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Después del martes la semana pasó volando, y llegó el miércoles de la siguiente semana, tan solo unos días antes del cumpleaños de Hoseok. Taehyung había estado hablando con su madre y le había pasado el número de un chico para que lo invitara a la fiesta. Al parecer era un primo de Hoseok, pero, además, también eran muy amigos. Por otra parte, su padre había sido extrañamente simpático con él, por lo que, según lo visto, sí que había tomado en serio esas disculpas. Era por la tarde, y en esos momentos los tres hijos de empresarios se encontraban hablando por teléfono sobre la comida, y el resto de preparativos para la fiesta.

—Entonces, ¿tu madre está pidiendo la comida? - le preguntó el más pequeño a Jin.

—Sí. Va a pedir que todo se lleve a la casa de Hobi en cuanto lleguemos para preparar todo.

—Genial. - expresó Jimin.

—Oye, ¿y cómo va lo de los invitados? - recordó Taehyung.

—Pues bien. Tan solo somos seis o siete, no más.

—¿Quiénes vamos por ahora?

—Namjoon, Jackson, Hobi obviamente, el chico ese... no recuerdo su nombre ahora. Luego lo miraré. Vosotros y yo.

—Ese chico es primo de Hobi creo. Según me dijo su madre.

—No sé. Solo espero que sea simpático. - habló Jin riendo.

Justo cuando Taehyung iba a contestar, fue llamado por su padre.

—Tae, ¿puedes venir un momento? - se escuchó desde el salón.

—Voy. - contestó mientras se despedía de sus amigos y caminaba hacia allí.

—Oye, sobre el cumpleaños ese.

—¿Sí? ¿Qué ocurre?

—Nada, ¿recuerdas lo que te dije?

—Ajá. Ir directamente allí y llamar al terminar.

—Perfecto. Sabes... lo hago por ti aunque no lo creas. No quiero que luego se creen rumores de que el hijo del presidente de Ikone es un fiestero o cosas por el estilo. Ya sabes cómo es la prensa.

Eso le cayó al chico como un balde de agua fría. Antes, hubiera creído que se preocupaba de verdad por él, ahora, demostraba lo contrario, solo se preocupaba por su imagen pública.

—¿En serio? Solo te preocupas por las cámaras. Creí que lo que no querías es que fuera por la calle con una copa de más, o que hiciera algo peligroso, pero veo que no.

—No me refiero a eso Tae. - dijo apoyando su mano en el puente de su nariz.

—¿Entonces?

—Más tarde, cuando heredes la empresa podrían volver a mencionar ese tema, lo que sí afectaría, no a mi imagen pública, sino a la tuya. Piensa que tampoco soy tan egocéntrico como crees. Solo intento facilitarte las cosas.

—Vale, lo que tú digas. ¿Me puedo ir ya? - le cortó bordemente.

—Sí, y, aunque estés enfadado de nuevo recuerda que debes hacer lo que te he dicho si no quieres que más adelante haya repercusiones.

—De acuerdo. - rodó los ojos mientras se marchaba del salón. Por una vez que empezaba a verlo como a un padre, o algo similar, tenía que joderlo todo, como siempre.

En dos días llegó el jueves. Solo un día más y Taehyung asistiría a su primera fiesta desde que había llegado a Seúl. No iba a ser una gran fiesta, pero no era necesario con la compañía adecuada. Era preferible eso a hacer una fiesta multitudinaria con todo el mundo borracho y alborotado. Realmente no le gustaban las fiestas de ese estilo. Nunca le habían gustado. Él era más de quedarse en casa leyendo, escribiendo o viendo alguna película o serie. No era una persona introvertida, pero le gustaba la tranquilidad como al que más. Y menos mal que era así. Si hubiera sido alguien fiestero no se hubiera quiero imaginar a su padre.

Sonrió al imaginar tal situación.

No quería llevarse mal con él, pero le hacía gracia cuando las cosas no le salían como él quería, cosa que no pasaba muy a menudo debido a lo cuadriculado que era, por lo que disfrutaba esos pequeños momentos de "caos" que tenía cuando se equivocaba. No estaba bien reírse a costa de las desgracias ajenas, y menos si esas desgracias eran de su padre, pero no podía evitarlo. ¿Eso lo hacía mala persona?

Qué más daba. Mala persona fue su padre al abandonar a su madre y a él como si nada, para después de dieciocho años ponerse en contacto con ellos. Dieciocho malditos años sin querer saber nada de su familia. Y todo para poder heredar su empresa. Empresa que Taehyung pensaba en ceder a cualquiera dispuesto a pagar por ella.

A él le daba igual la empresa. Solo quería el dinero para poder vivir cómodamente y para poder ayudar con una gran cantidad de dinero a su madre y su abuela, que vivían en el campo. Con ese dinero seguro que podían contratar a alguien para que trabajase en los cultivos por ellas. O reformar su casa como su madre quería desde hacía años, pero sin poder por el poco dinero que dejaba su trabajo. Pero todo iba a cambiar. Claro que sí. Nadie se su verdadera familia iba a volver a lamentarse por el dinero. O por lo menos ese era su plan.

El día pasó rápido para Taehyung, quien se pasó la tarde preparando y organizándolo todo junto con sus amigos para la fiesta de Hoseok. Iba a ser un buen cumpleaños para él. De eso se iban a asegurar todos. Nada podía salir mal. Todo estaba perfectamente calculado, tras casi dos semanas de preparación.

Al día siguiente, al llegar a clase, los chicos felicitaron a Hoseok nada más verlo.

—Y tú, Tae, ¿qué le has comprado? - preguntó Jimin cuando terminaron las clases y Hoseok ya se había ido.

Entonces Taehyung se dio cuenta de que no había pensado en nada para el regalo. Había estado tan ocupado entre los estudios, la fiesta y su padre, que ni se había acordado de eso.

—N-No compré nada. Antes de llegar buscaré algo. Dios por qué me pasa esto a mí. - se lamentó pasándose la mano por la cara.

—Tranquilo, seguro que se te ocurre algo. - le sonrió su amigo.

—Eso espero. - tras una pausa volvió a hablar. - ¿Nos vemos allí entonces? - preguntó mientras caminaban hacia la salida.

Tanto Jin como Jimin asintieron antes de subirse a sus costosos coches de cristales tintados. Mientras tanto, Taehyung tuvo que comer rápidamente. Tenía que ver que iba a ponerse primero, luego ir corriendo a por el regalo sin que su padre lo supiera, y, por último, llegar sano y salvo a la fiesta.

—Papá, - avisó cuando terminó de prepararse. - me tengo que ir ya.

—¿Y eso? Creí que el cumpleaños empezaba más tarde.

—Ya... es que tengo que ir a preparar las cosas con los chicos.

—De acuerdo. Pásatelo hijo. - verbalizó sin mucho convencimiento.

—Claro. Adiós papá. - manifestó saliendo de la mansión.

Estaba tan emocionado y acelerado que no se dio cuenta que cuando estaba saliendo su padre rápidamente cogió el teléfono mientras observaba cómo su hijo se marchaba.

Caminaba de forma lenta y parsimoniosa, fijándose en cada detalle que veía por la calle. Por primera vez podía ver Seúl tal y como a él le gustaba ver las ciudades. De vez en cuando sacaba alguna que otra foto, ya que también era un amante de la fotografía. Del arte en general. De hecho, se habría formado en algo relacionado con el arte de no ser porque recordó que sería más beneficioso trabajar en algo relacionado con la economía más adelante, sobre todo por el ambiente en el que se movía.

Por su cabeza pasaban miles de cosas, y, de pronto recordó porque había salido antes de casa. Tenía que comprar algo pronto. Se quedó pensativo mientras miraba a su alrededor. No quería regalarle algo común. Quería que, aunque no se había acordado, el regalo fuese algo inusual. Especial. Después de todo, era el primer cumpleaños de Hoseok estando en la universidad. Sin más, continuó caminando, esta vez a un paso más rápido. Estaba tan pendiente de encontrar un buen regalo que ni siquiera sabía ya si estaba cerca de casa de su amigo, pero no le pudo importar menos.

Still lovin u | kooktae |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora