花「13」

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Estaba caminando en círculos por su habitación, sobre su escritorio estaba el cheque que le había dado el señor Choi por sus cuadros... Nunca se imaginó tener de un día para otro la cantidad de quinientos mil wons por todos sus cuadros. Habían pagado aproximadamente cincuenta y cinco mil wons por cada pieza, era increíble, le parecía una cantidad desmesurada, pero él se la había dado muy convencido como forma de pago por lo mal que lo había pasado aquella noche.

Apretaba la tela de sus guantes entre sus manos, incluso llegó el momento en el que se llevó el pulgar a la boca y acabó tirando de la prenda, manchándola de pintalabios, por suerte, aquel día llevabas guantes negros y no se notaba tanto la marca de su labial rojo. 

Se había arreglado para ir a buscar el cheque, aunque nadie podía ser tan bonito y atractivo como ese trozo de papel en el que estaba impresa aquella impresionante cantidad. 

Las palabras de Minho le azotaban, y no solo las palabras de Minho, sus propios pensamientos también lo hacían, normalmente, ya hubiera llamado a casa diciendo que estaba dispuesta a pasarles dinero, pero a esas alturas, aún no había tocado ni el teléfono. Por codiciosa quería quedárselo para poder vivir como se lo merecía, poder pagar su comida y sus gastos, poder permitirse tener un coche y así no tener que depender de nadie. Quería agradecerle  sus amigos por el apoyo e invitarlos a comer a algún sitio, quería agradecerle a Minho por todas esas veces que había ido a llevarle la comida a la floristería, la había acompañado después de cerrar o había ido a entretenerla cuando trabajaba hasta tarde, porque estaban tan aburridos como el otro, ya que él tampoco es que tuviera una vida laboral interesante, o bueno... Así fue hasta el mes pasado.

Ya estaban en Mayo, desde luego, el tiempo pasaba volando. 

Negó con la cabeza y decidió que no iba a dar ni un solo Won aquella vez, aquel era su dinero, por el que había luchado, por el que se había mantenido horas trabajando, para adelantar sus tareas en la floristería y así poder pintar en el taller,  había renunciado a muchas cosas para poder hacer sus cuadros, así que se merecía tener un poco de dinero para gastar en si misma... Dejar de pagarle los cigarros a su padre, dejar de ser la que pone el dinero para que sus hermanos se vuelvan adictos a las pantallas de sus consolas, no iba a ser quien pagara los caros paquetes de su madre con productos que no necesitaba... Ya no iba a ser la que llevara su familia.

Minho tenía razón, durante todo el tiempo había sido ella quien se había encargado de todo, haciendo que acabaran viviendo en la comodidad y no intentaran ser quienes tomaran las riendas de la situación, porque es muy fácil vivir a costa o gracias a alguien . 

Si bien ella era la que lo había soportado todo ese tiempo por miedo a quedarse sola y no tener a nadie a quien recurrir, puesto que pensaba que si no les ayudaba le darían de lado y su familia no querrían saber nada de ella, no quería tener que seguir manteniendo aquel horrible lazo que les unía. ¿Las familias se soportaban y querían por el dinero? No, estaba segura de que no lo hacían por eso.

Sabía que ya no tenía porque temer a quedarse desamparada, porque tenía una nueva vida en Seúl, y a otras personas que si estaban interesadas en ella y estaban dispuestos a ayudarla cuando lo necesitara. Así que llegó a la conclusión de que no iba a llamarles para contarles implícitamente lo que iba a hacer, que ya no iba a darles nada y que podían empezar a buscar la forma de vivir sin ella, porque tenía miedo de sus reacciones, pero no iba a contestar ninguna llamada y no iba a decirles nunca más cuanto había ganado o a preguntar si necesitaban algo. 

Mantendría a su hermano, tendría empleado a Hong Joo, lo ayudaría a empezar su vida independiente en la ciudad, y cuando Yeo y HanGi lo hicieran y siguieran los pasos de ellos dos, también los apoyaría.

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora