Prólogo

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Otro día empezaba.

Otro aburrido y monótono día para Taehyung.

Kim Taehyung, era un un chico de lo más normal, salvo por el hecho de que su padre era un "importante" empresario de Seúl, como a él le gustaba recalcar. Siempre buscaba decir eso para posteriormente explicar que por muy importante que fuera su padre, a él el dinero no es algo que le hubiese importado nunca. Es decir, es verdad que el dinero es importante, pero le preocupaban otras cosas que creía más relevantes como ser buena persona, o hacer acciones de las que sentirse orgulloso de sí mismo. Incluso formar una familia y criar a un hijo le importaba más. Pero a su padre eso le daba igual, o si no era así, actuaba muy bien. Él tan solo le hablaba al chico para formarle como su sucesor o para explicarle las diferentes actividades de su negocio.

Nunca había escuchado un estoy muy orgulloso de ti o te quiero mucho hijo. Pero es lo que había, y ya estaba acostumbrado desde pequeño.

Taehyung nació en Daegu, donde se crió con su madre y su abuela, pero, sin embargo, al cumplir dieciocho, es decir, ese mismo año, su padre del que no había sabido nada desde nunca, contactó con él para invitarlo a vivir con él a Seúl. El chico no era tonto, y supuso que, lo contactó porque necesitaba alguien a quien cederle la empresa y él, al ser su hijo de sangre, era la mejor opción. Al principio se negó rotundamente a ir. No iba a ir a una ciudad lejana de su casa con un señor que no conocía de nada. Pero, aunque a su madre y a su abuela no les hacía tampoco ni pizca de gracia, insistieron en que debía ir, ya que opinaban que era lo mejor para él. Le aseguraban que allí iría a una buena universidad, y que su padre le daría un buen trabajo al terminar, o le ayudaría y le movería algunos hilos para que lo contratasen fuera de la empresa. Así que al final, accedió a marcharse con gran tristeza y dejar su hogar. En un principio, cuando se mudó, no quería ni ver a su padre, pero finalmente tuvo que hablar con él como era lógico, ya que vivían bajo el mismo techo. No lo odiaba, pero tenía motivos para hacerlo. Desde siempre le había parecido una mala persona. Taehyung sabía de sobra que había abandonado a su madre al enterarse de que iba a tener un hijo, y por esas razones, lo detestaba y repudiaba.

Es más, desde el primer día de la llegada de su hijo, le comenzó a dar dinero a modo de disculpas por todo lo que había pasado, sin llegar a entender que nada de lo que había hecho en su patética vida podía solucionarse con dinero, según decía el chico. Lo único bueno que él pensaba que su padre había hecho bien era haber hecho feliz a su madre por un tiempo, aunque no por el suficiente ni mucho menos.

En conclusión, ni siquiera él sabía qué hacía en Seúl.

Los primeros días incluso lloraba por las noches. Era una situación muy difícil para él, y, además, todo le parecía deprimente en aquella enorme ciudad. La falsa amabilidad de su padre, y sobre todo el no poder salir de casa sin un guardaespaldas, cosa que le dejó sorprendido cuando se enteró. El día que llegó a Seúl era en pleno verano, y con ganas de visitar la ciudad y comprar algo para desayunar, al salir de casa sin avisar a nadie, se le echaron un montón de cámaras, flashes y micrófonos encima. Rápidamente volvió a casa. No sin antes aturdirse por la cantidad de personas de las que había estado rodeado.

Al día siguiente, su padre le mostró un periódico en el que era portada, y en la que se hacía la pregunta de si era su hijo ilegítimo o cosas por el estilo. Sin embargo, un mes después, la situación mejoró mucho al entrar en la universidad. Tal y como había previsto su madre, el empresario solicitó plaza en una de las mejores universidades de la ciudad; en la Universidad Nacional de Seúl. La verdad es que era todo un privilegio poder estudiar allí, y gracias a sus habilidades sociales había hecho amigos rápido.

En aquella universidad muchos de los alumnos eran hijos de gente importante, como él. Tan solo había un chico becado, que estaba precisamente en su clase, y que se llamaba Hoseok, de quien se hizo amigo fácilmente. En poco tiempo, se encariñó mucho de un chico de pelo rubio que se llamaba Park Jimin, que tenía su misma edad, y, al parecer era hijo de un magnate de Seúl según le había dicho. También se hizo muy amigo de Kim Seokjin, hijo del CEO de una empresa conocida del distrito. Al igual que Taehyung, ellos dos debían tener cuidado en cuanto a las relaciones públicas y a las acciones que tenían en público, ya que la mínima cosa podría afectar al negocio de sus respectivos padres. Además, le contaron a Taehyung que seguramente en un futuro estarían al cargo de la empresa que ostentaban sus padres, a lo que el chico solo pudo asentir, ya que no estaba en sus planes tener tan siquiera un puesto como conserje en la empresa de su padre, aunque este tuviera otros planes para él.

Still lovin u | kooktae |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora