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—Sorpresa Roxy —me dijo abrazándome—

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—Sorpresa Roxy —me dijo abrazándome—. Te extrañe y solo estuve un día sin ti.

—Yo también te extrañe... ¿Qué tal están los chicos? —Pregunte.

—Siguen allí en Londres, mañana viajaran a Christchurch, pero yo me quedare aquí por dos semanas contigo.

—¡Sí! — Grite tan alto que otras personas que estaban cerca de nosotros, se giraron para ver que ocurría.

—Cambiando de tema. ¿Qué hace mirándote tanto Connor si tiene novia? —Me encogí de hombros, para luego mirar dirección a mi acosador personal que justamente estaba mirando en nuestra dirección. Volví a mirar a Kilian y le sonreí.

—¿Qué piensas hacer pequeña bruja? —En respuesta le di una sonrisa.

—Ya verá ahora.

—Oye Connor puedes dejar de verme, al final me vas a gastar de tanto mirarme, cariño. —todos en la mesa se rieron menos Connor y el recién nombrado. La amiga no paraba de reír y él le miraba mal, pero ella no le hacía caso.

A parte de eso, la cena transcurrió con tranquilidad por el bien de todo el resto de la noche. Volvimos a casa y cada uno se fue a sus respectivas habitaciones, estábamos todos agotados.

Kilian y yo estábamos dando un paseo por todo París, todavía no había ido a recorrer la cuidad, pero decidimos ir sin Edouard y menos con Connor

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Kilian y yo estábamos dando un paseo por todo París, todavía no había ido a recorrer la cuidad, pero decidimos ir sin Edouard y menos con Connor.

Estábamos caminando rumbo hacia un parque que Kilian quería mostrarme, que según lo que me había contado él, era muy bonito.

Mientras llegábamos íbamos hablando sobre lo sucedido en la cena de la noche pasada y nos reímos al recordar las caras que ponía para hacerme reír.

Cuando llegamos al lugar más hablado por Kilian en estos diez minutos que habíamos tardado en llegar, me asombre era más hermoso de lo que podía haber imaginado en mi pequeña cabecita, las luces de las farolas encendidas le daban un toque especial y las personas que paseaban alrededor u otras sacándose fotos daba vida al lugar. Este sitio es digno de sacarle una foto. Y eso hice, saque el móvil del bolsillo de la cazadora y las hice.

Roxanne AikenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora