𝟕. 𝐜𝐢𝐜𝐥𝐚𝐦𝐞𝐧

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Josh se había despertado animado, muy animado y desde ese momento su humor no había variado en absoluto. Era veintiuno de Marzo y eso solo significaba una cosa: La primavera había llegado. Era cuestión de tiempo para que los días cálidos llegaran. Ya no se congelaría al salir de la cama en las mañanas, ni al salir de bañarse, ni al salir de casa, ni al cambiarse, ni nunca. Era tan feliz.

Ese día no había tenido que usar el uniforme ya que habían salido temprano por los festivales que iban haber en la tarde, aún con eso, sus amigos no se pusieron de acuerdo para poder ir juntos a alguno, así que iba de regreso a casa para hacer algo de limpieza y poder hacer algo más elaborado de cenar ahora que tenía más tiempo. Quizás podría preparar alguna pasta o algo de carne rellena.

Bajo del autobús en su parada a unas cuadras del bloque de departamentos y empezó a caminar, se puso los audífonos y le subió el volumen a su celular. Iba a mitad de camino cuando se detuvo de repente y se giró, miro la calle de un lado a otro con la mirada. Había tenido la sensación de que alguien le estaba observando, había un par de personas caminando, incluso una mujer le paso, pero nadie parecía estar prestándole atención.

Siguió caminado pero al poco rato volvió a sentir la misma sensación incómoda, así que se volvió a girar. Inhaló profundamente tratando de calmar la sensación que se había alojado en su estómago–. ¡Josh! –sintió un empujón y miro hacia el frente.

– Ah, Debby –miro a la omega, quien le miraba con sus grandes ojos.

– ¿Estás bien? Te ves algo distraído, estuve esperándote en la esquina pero te detenías a cada rato, así que vine por tí –la pelirroja sonrió enorme separándose dos pasos.

– Oh… disculpa, es que… ¿Tú viste si alguien me estaba siguiendo?

Debby lo miro confundida–. No… ¿Alguien te venía siguiendo? Eso es muy malo –empezaron a caminar juntos y la menor miraba hacia atrás de vez en cuando, buscando algo–. Bueno, yo no veo a nadie… pero si crees que alguien te está siguiendo deberías decirle a tu esposo.

– No. No creo que sea necesario, quizás solo sea mi imaginación –le sonrió buscando tranquilizarla–. Bueno, creo que aquí nos separamos –la pelirroja asintió.

– Ten cuidado ¿Si? Nos vemos –Josh se quedó esperando en la esquina hasta ver que ella entrara a su casa, y después volvió a mirar hacía la avenida, frunciendo el ceño confundido.

Se encogió de hombros y siguió caminando hasta llegar al edificio–. Oh, Zack –cuando entro al lobby del edificio se encontró con el alfa hablando con el vigilante.

– Josh, esta sí es una sorpresa –le miró sonriéndole.

– Hoy las clases se suspendieron por los festivales –se acomodó la mochila y miro al vigilante–. Está bien si lo deja pasar la próxima vez, es el hermano de mi esposo… ¿No gustas pasar Zack?

– No gracias Josh, solo vengo de paso porque tenía que entregarle esto a Tyler –el omega cayo en cuenta del sobre que estaba en el escritorio del lobby–. Pensaba dejarlo aquí y que se lo entregarán cuándo alguno de los dos llegará, pero ahora que estás aquí te lo puedo dar en persona. Dile que lo llamaré en la noche para que me diga que piensa, no, mejor que él me llame.

– Si, está bien –miro el sobre al derecho y al revés.

– Bien, yo me voy, nos vemos –le revolvió el cabello tomándolo por sorpresa.

– Adiós –se le quedo viendo hasta que salió del edificio y después miro confundido al vigilante quien solo le sonrió.

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SIN ESENCIA || TYSH Where stories live. Discover now