Caída libre

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Supongo que se equivocó, y mucho. Creyendo en el amor, cuando no está hecho para ella. Está hecho para personas verdaderamente fuertes. Y ella no lo es. Admite que es algo tonta cuando su corazón se acelera y su cerebro se desconecta. Sintiéndose atraída por unas cuantas palabras con sabor a miel, soñando con un amor único, y sin problemas. Creando su propio cuento con el príncipe azul que casi todas esperan. 

Porque vamos, más de alguna vez desearon que por primera vez las amaran bien, las amaran bonito y sobre todo, amaran lo que son. Pero supone que se equivocó. Creyó en lo que no era cierto, ese corazón que estaba latiendo, lo detuvieron tan de repente, que perdió. Perdió por confiar, por entregar todo, por dar más de lo que debería. Y todo se derrumbó. ¿Su compañía? Su almohada, ella le escuchaba todas las noches, detenía sus lagrimas, y se aferraba tanto a ella, que se quedaba dormida. Esas noches obscuras preguntándose...  ¿Algo está mal en mí? ¿Tan jodida estoy por dentro para hacerme esa pregunta? Y entendió, que aunque que quieras algo con todas tus fuerzas, cuando deseas tanto algo, no pasará. No pasó, y lo entendió tarde y de la peor manera. A este punto, ya no creía en el amor. Y eso estaba jodido. Admite que es rara, escandalosa y desordenada, y ... está lejos. Lejos de ser alguien para esa persona, porque todo estaba en su mente, y caía una y otra vez, no le importó hacia donde fuera y si había algún colchón esperando por ella, porque decidió que ese miedo no la  vencería, y pensándolo mejor, hubiera preferido otro viaje, con otro destino. Porque la hicieron para amar, para sentir, y cuando decidió hacerlo... la hacen añicos.

Estaba tan distraída que  cayó. ¿Tuvo miedo? tal vez, esto se estaba volviendo costumbre para ella, pero ese corazón tan débil no puede dejar de sentir tan de repente. Nadie podría, cree ella. Cuando su mundo tembló, cuando empezaba a extrañar y a llorar, incluso en los momentos felices, recordaba todo. Y no fue mucho, no fue tan larga esa historia. Pero para ella significó tanto. No era amor, no era nada. Y para cuando lo comprendió, era tarde. 

¿Ingenua?. No. ¿Se arrepiente?. Tampoco, porque ella sí se atrevió a amar, a conocer. Porque fue valiente y aunque en le proceso la hicieran mierda y se quedara sola. No se arrepiente de nada. Y aunque por dentro se encuentre rota, sabe que pasará, le costará, pero lo logrará. Es solo que no sabe cuando...

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