23.

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A la mañana siguiente, Jungkook se fue a trabajar tras desayunar con su novio. Todo marchaba con normalidad. Taehyung se fue a la universidad y él iba de camino a la floristería. Al llegar a la entrada, se llevó una sorpresa no muy grata. En el escaparate, había un "grafiti" en el que ponía lo siguiente:

Aléjate de él hijo de puta

Además, habían tirado algo al cristal de la tienda, por lo que se había agrietado. Por suerte, Jungkook no era una persona que se asustara de esas cosas, así que tranquilamente llamó a Yoongi, ya que él era el dueño del local. No pasaron ni diez minutos y el pelimenta ya había llegado. Jungkook, quien se había sentado en el bordillo de una acera para pensar en lo que le diría a su novio, se levantó para saludarlo.

—Hola hyung. Esta mañana he llegado y esto ya estaba.

—Hey Kook. Joder. - dijo mirando de lejos el escaparate de su tienda. - Han tenido que ser macarras. Lo que han puesto... te lo han escrito a ti, ¿verdad?

Aunque el chico no lo sabía con seguridad, afirmó.

—Creo que sí. Pero si es así, mejor hablamos luego. La gente suele ser bastante cotilla y es algo serio. Si no, pues será un gamberro. Pero lo creo.

—Voy a llamar a la policía de todas formas. Ve a mirar las cámaras de seguridad de mientras.

—De acuerdo.

Tras eso, Yoongi se apartó un poco para llamar y mientras tanto, Jungkook abrió la floristería para mirar las cámaras. ¿Debería decírselo? - se preguntó en su mente mientras encendía el ordenador. Al final decidió que sí, debería decírselo a su novio. Claro que no lo haría en ese momento. El azabache estaba en clase y no quería preocuparlo. Cuando llegara a casa se lo diría.

Al parecer, habían borrado las cintas, ya que no había grabaciones desde las doce de la noche anterior. Algo extrañado, salió para hablar con Yoongi, quien ya había llamado a la policía.

—Hyung. No hay grabaciones de ayer por la noche. Las han borrado.

—Mierda. Bueno, no pasa nada. La policía está en camino. Le contamos esto y ya ellos se ocupan de detener al gamberro o los gamberros que hayan sido.

—Claro.

Viendo que Jungkook estaba nervioso, Yoongi volvió a hablarle.

—Oye, puedo ocuparme de esto solo. Vete a casa.

—No es necesario hyung. Es lunes todavía.

—¿Y?

—Puedo ayudar.

—No, vete a casa. Luego voy y me cuentas de que va esto. - dijo señalando con la cabeza el escaparate.

Resignado, al final asintió y se fue a casa. Al principio al darse cuenta de lo que le estaba pasando se asustó. Él sabía quién era el que estaba detrás de eso. Y eso le preocupaba. Ya era la tercera vez que ocurría algún incidente con el padre de su novio. Lo que estaba claro es que quería que su hijo se apartara de él. Claro que no lo permitiría. Tahyung no lo permitiría. Él se lo había prometido

Tras las clases, Taehyung iba paseando tranquilamente por el centro de la ciudad. Pasando por el centro, pasó cerca de la floristería de su novio. Al acercarse, se encontró con la pintada que había, con una frase bastante grosera. Enfocó la vista y se dio cuenta de que, además, también habían dado un golpe al cristal, por lo que estaba agrietado. Cuando entró, no se encontró a Jungkook dentro, sino a Yoongi, lo que hizo que se preocupara.

—Yoongi, ¿qué ha pasado?

—Hola Tae. Nada. Unos gamberros. - dijo en tono pesimista.

—¿Y Jungkook? Me extraña que no esté aquí.

—Ah, ya. Lo he mandado a casa. Se veía bastante preocupado. Le he dicho que se tome el día libre.

—Oh vaya... bueno, si necesitas algo avisa. Hasta luego. - se despidió saliendo tal y como había entrado.

Aceleró el ritmo para llegar a su casa. Entró y se encontró a Jungkook viendo la televisión.

—Hola amor. ¿Cómo estás? He visto lo de la floristería.

—Ah, hola cariño. - lo saludó levantándose para darle un beso de bienvenida. - Cierto, siempre te pasas por la floristería... bueno, ¿qué opinas del tema?

—Mmm, no lo sé. No me da buena espina. - caminó por la casa para dejar sus cosas y acomodarse en el sofá.

—El mensaje está claro. Ya me lo dijiste. Tu padre te quiere lejos de mí. - suspiró poniéndose al lado del azabache, quien enseguida apoyó su cabeza en el pecho del otro.

—Pero nosotros podemos superar esto. Tan solo... tenemos que mantenernos juntos. - repitió una vez más, intentando autoconvencerse de que eso podía pasar.

—Claro. Esto es complicado. Lo de tu padre ya está empezando incluso a asustarme.

—Lo sé... no sé lo que puede llegar a hacer con tal de conseguir lo que quiere.

—No quiero perderte Taehyung. Vuelve a prometerme que no te irás. Que estaremos juntos pase lo que pase.

—Te lo prometo.

El rubio echó su brazo alrededor de Taehyung y acarició su cabeza mientras veían la televisión, sin prestarle mucha atención.

Al día siguiente, Jungkook volvió al trabajo. Todo iba normal. Bueno, medianamente normal. Mientras el atendía a los clientes, Yoongi había estado llamando para comprar un nuevo cristal del escaparate, ya que el que tenían era irreparable.

—Buenas. - carraspeó un hombre encapuchado entrando en la tienda.

—Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

El hombre, se acercó al mostrador antes de seguir hablando. Apenas se le veía la cara. Llevaba lentillas, capucha y un barbijo de color negro.

—Tiene un asunto pendiente mañana. - anunció dejando una nota en el mostrador.

—Perdone, ¿quién es usted? - preguntó el chico, pero aquel hombre tan misterioso ya se había marchado.

Abrió la nota, imaginando lo que podría, y sonrió un poco al darse cuenta de que estaba en lo correcto. En ella ponía:

Buenos días Jeon Jungkook.

Soy el señor Kim.Me gustaría que asistiera a una pequeña reunión mañana en mi casa.La hora perfecta sería sobre las tres de la tarde.Mañana le daré las indicaciones necesarias si es que finalmente decide asistir.

Un saludo, sr. Kim

Jungkook no se esperaba eso para nada. Mucho menos después de lo del cristal. Pero tenía curiosidad. Quién sabe. A lo mejor incluso accedía a ir. Después de todo, él solo era un chico maduro de diecisiete años, no podían acusarlo por tener esa curiosidad que todo adolescente tiene.

Still lovin u | kooktae |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora