𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee Minho

花「13.5」

El timbre sonó estrepitosamente a aquellas horas de la noche, estaba sorprendida, acababa de llegar a casa, había estado dando un paseo por la ciudad, cenando con su hermano... Lo normal, pero lo que no era normal fue escuchar como empezaban a llamar tan insistentemente a la puerta, y más siendo ella la única que estaba en casa, no podía engañarse, estaba dudando sobre abrir la puerta o no, pero terminó por hacerlo ya que al poner el sonido de su portero eléctrico escucho los murmuros de una voz reconocible.

Al abrir la puerta un cuerpo grande y pesado se dejó caer sobre SeoHan, haciendo que retrocediera unos pasos y casi cayera al suelo al sujetarlo. No había llegado a ver la cara del individuo puesto que lo primero que hizo al ver el hueco de la entrada abierta había sido tirarse sobre ella. 

Aún así, SeoHan reconocía aquel olor, sabía a quien le pertenecía ese perfume, esa chaqueta y esos brazos que la estaban sujetando perezosamente. Antes de preguntar nada, solo sintió que el aroma masculino se mezclaba y teñía con el hedor del alcohol. Sentía que había pasado bastante tiempo desde la última vez que había visto a alguien completamente borracho, porque ella no era tonta, y sabía perfectamente que Minho había bebido con solo sentir como se apegaba tanto a ella, lo normal en él era pedir permiso para tocarla, preguntar con la mirada antes de ponerle una mano encima y al hacerlo tener mucha delicadeza.

Cuando Minho la tocaba, SeoHan sentía que no la tocaba como a una persona, parecía que estaba tentando la superficie del copo de nieve más fino y más extraordinario del mundo.

Así que verlo de repente tan aferrado a ella, sin ese miedo a incomodarla o a romperla, porque era lo que se reflejaba en sus ojos cuando lo hacía, o eso era lo que le parecía a SeoHan, le hacía cuestionarse que era lo que le había pasado. 

— Minho... — Lo llamó intentando buscar la forma de cerrar la puerta, pero sentía que si lo soltaba se caería ahí mismo sobre ella, al mismo tiempo quería encontrar su mirada, verle el rostro para hacerse una idea de que era lo que pasaba. — Minho, ponte de pie, por favor... Vamos a caernos. — Dijo ella, pero le hizo caso omiso.

— Vamos a caernos, como en las películas... Déjame caer encima de ti. — Pidió dándole un golpe a la puerta con su pie para cerrarla y al mismo tiempo tirando de SeoHan, haciendo que esta acabara tirada en el suelo con él encima. — Aish... Shin... — Escuchó ella mientras se sobaba la cabeza. Lo único que podía ver era la cabellera del policía y el techo de su apartamento. — ¿Qué haces despierta...? No pareces cansada. — Se apoyó en sus brazos para ver a la chica, la cual tenía el ceño fruncido, una cara de mala leche, que hizo temblar las piernas de Minho.  — Espera, ¿Estás bien...? ¿Te he hecho daño? — Preguntó poniendo su mano en su frente, despeinando así su pelo. 

SeoHan solo podía pensar que aquello era, extrañamente, menos incómodo de lo que parecía. — ¡Yo estoy bien! ¡Perfectamente! La pregunta es... ¡¿Qué es lo qué te pasa a ti?! — Gritó haciendo que él ocultara su cabeza en el cuello de ella asustado. 

Rápidamente se levantó de forma torpe, casi cayendo las cosas sobre la mesilla de la entrada. — Lo siento. — Le pidió perdón al mueble que había pateado sin querer al apoyarse en la pared. Minho le ofreció su mano a la chica y esta la aceptó con miedo, no quería que volviera a caer encima de él. — Shin... — Habló él volviendo a pegarse a ella como antes. SeoHan suspiró de nuevo, llevando una mano a su frente y la otra a la cintura de Minho. — Shin... No me ignores... — Pidió apartándola de repente para verle a la cara.

— ¿Qué pasa?

— Creo que estoy borracho...

Se formó un silencio sepulcral.

Abrió la boca para contestar de mala manera, pero prefirió tomar aire antes y pensarlo dos veces.

— No me digas.