Cadie Sanna.
Ser la reina de Nueva Orleans a veces puede ser muy difícil, aún que he pasado por todo después de cien años en el trono, bueno, junto con mi marido Marcel. Lo conocí justo antes de que los Mikaelson huyeran de mi preciosa ciudad, dejándola en llamas.
No llegué a conocer a ninguno de los originales, todo lo que se es por Marcel. Claro, todo eso cambió cuando Klaus Mikaelson llegó a la ciudad. Fue el primer de la familia que llegué a conocer, pero ciertamente no el último. Después de unos días conocí a Elijah y por último, a una celosa Rebekah.
Unos meses después yo ya sabia que Klaus tenia sentimientos hacia mi, eso hizo que Marcel fuera aun mas protector que nunca.
Hoy por la noche teníamos en la mansión una fiesta de Halloween, una fiesta de disfraces. Llevaba puesto uno de mis sexys vestidos junto con una preciosa máscara. Al terminar los últimos retoques, me decidí bajar ya que la mascarada había comenzado.
Bajé por las escaleras mirando entre las personas para encontrar a mi marido aun que mucho no tuve que buscar porque, de repente, Marcel estaba al final de las escaleras tendiéndome una de sus manos para que yo pueda cogerla.
-Gracias por unirse a nosotros mi reina. - le cogí de la mano y le dediqué una sonrisa coqueta. Marcel inclinó su cabeza ligeramente hacia mi y me llevó a su lado.
-Entonces de nada Señor Gerard. - le sonreí graciosamente a mi marido. - Vamos a saludar a nuestros invitados.
Caminamos junto con Marcel al rededor de la mansión, hablando con algunos de nuestros amigos. Todo iba perfecto hasta que los Mikaelson aparecieron de imprevisto. Marcel y yo los miramos, antes de hacer nada, unas amigas mías me llamaron para que me uniera a ellas.
-Ve, disfruta de la fiesta. - me dijo Marcel al ver que no me decidía. Se inclinó hacia mi y me beso en la comisura de mis labios, y luego me soltó la cintura.
Me fui con mis amigas a disfrutar de la música y de la comida, que por cierto estaba exquisita. Sentía un mirada encima mía pero no le daba importancia ya que era la reina. Después de unos minutos sentí que alguien me daba un toque en el hombro. Me giré con una sonrisa y al ver al híbrido enfrente mía, mi sonrisa se borró.
-¿Puedo ayudarte en algo? - le pregunté al vampiro.
-Sí, ¿te importaría darme este baile? - Justo cuando dijo eso, empezó una musica lenta. Puse mis ojos en blanco.
-Me importa. - Dije y me volví hacia mis amigos que veían con incomodidad cómo se desarrollaba la escena delante de ellos.
-Vamos amor, sólo un baile.- Klaus insistió y se movió, así que estaba otra vez delante de mi. Resoplé y dije que no mientras que me alejaba de él. Fui hasta la barra.
-¿Es por Marcel? Estoy seguro de que no le importaría que bailara contigo.- dijo Klaus y me siguió.
-A) A Marcel no le gustaría B) Aunque le gustara, no quiero bailar contigo C) No me gustas, así que vete. - le enumeré y le hice una seña al camarero para que me trajera un trago.
-Amor, no me conoces.- dijo Klaus, yo suspiré molesta.
-Sé lo suficiente.
-Bueno, yo no, así que dime cuántos años tienes. - Klaus se inclinó hacia el bar para mirarme.
-Más vieja de lo que parezco. - Le di una sonrisa fingida y me bebí el trago de una.Dejé el vaso encima del bar y me giré para dejar a Klaus solo, pero antes de que pudiera dar otro paso, él me agarró la muñeca. Mi cabeza se movió y le miré fijamente, él se sorprendió. Tenía esa mirada que hacía que la gente se encogiera de miedo.
-Dejame. - Siseo. La música se detuvo repentinamente y todos fijaron la mirada hacia nosotros. Todos los vampiros de Nueva Orleans dieron un paso más, listos para defenderme si fuera necesario.
-La has escuchado Klaus. - La voz de Marcel resonó en el silencio. Rebekah y Elijah aparecieron al lado de Klaus al igual que Marcel al lado mía.
-Niklaus, deja ir a Cadie. - dijo Elijah mirando a todos los vampiros y también a sus hermanos.
-¿Por qué? Para nosotros sólo son vampiros bebé. - dijo Klaus sin quitarme la mirada de encima. - Y Marcel no la merece.
Gruñí y sentí aparecer viñas debajo de mis ojos y también como se volvían rojos.
-¡Nick! Ella es su reina, harán cualquier cosa para protegerla. - Rebekah le dijo al idiota de su hermano. - Y deja de molestar a todo el mundo.
-Klaus suelta a mi esposa. - Marcel le dijo dando un paso hacia él. Klaus, lentamente, soltó mi mano y de un parpadeo se fue.
-Siento lo que mi hermano ha echo. - dijo Elijah sinceramente. - No sabe cuando parar.
-No es tu culpa, Elijah. - le sonreí al original mayor. Me volví hacia los vampiros. - Ahora, ¿por qué se detuvo la música?
Cuando la música empezó de nuevo, cogí la mano de Marcel y tiré de él hacia la pista de baile. Envolví mis manos alrededor de su cuello y lo acerqué hacia mí. Sus manos hicieron lo mismo, al instante, en mi cintura.
-Estoy bien, Marcel. - Le dije a Marcel al ver su cara estresada.
-No quiero que te pase nada. - me acerqué aún más a él.
-Y nada lo hará. - acaricié su mejilla. - Te amo a ti y sólo a ti, lo sabes, ¿verdad? Y nadie será nunca tan bueno para mí como tú.
- Te amo más que a mi vida. - susurró, acercándose a mi cara.
-No es posible. - le susurré de vuelta. Su mano recorría mi espalda de arriba abajo.
-Tienes razón, pero te sigo amando más de lo que tú me amas a mí. - reímos. Acortamos la distancia y nos besamos con una perfecta sincronización. No me importaba quien nos miraba. Nuestro amor era único y verdadero.
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Multifandom One Shots.
Fanfiction•Teen Wolf. •The vampire diaries. •The Originals. •Supernatural. •Riverdale. •Las escalofriantes aventuras de Sabrina. -Puede haber vocabulario bruto. -Escenas explícitas.