20.

164 8 9
                                    

Una semana después del incidente de dispatch, solo había algún que otro cuchicheo sobre la supuesta relación entre el hijo de los Kim y ese tal Jungkook. Cada mañana al entrar a clase, la gente se volvía para mirarlo, y una vez haberlo hecho, susurraban cosas sin ninguna vergüenza. A veces tan solo quería irse de allí y llorar de impotencia, pero no podía. Obviamente no podía. Además, los estudios eran lo único que su padre seguía pagando, lo que lo había extrañado la primera vez que fue a pagar la cuota y la secretaria se negó, argumentando que ya estaba pagada.

Esos meses fueron pasando, hasta que sin darse cuenta, los dos chicos habían cumplido ya cuatro meses y un poco más desde que habían empezado a salir de forma seria.

—Tae, ¿estás bien? - le preguntó Jin un día, viendo que su amigo se encontraba mal.

—Estoy bien. Gracias. Solo me duele un poco la cabeza. -

—Entonces vámonos. Vamos al baño.

La palabra vámonos le retumbó. Hacía ya algunas semanas le había propuesto a Jungkook irse. Aún no tenían el dinero, pero seguro que lo lograban. Eso esperaba.

—Sí. Vámonos.

Cuando entraron en los baños, Taehyung comenzó a llorar sin poder evitarlo. Se odiaba pro hacerlo. Pro parecer tan débil frente a los demás.

—Hey, ¿qué te pasa Tae? - dijo Jin abrazándolo.

—Hyung. Quiero irme.

—Vamos a llamar a Jungkook y que te recoja.

—No. No quiero que se preocupe. Y quiero irme... de aquí. Quiero irme de Seúl. De Corea.

—¿Qué dices Tae? ¿Cómo te vas a ir?

—¿Has visto como todos me miran? Parece que me da igual, que no me afecta, pero realmente lo hace. Odio que me miren como si fuera malo. Como si hiciera algo malo.

—Sé que no soy nadie para decirlo, pero ignóralos.

—Es lo que hago hyung. Pero no puedo evitar sentirme mal, querer gritar de la impotencia que siento cuando los escucho hablar. Creo que hay gente que incluso me odia.

—No hay nada que diga que ya sabes quién y tú estáis saliendo, no te preocupes. La gente es idiota.

—Ya lo sé hyung. Pero lo único que quiero es poder amarlo sin que haya miradas indiscretas. Sin que cuchicheen cuando pasemos.

—Es complicado Tae.

—¿Es tan complicado poder amar sin ser juzgado? - lo miró a los ojos y Jin pudo sentir en su mirada todo ese dolor que invadía a su amigo.

—Te quedan tres semanas para vuestra próxima celebración por estar juntos, ¿no?

—Sí. Tan solo llevamos cuatro meses y una semana y lo quiero para toda la vida. Él se ha convertido en mi todo. Lo amo.

—Te ayudaré con el dinero. Se lo pediré a mi padre. Y seguro que Jimin ayudará. Para esa fecha podréis iros. Si es lo que deseas.

—Lo deseo hyung. Mucho. Pero no quiero que hagas todo eso por mí. Yo no puedo darte nada a cambio ahora mismo.

—Entonces así será. Y no digas tonterías, eres mi amigo y mi padre tiene dinero hasta debajo de la cama, y quiero que sepas que te voy a apoyar en todo Tae. Eres como un hermano pequeño para mí. No dudes nunca en recurrir a mi si necesitas ayuda. Además, tu padre es gilipollas, con perdón.

—Gracias hyung. De verdad agradezco a todos lo que hacéis por mí. Siempre estaré en deuda con vosotros.

—No te preocupes por eso. Para eso están los amigos.

Jungkook mientras tanto, estaba preocupado por su novio. Desde que pasó lo de dispatch no había querido ir a ningún restaurante. Él esperaba que fuera por miedo a su padre. Jungkook también estaba deseando poder marcharse de allí con Taehyung. Tarde o temprano esperaba poder hacerlo. Esperaba poder hacerlo más temprano que tarde. Esa mañana, Yoongi había decidido quedarse ayudando a Jungkook en la floristería, y así aprovechó para hablar con él. Hacía bastante tiempo que no lo hacía.

—Hyung, ¿crees que en un futuro tú podrías ocuparte de la floristería solo? - preguntó de la nada.

—Mmm, supongo que sí. ¿Por? ¿Estás pensando en dejarlo?

—No. Tan solo... Tae y yo hemos pensado en irnos.

—¿Iros? ¿A dónde?

—A Europa. Aquí somos bichos raros.

—No lo sois. No digas bobadas.

—No digo bobadas. Es verdad. La homosexualidad está mal vista aquí. Pero al parecer en Europa está mucho más normalizada.

—No hagas caso a esas cosas.

—¿No me apoyas?

—Sí, claro que lo hago. Pero no quiero que te vayas. Últimamente no hemos hablado mucho, pero ya sabes que eres como mi hermano pequeño, no quiero verte ir.

—Pero hyung...

—Tan solo no quiero que te vayas. Aunque si lo haces, apoyaré tu decisión como buen amigo que soy.

—Me alegra oír eso hyung.

—No es nada. Por cierto, he estado hablando mucho con el amigo de Taehyung.

—¿Con quién?

—Con Jimin.

—¿Y?

—Hemos estado pensando y creo que vamos a salir. Como pareja.

—Oh dios. ¿Por eso no quieres que me vaya? Porque sabías que tú también eras como yo. - se sorprendió.

—Jungkook. Somos personas. Nuestra orientación sexual no indica nada de nosotros. Tan solo la decantación por un género u otro. O por ambos. Nada bueno. Ni malo.

Asintió ante el razonamiento de su mayor. Aunque Yoongi apenas tenía la secundaria, era un chico bastante inteligente y muy culto.

—Bueno, no quería que te fueras por eso y por más cosas.

—Lo sé hyung. Gracias por todo. Por hacerme entender este tema, que últimamente me aterra.

—¿Por?

—La prensa rosa. Intentan que Taehyung se venga abajo. Ya sabes... lo de la cena de cuando hicimos un mes y todo...

—Ah sí. Creo que vi algo además de lo que me contaste. Lo siento Kook. La prensa rosa es de lo peor.

—Y que lo digas. Tae incluso empezó a platearse si era mejor que fuéramos solo amigos.

—Ouch. Esa debió doler. - dijo haciendo una mueca.

—La verdad es que sí. En ese momento creí que me iba a dar algo, pero finalmente me comporté con una naturalidad que no sé de dónde la saqué, y le hablé sobre nosotros.

—Es lo mejor si se siente así. Lo mejor es hacerle recordar las razones por las que estáis juntos y las razones para quedarse. Nunca olvides que cuando lo conociste era un niño de papá. Y que en cualquier momento por un poco de dinero puede volver a serlo.

—Tae no es así.

—Eso decimos y pensamos todos cuando no hay dinero de por medio. Cuando no necesitas ese dinero.

—De verdad hyung. Él no es así.

—Quiero creerte. Pero todos somos seres banales y que buscamos algo. Siempre. Incluso tú, aunque no te lo puedas ni plantear ahora mismo.

—De acuerdo. Pero Tae y yo buscamos lo mismo.

—¿Y qué es lo que buscáis?

—Ser felices juntos.

—Suena como el deseo de un niño. - rio levemente.

—Puede que lo sea. Pero apuesto lo que sea, a que este es tu sueño con la persona a la que más amas.

—Touché. 

Still lovin u | kooktae |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora