Innocent |Derek Hale [Teen Wolf]

Capítulo 14

Dania Rusell salió del estudio que tenia en su casa una vez termino algunos trabajos importantes, noto como estaba todo silencioso lo cual no era extraño pero debido a la nueva situación que se les presento, sabia que su hijo la estaba evitando y no se equivocaba.

-¡Se que estas aquí!-exclamo en alto la mujer buscando a Castiel.

Al subir las escaleras hacia el segundo piso para buscar a su hijo en su cuarto, se lo topo en el pasillo con mochila en la espalda apunto de escaparse por una de las ventanas. Ella se cruzo de brazos mirándolo con una ceja arqueada, en respuesta este soltó un suspiro rendido y retiro su intento de escape.

-No voy a hablar de eso, no lo hare-dijo de forma áspera el pelinegro.

-Castiel debemos hablar de Lucy-pidió su madre ganándose una mirada de enojo de parte del Arconte.

-¡No digas su nombre!¡Ese ya ni siquiera es su nombre!-estallo el pelinegro y se acerco hacia su madre-¡Olvídate de todo lo que dije antes sobre ella!¡No seguiré tus ideales, no estaré con ella!-se detuvo al estar un paso de distancia de su madre.

-Sabes lo que sucederá, te necesitara y tarde o temprano, la amaras. Sea tu decisión o no, sucederá Castiel, es nuestra naturaleza-hablo Dania serenamente e intento acariciar la mejilla de su hijo con delicadeza pero este le agarro de la muñeca deteniéndola.

-No se trata de que sea una impura, yo no le arrebatare su vida, sus sueños ni seré el culpable de que lo pierda todo, no seré nuestro padre. Antes muerto y no me importa lo que digas, ella es libre gracias a mi-sentencio Castiel soltando la muñeca de su madre y se fue hacia las escaleras, ella supo que su hijo se fue cuando el portazo de la puerta principal se escucho.

Dania negó preocupada y toco las puntas de su corto cabello, ella sabia lo que debía hacer, su hijo lo sabia. Solo trataba de que Castiel comprendiera lo que sucedería, que a pesar de todo lo que vendría y todo lo que vera, ella es su madre, lo hace por amor y por la verdadera libertad de ambos.

Una vez su hijo se sacrifico por ella y ya era hora de que ella ajustara la balanza.