Su calor corporal se funde con el tuyo en un cálido abrazo, el embriagante aroma a canela con chocolate se impregna en tus fosas nasales. El abrazo se rompe por iniciativa del joven, con sus dedos pulgar e índice sujeta tu barbilla, sus orbes dibagan desde tus labios hasta conectarse con los tuyos.
Su tacto era tan cálido que quemaba, el dolor en tu pecho aumentaba con cada sentir de su agitada respiración, cautiva por los nuevos sentimientos te alejas. La mirada del rubio oscureció, las débiles murallas cristalinas de lágrimas se dejan apreciar en el borde de sus párpados inferiores.
— ¿sigues enfadada? — su timbre de voz quebradizo confundió aún más tu mente.
Los suaves susurros pasaron a un segundo plano, cada latir de tu corazón era más fuerte al anterior — ¿nos conocemos?
— no digas esas cosas Tn — susurra sin separar sus brazos de tu cintura, con delicadeza recarga su frente en tu hombro derecho.
— Suoh, al fin te encuentro — una rubia joven llama la atención de los espectadores, la nueva fémina de identidad desconocida te analiza con molestia — ¿que ha-? Tn — susurra.
Ese olor.
Esta sensación.
Sus delgados brazos envuelven tu delicado cuerpo, su forma afectiva lastimaba tu interior, el dolor de cabeza era cada vez más insoportable, tu hombro derecho se humedecida ante las aparentes lágrimas de la oji azul/gris. Sin aparente expresión facial, te deshaces del abrazo para alejarte.
La oji azul comprendiendo un poco más la situación se pone frente a tu cuerpo.
— lo sentimos mucho, no quisimos lastimarte — susurra.
¿Lo siente?
Sus súplicas causaban cierto dolor agudo en tu cerebro, la irritación era tal, que pequeñas lágrimas se acumulaban en tus párpados inferiores. Tan pronto el dolor aumentó un poco más, varios recuerdos borrosos se mezclan entre sí.
¿Mis recuerdos?
«•••»
El tiempo atmosférico parecía haberse descompuesto, el sonido del oleaje que tanta calma traía ahora aterra a los visitantes, el sonoro sonido de la alarma dio aviso al avistamiento de las trompas marinas. Juntando tus párpados inhalas profundamente, dispuesta a realizar tu labor como descendiente de la diosa marina.
— ¿¡que crees que haces!? — la voz del peli cobre llega a tus oídos, dedicándole una dulce sonrisa continuas con tu labor.
Un dulce llamado te guía sobre las aguas hasta la corona maldita, tu cuerpo se llena de sentimientos negativos que consumen cada gota de energía, el dolor psicológico se volvía físico, lastimando todo tu ser, ignorando el desgarrador sentir te colocas el adorno que tantas vidas de sirenas cobro.
Desde las profundidades del mar emerge un hombre lleno de energía oscura — mi querida princesa a vuelto.
— ¿que? — ante la insignificante pregunta el hombre chasquea sus dedos sintiendo como tu energía vital es consumida por la corona para ser entregada al cetro — ¿q-qué, me está, pasando?
— shhh, solo disfruta de tu siesta — se burla, de sus labios emerge una risa estruendosa que estremece su ser.
— no estaría tan seguro — con tu mano sobre tu peineta sonríes — ¡voz reina del mar! — los colores de las nueve perlas brillan en la oscuridad para envolverte.
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Las miradas de los transeúntes, visitantes e incluso de los surfista se posaron en los extraños sucesos, al sentir que tu identad pueda ser descubierta alzas el microfono con una sonrisa un poco forzosa.
— ¿listos para el show? — consultas al público con un tono bastante alegre.
Los gritos eufóricos de los amantes musicales lograron darte fuerza suficiente para ignorar el dolor, con el sentir de mil cuchillas atravesando tu mente sientes como la melodía llega a cada célula de tu cuerpo.
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El término de la canción había llegado, el villano estaba débil, por lo que no tardó en desaparecer entre sus tinieblas, tu mirada orgullosa se cruzó con la del aliviado peli cobre.
— ¡Canto de sirena arriba el telón!, ¿quieres oírlo otra ves? — ante la pregunta el público respondía eufórico.
La tormenta se disipó dejando apreciar un hermoso arcoiris en el cielo, la corona se cayó de tu mollera pero fue absorbida por el mar, sin duda alguna está no será la primera batalla contra el.
