Capítulo 8

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Abrí mis ojos con un poco de dificultad, ya que los tenía hinchados de tanto llorar. Además de que sentía que la cabeza me iba a explotar.

Me levanté lentamente de la cama y caminé al baño para darme una ducha rápida. Al terminar, me vestí rápidamente con lo primero que encontré y luego recogí mis cosas para bajar a la cocina. Papá se encontraba leyendo algo en su teléfono y cuando siente mi presencia, voltea a mirarme.

- Buenos días, cariño. - Me dice dulcemente y yo le sonrío levemente.

- Buenos días... - Le digo en voz baja y camino hasta el mueble de la cocina para buscar un tazón de cereal.

Busco la leche en la nevera y la dejo en el mesón de la cocina. Me preparo rápidamente mi cereal y no tardo en comerlo todo. Hoy tenía clases a las 7:15, así que comí lo más rapido posible.

Cuando termino, subo a mi habitación para cepillarme los dientes y luego vuelvo a bajar. Mi padre me espera en la puerta y me sonríe.

Sé que trata de aligerar el ambiente, pero el dolor que siento es muy fuerte y me siento terrible. Entiendo que quiere que me vaya porque así no se mete en problemas con mi madre, aunque a mi parecer no debería de importarle lo que ella piense. Sin embargo, de igual forma me duele mucho el hecho de que quiera que me vaya.

Salimos de la casa sin decir absolutamente nada y subimos al auto. El camino fué silencioso y lo agradecí mentalmente, porque no quería hablar.

No podía entender como una persona puede ser tan mala. Cómo una madre podía tratar así de mal a su propia hija. A aquella persona que se supone que tiene que apoyar, amar y ayudar para que cumpla sus sueños. Pero no, ella me odia. Pero trabajé tanto tiempo para tener el dinero para el boleto de avión y ella no me quitará la felicidad que siento al vivir aquí.

No lo hará.

Mi padre estaciona frente a la Universidad y cuando abro la puerta, mi padre me detiene.

- Cielo...no quiero que estemos molestos. - Me dice triste y yo suelto un suspiro.

- No estoy molesta contigo, papá. Estoy molesta con mi madre. - Le digo seriamente.

- Lo entiendo y sé que te sientes muy triste con toda ésta situación, pero te prometo que hablaré con tu madre. - Me dice mientras agarra mi mano y mis ojos se llenan de lágrimas.

- Lo prometes, papa? De verdad no quiero irme de aquí. - Le digo con ganas de llorar mientras niego con la cabeza.

- Te lo prometo, Mía. Intentaré que entre en razón, de acuerdo? Pero no estés triste. Te quiero radiante para el almuerzo de hoy con el amor de tu vida. - Me dice divertido y yo abro los ojos abruptamente.

Oh por dios!

Es cierto!!

Conoceré a mi bebe Tom.

- Creo que entraré en pánico. - Le digo alarmada y él se ríe.

- Probablemente. Pero todo saldrá bien. Ahora ve a clases, se te hace tarde. - Me ordena tratando de sonar serio, pero al final ríe.

- De acuerdo, nos vemos mas tarde. - Le digo dándole un corto abrazo y salgo del auto.

Camino por la universidad y voy hasta mi salón. Ésta clase no la comparto con Jade y cómo he conocido gente, no me alarmo. La profesora llegó unos minutos después, por lo que saqué mis libros y cuadernos.

Espero poder concentrarme en ésta clase...

(...)































Vidas Cruzadas ( editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora