💥HAIL HYDRA💥

CAP 28 SE TERMINÓ

Rogers vio desde su posición como el cuerpo de Irina era llenado de plomo sin ningún remordimiento cuando salió irreconocible de la cámara para lanzarse sobre el palco en el que se encontraba Dreykov. A pesar de estar mal herida la castaña no dejaba de sacudirse en el suelo incapaz de controlar su propio cuerpo. Sin embargo, todo se tornó lúgubre cuando el alarido de la pelirroja rebotó hasta sus oídos.

-¡Natalia! -Steve gritó con desesperación, soltando su puño contra una de las rendijas de la ventilación sobre el techo para salir finalmente de su escondite, había sido muy astuto por parte de ellos el escabullirse por ese filtro.

-¡Matenlos y vuelen todo! -Dreykov dió la orden a sus perros mientras varios de ellos lo protegían de recibir alguna bala.

Rogers le disparó a un par de soldados que cayeron muertos en la planta baja para después atravezar la salida de la ventilación y caer de pie sobre el piso de la plataforma, guíado por el grito de dolor ensordecedor de la mujer que amaba consiguió llegar hasta la tercera cámara en la que pudo ver a la rusa retorcerse detrás de la puerta que sellaba aquella máquina.

-¡Detenlo! -Rogers golpeó la cámara con toda su fuerza, pero el metal era resistente y temía causarle más daño, así que fue directo hasta el causante de todo.

-¡Es imposible! -Koslov Respondió adolorido después de recibir una patada en el estómago por parte de Steve que lo hizo retorcerse como un asqueroso gusano sobre la plataforma.

-¡Que lo detengas! -Steve no se tentó el corazón en dispararle en una de las piernas para obligarlo a parar, pero el hombre solo lloró entre carcajadas sin hacer absolutamente nada.

-¡Cuidado, Steve! -Barnes salió de su escondite y lanzó una granada en dirección al palco en el que se encontraba el maldito ruso, mandando a volar enseguida a todos los hombre que hicieron un escudo humano para proteger a su líder, dándole los segundos necesarios para escabullirse por la salida alterna más cercana.

-¡Es mío! -Alexei habló finalmente, saliendo detrás de los generadores de energía que se conectaban a las cámaras, disparándole a un par de hombres y provocándo que ante el timbre de su voz Melina se pusiera de pie de su lugar y buscara la procedencia de aquellas palabras.

-¿Alexei?... -Susurró Melina confundida, tomando rápidamente un arma para apartar a los soldados que estorbaban su paso e ir tras ambos rusos por el pasillo de la salida.

-¡Quítate Steve! -Barnes le gritó a su amigo para después estampar su brazo de metal sobre los controles de mando y destruirlo todo, causando que un corto circuitos hiciera todo el lugar llenarse de humo hasta que una fuerte explosión hizo a la máquina detenerse.

-Saca a Yelena, ¡Argh! -Steve soltó seguido de un gruñido de dolor al recibir una bala por la espalda en el hombro derecho.

-¡Maldición! -Barnes giró y vacío su arma sobre el maldito ruso que tuvo el valor de dispararle a su capitán.

Rogers se quejó unos segundos para después ver que el tubo azul que estaba siendo implantado en la pelirroja se había quedado por debajo de la mitad y sin más que esperar colocó sus manos sobre el borde de la puerta de la cámara y con toda la fuerza que su desesperación le permitió acumular comenzó a halar de la puerta hasta arrancarla por completo. Steve mandó a volar el metal sobre las piernas de Koslov, quien gritó nuevamente por el dolor que sintió ante el peso del objeto.

-Vamos preciosa, despierta... -Rogers apartó el cabello rizado de su rostro y levantó su mentón con cuidado, pero Natalia no reaccionaba.

Rogers pudo observar como la venas de su cuello y manos brillaba translúcidas de un color azul fluorescente, aparentemente su cuerpo no había recibido ningún daño o cambió visible, pero seguía sin despertar. Con un inmenso hueco en el estómago, el rubio retiró rápidamente las placas de metal que sujetaban sus piernas, cuello y muñecas para recibir su cuerpo inerte que se desplomó frente a él sin vida.