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Hace un par de semanas volvimos a Christchurch, con mis padres incluidos, ya no era seguro para ellos estar en Londres, aunque tampoco lo era aquí

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Hace un par de semanas volvimos a Christchurch, con mis padres incluidos, ya no era seguro para ellos estar en Londres, aunque tampoco lo era aquí. Tendríamos que pensar en algo para estar a salvo.

Saben lo que hacemos, cada paso que damos, no estamos seguros en ninguna parte con ellos detrás de nosotros.

No nos podíamos mover casi de la casa por sea caso pasaba algo, solo salíamos lo necesario y con mucha precaución.

Los chicos y yo investigábamos y mirábamos que soluciones podían haber, salir de Christchurch a estas alturas era muy complicado, los hombres de Maximus tenían controlado toda la cuidad.

Hace dos noches tuvimos un encontronazo con ellos, volvíamos de la agencia cuando dos todoterrenos negros nos empezaron a seguir por toda la avenida, gracias a dios casi no había ningún coche, si no ya hubiera habido muchos heridos y algún muerto.

Flash back

Íbamos lo más rápido que permitía la velocidad del coche, Wayde, Liroye y Kenth se les veía muy asustados en la parte detrás del coche. Los disparos empezaron a impactar contra el asfalto y otros rozando el coche.

Vi una de las balas dirigirse hacia el cristal de atrás del coche, antes de que impactase, maniobre con el coche y pude salvar el coche de esa bala pero no de la que venia del otro extremo, esa misma bala impacto en la puerta izquierda de atrás.

Wayde, Liroye, Kenth agacharos. —Ordene.

¿Pero qué está pasando? ¿Porque disparan? —Preguntó preocupado, nervioso y con miedo en la voz Kenth.

Son los hombres de Maximus los que nos disparan y lo hacen porque voy detrás de ellos desde hace más de dos años y como me metí en las carreras y fastidie sus planes, me quieren muerto y bajo tierra lo antes posible —conteste concentrado en esquivar todas las balas que venían a por nosotros.

A unos metros se encontraba un coche que por el impacto de varias balas que le llegaron explotó al instante.

Me quede mirando cómo se consumía el coche entre las llamas y no me di cuenta de que el coche iba directo al fuego, de no ser por Rayner que estaba a mi lado que desvió el coche hacia la derecha no hubiéramos salido vivos.

Dejamos la Avenida para poder entrar entre calles y distraer a los hombres de Maximus. Pero eran muy persistentes y nos seguían los pasos, así que miré el semáforo que se encontraba a unos metros de mí en rojo.

Chicos, sujetaros muy fuerte —los chicos se dieron cuenta de que iba hacer.

Kilian no, no queremos morir, está en rojo.

Si esperamos a que el semáforo se ponga verde estos hombres nos van a matar —les dije en un tono bastante duro —. ¿Acaso queréis morir? —Negaron con la cabeza.

Roxanne AikenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora