𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee Minho

花「10」

Estaba parada frente la puerta preguntándose si estaba lo suficientemente bien. Antes de llamar a la puerta sacó su teléfono para verse en el reflejo, examinó su pelo acomodándolo a los lados de su rostro. Se quedó unos segundos mirado sus ojos, los abrió y cerró intentando buscar  alguna imperfección en el maquillaje que le había ayudado a hacer Chaeyong antes de salir de casa. 

Con sus manos vestidas con la tela de sus guantes palpó sus mejillas, viendo que ya estaba pálida como un fantasma y ni siquiera había entrado aún por la puerta de la casa. Revisó su reloj, viendo que tan solo faltaban dos minutos para que dieran las doce de la mañana. 

Ajustó su falda apretando el cinturón que se encargaba de que no se cayera constantemente. Dio unas cuantas vueltas en el descansillo del edificio pensando si debía llamar al timbre, tocar la puerta o mandar un mensaje a Minho. 

Lanzó un gran suspiro al aire mientras se encogía en el sitio sujetando su cabeza mientras se preguntaba que era lo que le pasaba en la cabeza. En esas situaciones decidió hacer lo que Eunwoo le había enseñado. Se puso en pie y tomó aire de forma profunda, llenando toda su cavidad pulmonar y lo soltó por la boca convenciéndose de que estaba haciendo un melodrama y que la situación no era ni tan incómoda ni tan extraña como lo parecía.

Pulsó el botón del timbre mientras pasaba su otra mano por su pelo. La puerta no tardó en abrirse dejando ver tras ella a la figura de Jeongin, quien traía puesto un delantal rosa y una cara de espanto. SeoHan lo observó preocupada ya que no se esperaba encontrarlo tan alterado.

— ¿Qué sucede? — Preguntó entrando rápidamente en la casa, Jeongin corrió hasta la cocina y ella lo siguió después de quitar sus zapatos en la entrada.  Al parecer Jeongin y Minho estaban en problemas, la cocina era un desastre y Minho se peleaba con la olla la cual estaba dejando salir la espuma que era producto de las impurezas del agua de lo que estaban cociendo. Que es algo común, sin embargo, por las grandes cantidades y la temperatura del agua, la espuma se había masificado y estaba dejando unas marcas horribles en la vitroceramica, además de que Minho estaba quemándose al intentar retirar la masa de burbujas que se iba acumulando en las paredes de la olla. 

SeoHan se remangó y fue a ayudar a los chicos. — ¿Ya has llegado? ¿Ya son las doce? Oh, dios mio... Aún no tengo preparado nada. — Habló Minho después de notar como esta le había quitado el cazó y le había bajado la temperatura al fogón.

—  La que hemos liado en un momento, Minho... — Habló Jeongin mirando la cocina toda desecha. —  Y solo intentábamos hacer pasta... Normalmente dominamos esto de la cocina... Lo prometo. — Jeongin movió sus manos asegurándole aquello a SeoHan. — Es solo que hoy estamos un poco nerviosos. — Ella asintió sin darle mayor importancia.

— No tendríais porque... Es una comida normal y corriente. — Habló intentando repetirle a ellos las mismas palabras que se había dicho a sí misma antes de tocar al timbre. — Yo me ocupó de la cocina con Minho, Jeongin tú ve ocupándote de lo demás que necesites antes de que llegué... — SeoHan se cuestionaba como debería referirse al director Choi, ya que Minho no hablaba de él como un padre, lo hacía en muy pocas situaciones. — Bueno, ya me entiendes... —  Finalizó haciendo un gesto con su mano para que Jeongin marchara.

—Vale, entonces recogeré todo para que la casa se vea presentable... Menos mal que lo citamos a la una de la tarde. — Dijo sujetando una mano en su pecho mientras se zarandeaba dejando el delantal y el utensilio de cocina en una de las encimeras. 

Minho empezó a recoger la cocina mientras que la mujer arreglaba como podía el estropicio de la olla, por suerte pudo sacar la espuma y un poco del agua para que así, si salía más, no volviera a suceder lo mismo que antes. Minho Notó que estaba incómoda cocinando gracias a su pelo, así que tomó su cabello y lo peinó hacia atrás dejándolo sujeto en un recogido no muy fuerte.