Capítulo 40 - Bienvenida

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P.O.V.María

Entramos al coche de Salva y nos dirigimos a casa donde nos esperaban toda la familia en Benalmádena. En el coche, mis manos y piernas temblaban, soy muy tímida y hasta que no conozco a alguien y estoy tiempo hablando con esa persona no me puedo estar tranquila.

- Y, bueno María, ¿Has estado en Málaga alguna vez?-preguntó Salva al volante.

- Pues la verdad es que... no, siempre he soñado en venir aquí y pasar unos días para conocer la ciudad.

Pablo, en el asiento del copiloto, se dio la vuelta y me miró, sonrió y yo sonreí. Volvió a sentarse bien y mi móvil vibró.

Lo cogí y vi que tenía un mensaje de Andrés, lo leí sin dudarlo.

Andrés: ¿Qué tal está mi malagueña favorita? ;)

Reí al leer "malagueña". Justamente Andrés estaba en línea.

Yo: ¿Malagueña yo? ¡Ojalá! Hahaha :) Muy bien ¿y mi madrileño favorito? ;)

Andrés: Hahaha tu madrileño favorito está aburrido sin su malagueña favorita... :( ¿Cuándo volverás?

Yo: :) Pues... Dentro de cinco o seis días... No te preocupes, volveré pronto.

Andrés: ¡Vale! Entonces seguiré esperando... Pásatelo bien, ¿vale? :)

Yo: Hahaha, valee :) ¡Un beso!

Dejé el móvil en el bolso de nuevo y, sin darme cuenta, el coche estaba parado.

- Ya estamos en casa...-dijo Salva desabrochando su cinturón del asiento.

- ¡Que rápido!-dije guardando el móvil en el bolso.

Salimos del coche y sacamos las maletas. Salva cogió la mía y Pablo la suya.

- Gracias por llevar mi maleta pero si quieres la llevo yo-dije a Salva

- No, mujer, ya te la llevo yo, no te preocupes-dijo sonriente

Yo asentí y, al lado de Pablo, comencé a andar hacia casa junto a Salva y Pablo. Pablo me cogió de la cintura y besó mi mejilla.

- Sé tú misma, les encantarás-me susurró

Yo le sonreí y esta vez le di yo un beso en los labios.

Salva abrió la puerta de casa con cuidado y entramos en ella, nada más entrar una mujer salió de una de las habitaciones.

- ¡Pablo, María!-dijo viniendo hacia nosotros con los brazos abiertos.

- ¡Mamá!-dijo Pablo dándole un abrazo- Te he echado de menos.

- Yo también a ti, hijo

Sentí como Salva posó su mano en mi espalda y, con una sonrisa, me empujó un poco para que fuera a saludarla.

- ¡Madre, esta es tu nueva nuera!-dijo Salva.

Yo, sonrojada, sonreí y me acerqué a ella.

- Encantada de conocerla, Elena-dije frente a ella.

- María-dijo abrazándome- Tenía muchas ganas de conocerte, bienvenida a la familia.

Nunca Estarás Sola [Pablo Alborán]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora