El siguiente vuelo

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Hoy sé que hasta el amor más fuerte, se marchita.

Entendí que aunque creí encontrar a esa persona tan especial, se puede marchar en cualquier momento. Mensajes de texto a medias con lagrimas tan amargas. Conversaciones sin sentido ahora son puntos suspensivos. Como aquellas sonrisas robadas, ahora, se esfumaron con aquella ilusión.

Estabas al lado mío, pero ya no lo siento, ese calor que antes era tan abrazador, ahora, solo quedaba el vacío de aquellos brazos. Un futuro en el cual me veía tan completa y reflejada, en un lugar seguro, se derrumbaba poco a poco desgastando nuestro "para siempre". Creía ser fuerte, pero no. Joder no...

Nos vi, y creí que estaba completa que era feliz y que eras el amor de mi vida... Pero no fue así. Y es que cuando creí que la vida me sonreía y que por fin existía la posibilidad, la mínima que sea... Me arrebató de las manos aquello que creí, me pertenecía.

Charlas largas en esas madrugadas , momentos compartidos y horas robadas. Aquel sillón que hice mío por tantos años, esa foto en el refrigerador en nuestro lugar favorito de los viernes. Y aquellas cartas que releí una y mil veces, y aun así, seguía teniendo esa sonrisa como cuando la leí esa primera vez en el jardín que tanto nos gustaba.

Aquella cama que fue testigo de nuestros momentos más íntimos, donde la ropa sobraba y los besos eran los protagonistas de nuestra película de "amor". Nuestros brazaletes, grabados con una promesa que nuca fue dicha, pero que dábamos por hecho, que era así. Ese oso de peluche que esperaba por mi todas las noches, esas fiestas donde bailábamos sin parar, en aquel espacio donde solo eramos dos a pesar de estar rodeados de una multitud que desconocía nuestro pequeño gran amorío.

Aquellas canciones que hicimos nuestras, con esas melodías que gritaban cuanto nos queríamos, las rosas que guardé en mi libro favorito con tal de que quedara grabado para siempre ese día en el que me las diste, porque nos vi, nos vi juntos por una eternidad... Pero ese fue mi error.

Creí que eramos algo, pero de pronto, todo se esfumó, mi celular cargado de mensajes de texto sin tacto. Lagrimas que dejaban ver lo sola que me sentía, pero nunca supiste...

Todo se esfumó, todo se fue y con ello solo quedaban los recuerdos que lastimaban cada día un poco más que el otro. Recuerdos donde eramos felices, donde las sonrisas hablaban por si solas. Donde eramos invencibles... Pero me estrellé contra la pared. No me dijiste ningún adiós, pero yo lo suponía. Ese día se acercaba, y no lo esperaba, no estaba lista...

No me dijiste un sí, pero tampoco escuché un no. Una cuerda floja, donde me podía caer y romper en mil pedazos, y no te importó. No te importó si desangraba por dentro, si había un colchón para amortiguar mi caía... Simplemente, decidiste olvidarnos. Ese baúl con tantos recuerdos, aquella voz que no dejaba de recordarme cuan feliz era, esas palabras con doble filo, con una intención, lastimar. Se quedarán grabadas por mucho tiempo. Tal vez, toda una vida.

Y luego. Cuando voltee... Ya te habías ido, sin darnos un respiro, sin darnos una oportunidad. Estaba agotada, cansada y sin ganas de continuar. Luchando por dos, queriendo por ambos y sufriendo el doble... Tenía suficiente de ese teatro. No mentiré, nos vi muchas veces arrugándonos de viejitos, creí ciegamente, pero todo cambia, todo se desvanece y todo vuelve.

Ahora, solo me queda este corazón roto. Pero aquí estoy, en rehabilitación, cayendo al vacío constantemente, pero me levantaré. Y cuando lo haga, no quedará rastro alguno de nuestro amor imperfecto. No quedará nada, yo ya no estaré, me iré muy lejos, lejos de estas cadenas que me atan y no me dejan ser.

Y cuando tú decidas estar de regreso de aquel viaje largo que decidiste tomar por los dos, yo ya habré tomado el siguiente vuelo...

Dedicado a una persona realmente importante para mi...

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