Esas madrugadas llenas de emociones, pero de esas que no logras entender.
Esas que no tienen explicación alguna. ¿Raro? No.
Cuando ya las crees superadas, la realidad te golpea tan de repente que te quedas en blanco por unos momentos en los que no tienes ni idea de qué hacer y como avanzar. Donde te das cuenta que muy probablemente no las has superado del todo. Donde quedan pequeños trozos de aquello que fuiste alguna vez, pero que no estas dispuesto a regresar a ese lugar obscuro.
Cuando aquel cajón abandonado, con mil candados de seguridad, lleno de errores y derrotas quiere abrirse, y quiere recordarte cada uno de esos momentos en los que te perdías a ti mismo y te desvanecías a pedazos. Detente.
Esta bien recordar aquello que hicimos mal, aquello que nos llevó a la orilla del abismo, pero no te quedes ahí. No para siempre. Porque eso somos, estamos llenos de errores y momentos no tan bonitos, somos fragmentos, momentos, emociones. Así que no te sientas culpable, que necesitamos un toque de realidad, para poder continuar, necesitamos caernos para poder lograr entender que nos tenemos que levantar, que esos demonios no te podrán atormentar más, porque aprendiste de la peor manera, que esos defectos te hacen la persona que ahora eres, esa persona que puede brillar entre tanta obscuridad...
Para esa persona que siempre está ahí.
R.
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Fases
RandomElla. Tenía una tristeza que dolía, pero el poder de su risa, nadie más la tenía. Una mezcla ente lo bueno y lo malo. Ella, imprescindible y difícil de descifrar, un alma rota acompañada de una sonrisa sincera. El dolor, su acompañante y la felici...
