花「15」

1.9K 223 335
                                    

Había pasado una semana desde aquel día libre de Minho, aquel que no había comenzado de la mejor de las maneras, sobre todo porque una gran parte de la mañana había estado esperando a SeoHan, puesto que ella se había encerrado junto a JaeIn en la habitación  para hablar las cosas con calma, sabía que si dejaba a Minho llevar aquella discusión los tres iban a acabar heridos de alguna forma.

Shin había intentado llevar las cosas con calma, puesto sabía lo mucho que apreciaba a su familia su mejor amiga, ella se sentía muy cómo da con ellos desde que los había conocido, le encantaba pasar tiempo con sus hermanos, puesto que compartían la misma pasión por los videojuegos y las consolas, también disfrutaba de estar con sus padres y de tomar algo con ellos, y seguramente JaeIn no tenía ni la remota idea de su situación económica, ni SeoHan ni sus padres le habían hablado de aquello.

JaeIn se había puesto muy a la defensiva respecto al tema, no comprendió sus motivos... No había llegado a la misma conclusión que ella al explicarle todo. No sabía como ella se podía negar a ayudar a sus propios padres, quienes se suponían que la habían criado, y lo que menos comprendió fue su negativa a la hora de confesarle a ellos lo que iba a hacer o intentar hablar las cosas.

SeoHan sabía que tenía que hablar con sus padre tarde o temprano, pero justamente ahora no era el momento... Sin embargo, JaeIn, quien estaba tan en contra de aquello, le dijo unas últimas palabras antes de salir completamente de su casa.

"Vas  a ir a hablar con ellos, vas a ir a explicarles las cosas... Y como no lo hagas, entonces seré yo quien se ponga en contacto con ellos para decirle lo que está pasando, y creo que ya ves como estoy reaccionando, así que no creas que voy a explicarlo con palabras bonitas. " 

Tal y como soltó aquello, justo delante de ella y de Minho, salió del departamento dando un portazo. SeoHan observó la puerta, sintiéndose cansada e irritada al mismo tiempo, su buen humor había vuelto a desaparecer.

Minho se acercó a la chica, dejando una mano en su hombro con delicadeza, miraba en la misma dirección que ella, pensando en una única cosa... No podía dejar de recordarse lo mal que le había caído siempre aquella chica. Tan centrada en si misma, tan cerrada en que ella siempre llevaba la verdad de todo, pensando que era justa y que su modo de hacer las cosas era el correcto, pero al mismo tiempo tan egoísta... Nunca se había dado cuenta de lo muy, jodidamente, estúpida que podía llegar a ser frente a su mejor amiga, supuestamente la persona que siempre le había apoyado... ¿De verdad SeoHan había estado soportando aquello por tantos años? Su concepto de amistad era diferente, Hyunjin y él eran mejores amigos desde hacía muchísimos años, pero nunca se habían comportado de aquella manera entre ellos.

Ninguno de los dos había exigido ser el foco de atención del otro, tampoco habían sido unos desagradecidos, habían tenido en cuenta en todo momento lo que habían hecho por el otro y le devolvían el gesto con gratitud. 

Pero JaeIn no parecía cumplir ninguno de esos conceptos, más que el de recibir y dar cuando se veía en la obligación de hacerlo. 

Aunque Minho estaba de acuerdo con una cosa, SeoHan tenía que ir a hablar con sus padres, y tenía pensado acompañarla si hacía falta, si ella se lo pedía, iría sin dudarlo a ofrecerle su apoyo y  a ayudar a confesarlo todo... Y si todo acababa mal, él estaría allí para defenderla y recordarle que nada de lo que estaba haciendo estaba realmente mal, que unos padres que se olvidaban de su hija, y luego la recordaban cuando no tenían más dinero que gastar, no eran las víctimas ahí. 

Ninguno de los dos había vuelto a tocar el tema, y JaeIn, al parecer, no se había vuelto a poner en contacto con SeoHan, para variar. 

Minho estaba en la oficina de Mark, sentado en el sillón de su oficina abriendo la fiambrera donde estaba la comida que había traído para el oficial. Se habían juntado de nuevo en el trabajo para comer juntos. Aquella vez, Minho había llevado un poco de tteokbokkie picante y una caja de pollo frito, por cortesía de su querido Jeongin, quien aquel domingo se había parado por la noche en hacerle una buena comida al policía y pensó que sería agradable si hacía un poco más para que compartiera con alguno de sus compañeros.

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒〡 Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora