Nunca Estarás Sola [Pablo Alborán]

Capítulo 42 - Tú y yo

P.O.V. Pablo

Abrí lentamente los ojos y sonreí al ver como dormía María junto a mí. Acaricié su pómulo con mi dedo pulgar y decidí levantarme despacio para poder dejarle dormir tranquila. Cogí la ropa y me lo puse en menos de diez segundos.

Me dirigí a la cocina y vi como mi madre preparaba el desayuno mientras escuchaba las noticias.

- Buenos día, mamá-dije en bajo.

- Buenos días, ¿Qué tal has dormido?

- Perfectamente...-suspiré- Mamá, quería comentarte algo...

- Claro, dime.

- He estado pensando que... Me encantaría llevarle a María a un sitio especial está noche... Como es Nochevieja y dentro de pocos días ya se va...

Mi madre paró de preparar el desayuno y me miró sonriente.

- ¿A dónde le vas a llevar, hijo? ¿A la Malagueta? Sería fantástico, le encantaría...

- No, lo tengo ya pensado y es una sorpresa...- dije riendo- ¿Podríamos pasar la Nochevieja sólo los dos? Mañana año nuevo lo pasaríamos todos juntos...

- Está bien, como quieras... Pero ¿Puedo decir algo o... Mejor no digo nada?

- No, no digas nada... Es una sorpresa...-dije alargando la última vocal.

- ¿Ni a tu hermana?

- Mamá... No, ya sabes como es, se le escaparía la sorpresa y lo fastidiaría todo...

- Está bien, está bien...

Mi madre comenzó a reír y acabó de preparar el desayuno para todos.

María y todos los demás se levantaron un poco después de que habláramos mi madre y yo en la cocina. Estuvimos hablando mientras desayunábamos y por fin era la hora de pasear por las calles de Málaga.

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P.O.V. María

Ya eran las 18:30 de la tarde. Pablo y yo hemos estado todo el día visitando los preciosos sitios especiales de Málaga, comimos juntos con la familia y finalmente hemos decidido ir a la Malagueta.

- Esto es precioso-dije sentada en la arena mirando al horizonte- Es lo más bonito que he visto en mi vida.

- ¿Más que yo?

- Sí-bromeé para hacerle rabiar.

- ¿De verdad?

Me miró sorprendido y finalmente rió.

- ¡Era broma! Tú eres lo más bonito del mundo.

Nos quedamos en silencio escuchando como las olas chocaban con la arena, sintiendo la arena bajo nosotros y envueltos en una leve brisa marina.

- Me encantaría llevarte a un sitio por la noche-oí que me decía Pablo sentado a mi lado- Ya que es Nochevieja... Me encantaría empezar el año nuevo solamente junto a ti.

Desvíe la mirada y le sonreí, sería mágico pasar solamente la Nochevieja junto a él.

- Claro, será maravilloso.

- ¡Pues vamos!-dijo Pablo levantándose.

- ¿Ya?-dije riendo.

- No hay tiempo que perder...-dijo sonriente