Innocent |Derek Hale [Teen Wolf]

Capítulo 9

Los sueños, representaciones de tus deseos mas profundos según las palabras de Dania para la pequeña Robin que escondía un gran secreto, la verdad de que noche tras noche solo tenia pesadillas que señalaban su inminente final, ella trataba de esconderlo lo más que podía, actuaba lo mas normal que podía cada mañana luego del tormento. Pero no resultaba creíble para alguien en especial que paso por lo mismo, que conocía esas actitudes y sabia como solucionarlo.

Robin bajo por las escaleras esa mañana, llevaba dos semanas conviviendo con la familia Russel y había conseguido aprender muchas cosas de si misma pero una en especifico la hacia sentir culpable, la mirada de quienes ella creía que eran sus amigos y que estaban dispuestos a protegerla, ella percibía el temor que generaba en ellos aunque fuera mínimo.

-¿Vas a quedarte en mitad de la escalera todo el día?-al escuchar esas palabras la castaña dirigió su atención a él. Como siempre elegante y muy fuera de época, aunque a Castiel no le importaban esas bromas, él se sentía superior con su estilo.

-¿Que es eso?-pregunto Robin acercándose a él y le quito el cigarro de las manos-Dania ya te ha dicho que dejes esto, luego hueles fatal-se quejo.

-Mira niña-Castiel arrebato el cigarro de las pequeñas manos de la joven-Mi madre no esta y tu no serás ella en su ausencia-dijo eso para sacar el encendedor de su bolsillo pero cuando quiso utilizarlo Robin soplo la llama insistiendo en que no debía hacerlo.

-Esta bien, estas con mamitis. Mejor cuida tu espalda o te arrojare de lo mas alto de una montaña-el pelinegro dejo el cigarro sobre la mesa consiguiendo una sonrisa triunfante de la menor.

-Quiero verlas-dijo Robin sonriendo con inocencia genuina.

-Esta obsesión con mis alas solo por que son negras me esta preocupando-dicho eso Castiel tomo a la menor por los hombros y lo dirigió a la cocina con él.

-No me detendré hasta saber por que, quiero saber por que se volvieron negras. ¿Fallaste?¿Rompiste una regla?-ella insistía con gran curiosidad, él no la culpaba, ella era una niña en un mundo completamente nuevo y sabia que no era tan niña, tenían una diferencia de dos años pero de todas formas la veía muy pequeña e inocente para todo lo que vendría.

-Sabes a la perfección que la razón por la que no hablo de ello es por que puedo provocarte lo mismo, yo prefiero seguir viendo tus alas blancas y puras por que reflejan lo que eres-respondió el pelinegro a la vez que abría la nevera para prepararle el desayuno a la menor.

-¿Si soy tan buena por que mis amigos me temen?-Pregunto Robin a la vez que su sonrisa se borraba y demostraba el dolor que cargaban sus palabras.

-Siempre tendrán miedo de lo desconocido, tu demuestra que eres mejor que la naturaleza que te define y ellos confiaran-noto como Robin no cambiaba su expresión de inseguridad-pero primero debes dejar de temerte a ti misma, te ayudare a dar un paso pequeño.