Desvistiendo al alma

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Que la desnunden, que sienta esos dedos recorrer por todo su cuerpo, disfrutando de la sensación.
Desenfreno, que ambos cuerpos se agiten, y que sean todos sentidos en ese momento especial a la hora de entregarse. Esos sonidos que vienen de lo más profundo del cuerpo, sintiendo carne con carne, bocas y lenguas mezcladas bailando al compás de aquella canción desconocida. Que le desnunden y sentirse tan única y especial con tan sólo un roce, que se entregue sin pensarlo, sin preguntarse por las consecuencias de si habrá un corazón roto más adelante.

Desea que le toquen, que sienta y que con tan sólo una mirada sepa que lo quiere dentro, escapando de todo y todos. Dos cuerpos, una habitación como testigo de un amor único.
Más allá de eso, desea que le desnunden el alma, que la toquen que la sientan muy dentro. Acaricien sus heridas, porque joder, cualquiera puede desvestirla y hacer que llegue al exatsis sintiendo adrenalina pura, pero ¿la seguirán queriendo?
En cambio, desconoce lo que siente el alma, lo que pide el corazón. Su corazón. Esperando que alguien alguna vez la vea como un tesoro más que un trozo de carne. Cansada de esperar algo que quizá nunca va a llegar.
Refugiada en su lugar feliz, perdiéndose en esas canciones y sintiéndose acompañada por esas páginas de todos los libros que suele leer. Creyendo que alguien, alguna vez, una única vez la quiera. Una vez...

Sentimientos rotos, que inician en su cabeza terminando en aquel corazón débil, las consecuencias de la traición mezclado con un amor falso, que nunca existió y que sólo ella vivió...
Aquellos ojos derramando verdades dolorosas pero que al fin terminaron siendo eso, su realidad. Necesitando a gritos silenciosos de algo sólido, algo concreto y que tenga la certeza de que permanecerá ahí, con ella. Más todo se esfuma, todo se va y le toca levantarse sola, pero esto ya se le está empezando a ser fácil cada vez más, llegando así a no importale. Abandonando esa esperanza y haciendo que esa máquina que vive dentro de ella, se endurezca más con el pasar del tiempo.

Consecuencias, eso traen las acciones, sus acciones, a tal punto que desea dejar de sentir, dejar de pensar y marcharse. Dejar las ilusiones por un lado, y terminar siento un robot. Porque ya nada puede con un corazón que dejó de sentir desde hace mucho, quedándose congelado en el tiempo.

Un caparazón, una barrera tan alta casi imposible de escalar, con sonrisas que no llegan al alma... Un aliento más, sólo uno uno más para poder seguir. Uno más.

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