Still lovin u | kooktae |

31.

Taehyung estaba devastado. No sabía que hacer o que decir. Jungkook se encontraba más o menos en el mismo estado. ¿Qué más podía decir? No quería aceptarlo, pero sabía perfectamente como acabaría eso. Se aferró aún más a su novio. Taehyung era su pequeño. No podía dejar que se fuera, y se sentía impotente ante la situación.

—Kookie, lo siento. Todo esto es culpa mía.

—No cariño, no digas eso. ¿Por qué iba a ser culpa tuya?

—Nunca debí desobedecer a mi padre. Si hubiera sabido todo esto desde el principio, no lo hubiera hecho.

—¿No? Creí que te gustaba estar conmigo. - hizo un intento de calmar el ambiente.

—Es lo que más me gusta en este mundo, pero esto que estoy sintiendo es tan horrible. Es desgarrador.

—Lo sé cariño. Lo sé. Pero no podemos hacer otra cosa. ¿Pasarás el mesiversario conmigo?

—Sí. Claro que sí Kookie. No me lo perdería por nada.

—Pues que así sea. Será el mejor día de tu vida. Te lo prometo.

—Gracias Kookie. Eres el mejor novio del mundo.

—Ese eres tú.

—Ya sabes que no. Te amo.

—Yo también te amo cariño.

El resto de la tarde se lo pasaron así, pensando en lo afortunados que eran al haberse conocido pero lo desafortunados que eran por culpa del destino. O de una persona, mejor dicho. Finalmente decidieron separase para poder preparar la cena.

—Kookie, quiero mimitos. - protestó Taehyung haciendo un puchero.

Aún tenía los ojos hinchados de haber llorado.

—Cariño, voy a preparar la cena. Luego te daré todos los mimitos que quieras, ¿de acuerdo?

El chico asintió y se levantó del sofá para ayudar s su novio.

—¿Puedo ayudarte en algo?

—Mmm, creo que no, si quieres dúchate y luego me ducho yo.

—Ok. - asintió marchándose por la puerta del dormitorio.

Taehyung se duchó, y mientras caía agua por su rostro, se dio el capricho de volver a llorar. Sí, él era un chico muy sensible, y esa situación le podía. El saber que tarde o temprano abandonaría a su novio, aun habiéndole prometido en varias ocasiones no hacerlo. Lloró y lloró, pero después de eso, volvió a recomponerse para no causarle ninguna alarma al rubio quien ya lo estaba esperando para poder cenar.

—Huele genial amor. - lo felicitó antes de volver al cuarto para ponerse algo de ropa.

—Gracias cariño. - le sonrió.

Se puso una camiseta de su novio, la cual le quedaba demasiado holgada y unos pantalones cómodos del mismo estilo. Le encantaba ponerse las camisetas de Jungkook. Olían a él, y eran realmente cómodas. Salió del cuarto y encontró que el rubio ya había puesto la mesa.

—Kookie, te quería ayudar.

—Ah, no era necesario cariño. Ahora siéntate y cena.

Y así lo hizo. Cenaron entre alguna que otra charla amena. Todavía se notaba la tensión que se había formado. Al terminar de cenar quisieron ver alguna película o alguna serie en Netflix. Al final se decidieron por una serie que Yoongi les había recomendado. La casa de papel. Desde el principio les entusiasmó, pero estaban cansados, así tan solo al comenzar el segundo episodio cayeron en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente, miércoles ya, Jimin volvió a llevar a Taehyung a la universidad.

—Buenos días Tae. - le saludó cuando entró en el coche.

—Buenos días Minnie.

—Tienes mala cara. ¿Qué te ha pasado? - lo miró con preocupación.

—Ah, es complicado. Ahora no quiero hablar de eso. Mmm, ven luego a casa y te lo cuento.

—Ok, de acuerdo.

Desde hacía un par de días Jimin se había tomado en serio eso de no presionar al azabache. Llegaron a clase y allí se encontraron con Hoseok y Jin, como de costumbre. Cuando llegó el recreo, Tae llamó a Jimin para decirle algo.

—¿Qué pasa?

—¿Cómo vas con Yoongi? - no sabía cómo empezar.

—Eh... bien. ¿Por?

—¿Tus padres te apoyan en esa relación?

—Sí, claro. Dicen que tenga cuidado por la prensa y tal, pero sí. Llevo un mes con él. Era hora de que lo conocieran.

—Ah... me alegro. - dijo intentado fallidamente esbozar una sonrisa.

—Tae, no estás bien. Estás triste y con cara de no haber dormido. Además, ¿has llorado? Tienes los ojos hinchados. - inspeccionó su cara. - ¿Quieres que llame a Jungkook?

—No. - negó rápidamente. - No es necesario. Estoy bien. Luego te cuento, ¿vale?

El mayor tuvo que morderse el labio inferior para no insistir. Estaba verdaderamente preocupado por como su amigo se estaba comportando.

—De acuerdo. Ahora vamos con los demás.

El resto de la clase, Jimin se la pasó observando al azache. Se veía tan decaído. No era él.

Tras salir de clase, Jimin habló por teléfono con su madre para decirle que ese día iría con Taehyung, así que se fueron andando hasta su casa. En el camino, Taehyung se soltó un poco más.

—Ayer fui a hablar con mi padre. - confesó de repente.

El chico lo miró.

—Qué pasó? ¿Por eso estás así?

—Jimin... tengo que volver a casa.

—¿QUÉ? No. No puedes volver. - se sorprendió.

—Mi padre me ha obligado.

—Pero Tae... no puedes volver a esa casa. Desde que estás con Jungkook eres más feliz. No quiero verte otra vez enjaulado.

—Jimin no tengo otra opción. Me ha amenazado con dejar a mi madre y mi abuela sin ninguna empresa a la que vender. No quiero que tengan esa preocupación. Ojalá estuviera allí. - agachó la cabeza.

—No amor. Esto no es culpa tuya. Tu padre está... tu padre es terco y hace lo que sea para conseguir lo que quiere, ya lo has visto. Pero no es culpa tuya. - le cogió la cara entre sus manos para mirarlo.

—Si no hubiera venido, no tendría que pasar por esto.

—No nos hubiéramos conocido tampoco. Ni hubieras conocido a Jungkook, y mucho menos yo hubiera conocido a Yoongi. Así que no digas eso, ¿vale?

Taehyung asintió sin mirarlo. Continuaron caminando hasta llegar a su casa. Al abrir la puerta, se encontraron a Yoongi y a Jungkook viendo la televisión mientras tomaban cerveza.

—¿Yoongi? ¿Qué haces aquí? - espetó Jimin sorprendido.

—Hola amor, ¿cómo es que has venido?

—Tae me iba a invitar a comer. - lo señaló.

—Ah, Kook también me iba a invitar a comer. - dijo riendo.

—Que sincronización. - rio también.

—Hola cariño. - ignoró Jungkook para acercarse a su novio y acercarlo a él por la cintura.

—Hola Kookie. - besó sus belfos.

—¿Comemos?

—Claro.