-Ali, Ali, Ali... Despierta cariño...
La pequeña rusa escucha una voz muy lejana que la hizo moverse un poco e intentar abrir los ojos, pero el dolor que sentía por todo su cuerpo y en su entre pierna simplemente le provocaron unas inmensas ganas de morirse en ese preciso momento. Estaba tan acostumbrada a recibir todo tipo de castigos por su rebeldía, pero el día de hoy había sido diferente. Dreykov jamás les había puesto una mano encima, siempre ordenaba a alguien más a hacer el trabajo sucio, pero hoy simplemente se desquitó con ella y con Lena de la peor forma, su cuerpo sin duda quedaría marcado con moretones y rasguños que desaparecerían en poco tiempo, pero el daño que les había causado por años al ultrajar sus cuerpos desde muy pequeñas jamás se borraría...
-Por favor, vamos a la ducha, Ivanna ya se está encargado de Lena, vamos cariño... -De nueva cuenta esa voz dulce y un tanto maternal inundó sus oídos, sabía de quién se trataba.
-Déjame morir... -La pelirroja intentó a toda costa resistir los sollozos, la habían entrenado para no llorar, debía tragarse cada una de sus lágrimas.
-No lo haré, levántate ahora mismo Natalia... -Su voz sonó esta vez con más autoridad que antes.
-¡Maldición, Melina!... -Natalia abrió sus ojos y se sentó de golpe sobre su cama, ignorando todo el dolor que sentía para tratar de canalizar su conciencia y atención en la mujer que tenía junto a ella.
-Sin malas palabras, Natalia Alianovna Romanova... -Gruñó la pelinegra con enfado, ya mucho estaba arriesgando con estar ahí con ella.
-Lo siento... -Natalia apretó sus ojos y la mandíbula para después darse el valor de ver su propio cuerpo.
La pelirroja yacía sobre las sábanas limpias de su cama, aún en ropa interior y con algunas manchas de sangres en las piernas y brazos debido a los azotes que Dreykov le habían dado... La entre pierna le ardía y dolía un poco por la brusquedad con la que había sido abusada, pero aún así agradecía que los malditos perros del ruso no se corrieran jamás dentro de ellas, era una orden que nadie podía ignorar, al igual que los besos y las caricias... Todo estaba prohibido, menos el simple y asqueroso coito.
-Vamos a la ducha, te ayudaré a lavarte y después deberás intentar dormir. -Melina se puso de pie, fue hasta una cajonera de madera bastante rústica y sacó una muda de ropa para la rusa.
A pesar de la prisión en la que vivían, se habían ganado el privilegio de tener una habitación propia, tenían 3 alimentos al día y Madame se encargaba de que nada les faltara, todos en la organización las admiraban por haber llegado vivas hasta el final del programa al que habían sido sometidas durante tantos años... Y a pesar de que todo eso se lo hubiesen ganado a costa de la muerte del resto de las chicas, tenían que valorar cada uno de los días en los que no despertaban muertas con un tiro en la frente, muertas en algún acantilado o mutilabas en alguna fosa común... Si, habían muchas historias que la KGB les contaba para mantenerlas obedientes, temerosas y mansas, y aún con la duda nadie se atrevía a comprobar ninguna de ellas.
Por otro lado, si no fuese por las constantes torturas, abusos, arduos entrenamientos, asesinatos, espionaje, largas sesiones en la habitación roja y visitas al laboratorio, aquel castillo ruso bien podría ser una escuela para señoritas. Madame B siempre se había preocupado por los buenos modales, por las clases de ballet, cocina, las artes, la literatura, el cálculo y los idiomas, les había enseñado desde muy pequeñas a mezclarse con elegancia en sociedad, a usar los cubiertos correctamente, a tener buena postura, temas de conversación agradables y a seducir hombres de forma sutil, sofisticada y discreta... Y de alguna forma como si supiera que lo necesitarían con urgencia a lo largo de su vida, les había enseñado a ocultar y reprimir sus emociones a la perfección, a fingir, actuar y controlar esa parte sentimental, cursi y ridícula que las hacía cálidas y más humanas, les había mostrado el camino para tener el completo dominio de sus pensamientos, de su cuerpo y de sus mentes... Las había moldeado a su imagen y semejanza...
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💥HAIL HYDRA💥
FanfictionEl Capitán Steve Rogers y el Sargento James Barnes, ambos soldados activos de Hydra son seleccionados para participar como entrenadores en el programa viuda negra. La KGB ha iniciado la etapa final del programa, 6 chicas rusas deberán luchar por sus...