𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee Minho

花「11」

Había llegado la gran noche. SeoHan no podía de andar de forma ansiosa por la sala, mordiendo el interior de su mejilla pensando en lo nerviosa que estaba, si no se tranquilizaba podría desmallarse. Estaba tan emocionada que no había podido concentrarse en toda la mañana, en la floristería le vendió a un clientes unos narcisos cuando le pidió unos tulipanes y había confundido el color verde con el azul en los lazos. 

Chaeyoung la observaba mientras reía, le parecía muy tierno verla tan ilusionada y tan emocionada. Hacía bastante tiempo que no tenía el placer de verla tan contenta y ansiosa por algo puesto que con el estrés del día a día, Shin parecía que se había apagado y no demostraba muchas emociones positivas, pero al fin había cambiado aquello y había vuelto la SeoHan que solía recordar. 

En el momento menos inesperado su teléfono sonó, estaba en el sofá así que se tiró en él para poder cogerlo lo antes posible. —Señorita Shin, bajé de inmediato al garaje de su edificio, el apuesto agente Lee le escoltará hasta la galería. — Minho habló a través del interfono, ella afirmó rápidamente yendo a la entrada mientras comprobaba que tenía todo lo que necesitaba. 

Su abrigó para el frío de la noche, su cartera, todo estaba en su sitio. Los chicos fueron a la entrada para despedirla ya que ella tenía que estar en la galería un poco antes que el resto del mundo puesto que era una de las artista que se iban a exponer en aquellas prestigiosas paredes. 

Eunwoo la abrazó con fuerza deseándole lo mejor, Changkyun comprobó que estaba bien pinada y que llevaba la ropa bien puesta, entonces cuando le dio el visto bueno la dejó salir de su campo de visión para abrazar a Chaeyoung.

— Los tres estaremos allí a la hora de la exposición, nos vemos en un ratito. — Habló ella acariciando sus brazos. Shin asintió alegremente y tomó el pomo de la puerta dedicándole una última sonrisa a sus compañeros de piso. JaeIn le había confirmado que obviamente también iba  a estar ahí y que no se perdería aquello tan importante por nada del mundo. 

Aquel era el mejor día de toda su vida, con bastante diferencia además. Bajó en el ascensor hasta la planta donde estaba el garaje subterráneo de su edificio, allí Minho la esperaba apoyado en el comprobando que su flamante Audi negro estaba perfecto para llegar con él hasta las puertas donde habría tanta gente del mundillo. SeoHan debería haberle dicho que no tenía porque preocuparse mucho por aquello ya que la mayoría de artistas que iban a ir eran aún novatos, pero a Minho no iba a importarle mucho de todas formas.

La chica se apareció por detrás de él agarrando su brazo haciendo que pegara un pequeño brinco en el sitio. Este dejó de mirar la pintura de la puerta del copiloto para verla a Shin. — Buenas noches. — Saludó con su rostro más apaciguado al comprobar que tan solo era ella y no un tipo raro que vivía allí dentro. — Te ves perfecta. Luces como... Uhm... ¿Cara? — Lanzó aquel adjetivo al aire haciendo que SeoHan se llevará una mano al rostro para negar aquello.

— Solo son unos trapitos que tenía en el armario... Nada del otro mundo, pero tú te ves... Como un director ejecutivo de una empresa multimillonaria. — Minho le pegó un empujón estando plenamente consciente de que ella tenía razón.

— Ya lo sé, no hace falta que me digas que me veo precioso... Soy probablemente el hombre más guapo que va a pisar esa galería. — SeoHan rio a pleno pulmón mientras que entraba en el coche. — Venga, vamos a por tu billete al estrellato, querida. — Soltó entrando en el asiento del conductor con su mejor sonrisa — ¿Qué va a ser lo primero que hagas con tu dinero? — Preguntó dando por hecho que ella saldría de allí con fajos de millones de wons en sus manos y bolsillos.

— Comprar mi propio coche y traspasar la floristería a mi hermano y mi familia. — Confesó moviendo sus manos hasta el techo del coche mientras cerraba los ojos. — Llenaré mi colchón de billetes y rodaré en ellos mientras espero a que Changkyun me haga un plan de jubilación adelantada. — Bromeó sabiendo que no iba a salir de allí siendo asquerosamente rica.