad es que me parece bien que le hayas dicho todo eso. Ella no te estaba dejando vivir! Por dios... - Me dice Madison con rabia.

- Madi, tranquila. Ya pasó todo, pero me preocupa Tim. - Les digo triste.

- Amiga, él estará bien. Estaré pendiente de él. - Me dice Madison sonriendo.

- Si! Estaré visitandolo y viendo que no se meta en problemas. - Me dice Carly riendo levemente.

- Gracias chicas, les debo la vida. - Les digo sonriendo, hasta que escucho que mi padre me llama. - Tengo que irme! Papa me llama. Les hablo luego. - Les digo rápidamente y corto la llamada.

Me puse mi pantuflas y corrí fuera de la habitación. Bajé las escaleras y mi padre me miraba divertido.

- Mía, no tenías que venir corriendo. - Me dice riendo y yo sonrío.

- Lo siento, qué ocurre? - Le pregunto mientras me siento a su lado en el sofá.

- Pues, quería decirte que mañana tengo una salida con algunos amigos, asi que no sé si quieras ir o te quieras quedar acá. - Me dice mientras me mira fijamente.

Creo que estaría mal ir a la salida con mi padre, ya que es su momento de relajación y para divertirse con sus amigos.

Por otro lado, quedarme sola no suena tan mal, pero no quisiera quedarme encerrada en Londres! Por dios, no.

- Prefiero que me dejaras en algún centro comercial. - Le digo mientras me encogo de hombros.

- Bueno, eso suena mejor. - Me dice sonriendo. - Entonces mañana después del almuerzo te dejo en un centro comercial. - Me dice dulcemente.

- Gracias papá. - Le digo mientras abrazo un cojín.

- De nada, cielo. - Me dice con dulzura y luego voltea a mirar el televisor.

Me levanto para irme a mi habitación y seguir ordenando mi ropa en el closet. Estaba bastante emocionada por comenzar clase, pero algo me decía que se viene algo bueno.

(...)





Vidas Cruzadas ( editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora