2

99 28 12
                                    

A la mañana siguiente me desperté por los rayos del sol que se asomaban por mi ventana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente me desperté por los rayos del sol que se asomaban por mi ventana. Me deshice de las mantas y baje a desayunar, aunque no sabía ni qué hora era.

Baje al primer piso y fui directa a la cocina donde escuche un par de ruidos, cuando llegué vi a mi amigo haciéndose unas tostadas.

—Buenos días Kili, ¡yo también quiero tostadas!

—Hey Roxy, buenos días, hoy te has levantado más temprano de lo normal.

—Si es que a cierta persona se le olvido bajar mi persiana y no miro a nadie.

—Haberla bajado tú antes de bajar a ver las películas y de dormirte Roxy, no me eches la culpa a mí —yo solo sonreí porque sabía que era verdad.

—Pequeña Roxy vamos a desayunar.

Desayunamos, nos vestimos y nos fuimos para la calle y fuimos a dar unas vueltas por toda la ciudad de Christchurch que hace tiempo que no hacíamos una ruta turística, desde que había vuelto. Fuimos por rutas viendo todos los lugares más bonitos, aparcamos el coche en uno de los muchos aparcamientos que había en el mirador.

Subimos a una de las colinas andando, yo acabe agotada al contrario que Kili que iba tan tranquilo, claro va al gimnasio y a correr casi todos los días. Se gira para mirarme a la cara y suelta una carcajada.

—¿Cansada?

—Muy gracioso —le fulmino con mi mirada, pero él no se intimida con nada ni con nadie. Y se ríe de mi cara.

—No te rías.

—Es que tu cara es graciosa y no da miedo —lo miro mal y camino más rápido de él.

—Pero no te enfades Roxy. Espérame —yo ni respondía ni me detenía para esperarle. Siento que corre para ponerse a mi altura, rodearme con su brazo izquierdo mis hombros y me atrae hacia su cuerpo para darme un abrazo. Me besa la cabeza y me dice que era una broma.

Seguimos nuestro camino viendo todas las vistas que desde este lugar se ven preciosas, he venido muchas veces, pero siempre te sorprendes con algo nuevo.

Desde donde nos encontrábamos se podía ver todos los lugares a donde íbamos, ya sea por la noche de fiesta o por las tardes a pasar el rato. También contemplé que se podía apreciar quien subía hacia la colina, ya que dé desde mi posición se veían los coches subir y bajar.

Me fije que subían unos coches que se me hacían muy conocidos.

Kili andaba distraído mirando el móvil.

—Kili, ¿Esos no son los coches que vimos ayer en la avenida?— Señale con el dedo hacia los coches que iban a toda prisa subiendo hacia donde estábamos nosotros.

Mi amigo que justo estaba al lado mío se tensó al divisar los coches y reconocerlos.

Mi amigo que justo estaba al lado mío se tensó al divisar los coches y reconocerlos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Roxanne AikenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora