30 ᴅᴀʏs ᴏғ sᴍᴜᴛ ᴄʜᴀʟʟᴇɴɢᴇ

Hermanastros (HyunIn)

Hace unos años, mi mamá se casó con un señor llamado Daniel, él tenía un joven hijo, JeongIn, él es unos dos años menor que yo.
Nos caímos mal al principio, él es como una niña en casa, usaba faldas y maquillaje; en algún punto, ver a mi hermano, lavando la losa con una de sus peculiares faldas y medias, era un tanto excitante, solía estar cerca cuando él las usaba, ya que era descuidado y se le alzaban en cualquier momento.
Una vez me ponía duro, salía disparado al sanitario, a deshacerme de los deseos carnales que me causaba JeongIn.

Quiero acercarme a él, mostrarle lo que me hace cada vez que usa esas faldas.
Y está es mi oportunidad, no alcanza algo.

— Déjame ayudarte — dije acercándome por detrás, me aseguré de que sintiera mi falo duro contra su trasero, me estiré y le bajé los cereales — Toma — noté el sonrojo en su rostro.

— Gracias Jin... — dijo bajo yendo a comer.

Me quedé parado en la barra, estaba exponiendo mi erección, quería que la viera.

Aclaré mi garganta para llamar su atención, sonreí cuando lo hice, vi como escaneó mi cuerpo con una ceja levantada, su vista se detuvo en mi entrepierna, lo que hizo que sonriera victorioso, vi como tragó en seco.

— JeongIn, ésto — tomé mi entrepierna con fuerza — Es lo que provocas en mí, al verte con esas pequeñas faldas, dejándome ver tu trasero, quiero saber que es lo que escondes debajo de esa ropa.

Vi como su rostro enrojeció — Jin, ¿no te duele? — dijo dejando de lado su cereal.

Hoy debe ser el día en que por fin me folle a mi hermano y me quite estos deseos — Sí Innie, me duele mucho — bajé mi mano y comencé a sobar sobre mi pantalón

Nuestros padres se habían ido de vacaciones dejándonos solos, porque dos adolescentes, uno de 20 y uno de 18 saben como cuidarse.

— ¿Realmente yo te hago eso? — sonrió juguetón — Uh, debería ayudarte hermano — se levantó y caminó lentamente a mí, bajo su mano hasta mi entrepierna y la metió en mi pantalón, comenzando a masajear, su boca se pegó a la mía, y comenzamos un beso apasionado, dirigí mi mano hasta su trasero, deslizando la falda hacia arriba mientras acariciaba su piel, moviendo su ropa interior para poder tocar su dulce entrada.
Gemidos dulces salían de su boca, siendo callados por la mía.

Me separé de él, llevé mi mano hasta su boca y metí tres dedos, él los lamió, mirando directamente a mis ojos.
Jamás había visto unos ojos tan lujuriosos en mi vida.

Tragué saliva de manera sonora, saqué mis dedos de su boca, y los metí delicadamente en su ropa interior, rozando su entrada, después, metí mis dedos con fuerza en su entrada, haciendo que soltara un gemido alto.
Embestí con mis dedos de la misma manera fuerte.

— JeongIn, ¿Puedo follarte?— dije moviendo mis dedos en círculos dentro de su entrada.

Él se separó, caminó hasta la barra de la cocina, bajó completamente su ropa interior, se recargó en la barra abriendo sus piernas — Follame Hyung ~ — dijo moviendo de lado a lado su trasero.

No pude resistirme a ver como se movía, bajé mis pantalones y caminé hasta él.
Estando cerca de él, me agaché hasta su entrada, lamiéndola y chupando todo lo que podía, abría sus nalgas para lamer más.

— Hyung ~ — gemía una y otra vez, mientras movía su trasero — Ah~

Sonreí y me levanté, acaricié su entrada con mi miembro — ¿Quieres que la meta? — dije mientras metía acariciando su entrada fuertemente.

— Sí Hyung~ Metela, follame duro — restregaba con necesidad su trasero en mí.

Me alineé y empecé a meter lentamente mi falo en su estrecha entrada, sintiendo como temblaba y gemía.
Me quedé dentro unos minutos, esperando a que él se moviera, una vez sentí como se comenzaba a mover, tomé su cintura y comencé un vaivén lento, tras cada embestida, el ritmo aceleraba, a su vez como mi respiración comenzaba a agitarse.

— Hyung~ muevete más, dame más, por favor — decía con su voz agitada y temblorosa.

Moví mis caderas rápidamente enterrandome completamente en él, movía su caderas ayudándome a tocar su punto, sostuve firmemente sus caderas, haciendo un choque de nuestras pieles, el sonido que hacíamos juntos entre gemidos y jadeos era el más delicioso que había sentido en todo lo que llevaba de vida.
Siempre quise tenerlo así para mí, simplemente enterrandome en él.

—JeongIn, eres delicioso, ¿cómo un niño con cara tan inocente puede ser hacerme desear follarlo tan duro? — dejé un golpe de mano abierta en su trasero y abrí sus nalgas, embistiendo duro y profundo, haciéndome oír los ruidosos gemidos que provocaban mis movimientos, él se dedicaba a pedirme más y más.

— Hyung, folleme más duro, por favor~ — mordió su labio y con su manos abrió sus nalgas.

Salí de él y lo volví a embestir con rudeza, sintiendo como sus piernas temblaban cada vez que embestía duro, daba fuertes nalgadas cada vez que embestía, los gemidos de su boca hacían que deseara enterrarme más y más en él, hasta que quedara totalmente bañado en mi semen.

— Móntame JeongIn — dejé un golpe fuerte antes de salir de él.

Me senté en una de las sillas de la cocina con mis piernas abiertas, tomé mi falo y moví mi mano, mientras él se acercaba desesperado por mi.

Se acercó a mí, sentándose, alineó mi miembro en su entrada y se sentó, sus piernas temblaron y soltó un gemido, comenzó a brincar lentamente, puse mi mano en su miembro, jugando con él.
Levanté su falda, y vi su rosado falo comenzando a gotear por el pre-semen.

Tomé su cintura haciéndolo brincar mientras lo miraba a los ojos.

Su linda boca estaba abierta soltando infinidad de gemidos, escurriendo saliva, sus ojos apretados cerrados fuertemente.

Paró de brincar, comenzando a moverse rápidamente de adelante hacia atrás, volví a poner mi mano en su falo, masturbandolo rápidamente, su espalda se encorvó, y soltó su semen en mi mano, la cual seguía moviéndolo.

— Déjame sobre-estimularte, te mostraré qué es placer — Tomé su cintura y lo hice brincar de nuevo.

Él no paraba de temblar y gemir, era tan jodidamente caliente verlo así, sus ojos comenzaron a lagrimear por la excitación.
Lo subí sacando casi por completo mi miembro y lo dejé caer, metiéndolo completamente, lo sujeté más fuerte y empecé a embestir rápidamente — Eres muy rico – tomé sus labios, mordiendo y lamiéndolos, mantenía moviendo su cintura en círculos conmigo dentro.

Siguió gimiendo, vi su falo y estaba goteando de nuevo.

Me levanté y salí de él dándole la vuelta y entrando en él nuevamente — Vamos al sofá — caminé con mi miembro dentro de él.
Sus piernas temblaban, y doblaban en ocasiones, llegamos al sofá, hice que se incara en el, tomé sus manos y comencé a embestir rápidamente, jalaba de él hacia atrás haciendo que me enterrara en él más, sentí mi orgasmo formarse, así que embestí rápidamente hasta sentirme cerca, salí de él y lo volteé, metí mi miembro a su boca haciendo que se ahogara y lagrimearan sus ojos, lo miré y salí de él, corriendome en su rostro.

Sonreí victorioso, al fin me follé a mi hermanastro — Gracias JeongIn, fue fantástico — me separé de él, dejándolo tumbado en el sofá, fui a la cocina por mi pantalón y ropa interior, caminé por el pasillo al baño, para tomar una ducha rápida.

Espero que ésta no sea la primera y última vez.