花「6」

2K 232 130
                                    

Sus oídos eran azotados por los gritos de sus hermanos, los cuales la habían invitado a jugar a algún que otro videojuego para pasar la mañana y el último día con su hermana hasta la próxima vez que volviera. SeoHan se había levantado aquella mañana de un mejor humor, reconocía que últimamente estaba muy perdida con sus emociones, algunos días estaba muy susceptible, otros se encontraba demasiado deprimida y había mañanas en las que despertaba con toda la energía del mundo. 

Aunque era algo más que normal en su vida, no dejaba de ser algo que le molestaba, se replanteaba siempre porque tenía que ser así, decir esas cosas o actuar de aquella manera. Formaba parte de su personalidad, pero era más que molesto puesto que el descontrol y los altibajos no venían de otro lugar más que del intento de reprimir esa faceta de ella tan intensa, donde cada sentimiento lo vivía de una forma tan potente. 

Le daba dolores de cabeza cada vez que pensaba en la SeoHan del pasado, incluida a la de tan solo unos minutos, se decía "¿Porqué he hecho eso?" "¿Tuve que decir eso? " "¿Por qué te comportas así?" Verdaderamente podía llegar a pensar que agotaba a la gente a su alrededor, que era insoportable y que por eso se le dificultaba tanto mantener sus relaciones sociales, excepto con JaeIn, quien era la única persona que siempre la soportó y apoyó después de tanto... Ella tenía lo suyo, claro. SeoHan se había enfadado más de una vez con ella, aunque nunca se lo había dicho, pero después de todo, sabía que su amiga lo hacía sin malas intenciones. 

Llevó una mano a su frente cuestionándose porque no le había respondido a Minho. Claro, sabía perfectamente que era por escuchar de repente la voz de aquella modista, pero no podía evitar sentirse intimidada por ella, Rae  Sung era una gran imagen femenina. 

Una mujer inteligente, con una historia de autosuperación, cumplió su sueño y era exitosa en lo que hacía, estaba casada con un buen hombre como Hyunjin  y además era agradable. 

Podía comprender porque Minho estaba enamorado de ella.

Sin embargo, le dolía porque ella consideraba a aquel policía como un gran hombre y le dolía verlo encasillado en aquella incomoda situación desde que lo conocía. Cuando se empezaron a ver, él le confesó de forma esporádica sin venir a cuento que su vida era dura por donde lo mirara en todos los aspectos, su familia era algo que, básicamente, no existía, su vida social siempre fue dura, y su vida amorosa, bueno... La primera chica de la que se enamoró fue la novia y el amor de toda la vida de su mejor amigo. Claro, SeoHan que pensaba que todo estaba mal en la suya quedó como una estúpida.

Tenía una familia que la quería, que aunque la sacara de quicio, la apreciaban y apoyaban, si odiaba ir a verla era simplemente cosa suya, tenía amigos que la rodeaban, no eran lo más cercanos, pero nunca estuvo sola, además de que siempre agradó a la gente, justamente por eso había sido la fantasía romántica de tantos compañeros de su clase... 

En realidad la vida había sido una mierda con ambos, y no era victimismo. Los dos habían luchado por mantenerse firmes al paso del tiempo, aunque a veces pensaba que la historia de Minho era más dura que la suya en ciertos aspectos.

Pero como si la mala suerte de Minho se pegara, tras empezar a frecuentarlo, todo iba cuesta abajo, su autoestima caía por momento debía a su nueva y escasa vida social, debido a sus estudio, su trabajo, completamente un desastroso punto a tener en cuenta ya que comparada con sus compañeros de piso, una arquitecta, un economista y un modelo, ella era una florera y una artista de, ni siquiera de segunda, probablemente de cuarta. 

Su dinero volaba y sus ganas de vivir eran como los chistes de la gente de Twitter. Probablemente por eso se forzaba a ser más positiva y relajada, cuando lo único que conseguía era amargarse y estresarse.

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora