𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee Minho

花「9」

De sus dedos colgaba una bolsa de plástico. En ella había un par de fiambreras llenas de comidas. — Vengo a hacerte compañía. — Habló sentándose en frente del teniente Tuan. Minho observó como el mayor se reía y hacía sitió en la mesita de café que estaba en su oficina para sentarse a comer con él.  Ambos se dejaron caer en los sillones mientras olían el olor de la comida.

 Mark sonrió al como todo los platos seguían calientes gracias al contenedor en el que iban. — ¿Qué te trae por aquí? — Preguntó tomando parte de la carne que había en el centro de la mesa. Minho se encogió de hombros sin empezar aún a comer.

— Venía a ver como estabas, hace tiempo que no te traigo la comida, desde que estoy en el caso estoy bastante ocupado, y cuando tengo tiempo no vengo a verte... Incluso fui a ver al director antes que a ti. — Habló sirviendo vino de arroz en su vaso. — Supongo que me sentía un poco culpable. 

Confesó haciendo que su superior se riera al escucharlo. Mark se llevó una servilleta a la boca mientras se reía. — Eso está muy bien... Me alegró de que hagas planes con tu padre. Nunca te lo he dicho, pero ya a veces también voy a verlo, me da mucha pena verle tan solitario... — Habló tomando la botella para servirse la bebida. 

— Quiere que vayamos a comer juntos... Yo le he dicho que estaba encantado... Pero no sé que es lo que quiere, no sé que es lo que espera, supongo que querrá venir a mi casa y ver como vivo... No tengo mucho que ofrecerle, y él debe pensar que vivo de lujo con su dinero. — Dijo moviendo su mano para negar rápidamente. 

— Pero no es así y tienes miedo de que vea que no utilizas su dinero. — Mark lanzó su teoría haciendo que Minho afirmara. — Porque se lo das todo a esa chica... — El más joven junto sus labios en una perfecta línea recta asintiendo lentamente.

— Ella lo necesita más que yo. — Habló antes de que Mark pudiera volver a soltar alguna palabras mientras se llevaba el arroz a su boca. Mark le daba la razón puesto que estaba enterado de toda la historia,puesto que el propio Minho era el primero que iba a contárselo todo.

— Ya lo sé hijo... También sé que vives bien con tu sueldo y el de Jeongin... Pero lo que mejor sé es que ella no tiene  ni idea de lo que haces, tampoco planeas decirle nada... ¿Por qué lo haces? — Preguntó observándolo directamente a los ojos. Minho tomó compostura y dejó los palillos sobre su plato.

— Me veo reflejado en SeoHan, Mark. Veo lo mal que lo pasa desde que llegó a Seúl, incluso el día que la conocí estaba persiguiendo a un ladrón... Entonces, me hace pensar que a mí me hubiese gustado tener a alguien que me hubiese ayudado. Yo también sé lo que es tener problemas económicos. Mi madre trabajaba tanto como ella o más para mantenerme, entonces no quiero que SeoHan pasé por lo mismo, sobre todo porque ella es muy buena y ayuda a quien tenga la oportunidad. Pero después, nadie parece capaz de devolverle el favor, incluso su supuesta mejor amiga le da largas y tiene la cara dura de aprovecharse de Shin. Haciendo que le pinte cuadros, que conduzca para ella... Me enfada tanto ver como se esfuerza y el mundo no le da una respuesta. — Expresó aquello con un verdadero tono de preocupación. — Quiero que su vida vaya mejorando, pero ella se sigue aferrando a sus padres,  quienes son los que hacen de su vida un martirio, también a la sanguijuela de JaeIn. Shin es una cabezota, nunca me escucha y lo negará todo hasta el último momento, si se llegará a enterar de todo el dinero que le he pasado, se empeñaría en devolvérmelo, pero yo no lo necesito. — Finalizó para beber un poco y así humedecer su garganta. 

Mark había escuchado aquello atentamente. Dándole como siempre la importancia que merecía Minho, puesto que él mismo lo consideraba como su familia. 

— Ya veo, entonces aquí tenemos uno de esos casos en los que hablar no llega a nada y si le confesaras todo, no sabes que sería de ella. — Meditó aquello mientras que Minho retomaba su comida.  — ¿Y si se la presentas a tu padre? — Preguntó de repente haciendo que Minho empezara a toser al haberse atragantado con un trozo de verdura.