"¡Vete al infierno!"
"De ahí vengo, ángel. Y, no hay forma de que me hagas volver"
Ambos estaban perdidos, en un lugar al cual no podían llamar hogar. Mientras que su mente lo único que lograba era confundirlos y no hacer nada fácil su estadía. Los...
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Only Angel – Harry
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Era la quinta llamada, pero no pasaba nada. Sus ojos estaban puestos en la pantalla del teléfono que tenía en manos, tal vez, creyendo que aquello ayudaría a que algo pasaba, pero no. Aun nadie respondía.
La mirada del ángel estaba puesta sobre sí, parecía preocupada. Esta era su última esperanza y, pista que tenían del chico. Sino encontraban a Joe, jamás encontrarían a su padre, y si no encontraban a su padre, Luke no obtendría su collar de vuelta. Cosa que no tenía que ser necesariamente algo malo. Pero, claro, esa ya se trataba de sus propios deseos egoístas.
Seria mentira decir que no estuvo pensando demasiado en saber qué pasaría si Luke se quedara. Tal vez, aquel pensamiento era algo de lo cual dependía para poder seguir actuando indiferente ante aquella situación. Pero, al ver la preocupación en los ojos color cielo, sabía que el dueño de estos necesitaba volver.
Le dolía. Imaginar los ojos azules que tanto amaba observar, los brazos que lo envolvían casi todas las noches y la suave voz desparecerían. Pero, nunca nada de eso lo hizo abandonar la misión que ambos tenían. Habían hecho un trato, y no era de las personas que los rompían.
Además, este no era un lugar para un ángel tan puro como Luke. Él aun podía escapar antes que todos aquellos recuerdos terminaran por apoderarse de su mente, al igual que hicieron con la suya. Podía escapar antes que fuera tarde. En su caso no era una opción. Y, esa era una de las razones por las cuales le dolería demasiado la partida del ángel.
No podía decirle, no podía atraer aquellos recuerdos que ya lo estaban comiendo por dentro poco a poco. Solo esperaba que todo se arreglara, que aquel maldito collar apareciera, pero sus opciones se acababan, y por la mirada de Luke, eso no era bueno.
—Ángel, lo vamos a encontrar —intento animar. Coloco su mano sobre la rodilla del ángel, pero este tenía la misma mirada preocupada que hace unos momentos, desde la primera llamada.
—S-Se acabo —murmuró el rubio. Su voz sonaba rota, como si las esperanzas también se hubieran ido de ella —. M-Me quedaré aquí para siempre- M-Michael, estoy- estoy atrapado y-
—No, no lo estas —dejó el teléfono a un lado, y acerco su cuerpo al del ángel. Ambos estaban sentados en la gran cama, por lo que solo tuvo que moverse unos centímetros y apoyarse en sus rodillas, para poder estar frente a él —. Te voy a sacar de aquí, ángel. Solo dame tiempo, debe haber otra forma, solo-
—¡Lo estoy! —exclamó Luke. Lagrimas comenzaron a bajar de sus mejillas, y sintió desesperación por no saber que hacer para detenerlas —. Michael, tal vez desde el comienzo debí saberlo. Llegué acá sin ninguna indicación, sin una pista, nada. Caí acá, debí- debí saberlo. Y-Yo he-
