CAP 2 QUIÉN ERES

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-¡Corre, corre, no podemos parar ahora! -La voz de una de las chicas soltó aquellas palabras bastante agitada y acalambrada por el frío glacial que hacía afuera.

-No puedo más, Rooskaya... No siento las piernas... -La rubia se llevó una mano al pecho y se recargó al costado de un árbol para tomar una bocana de aire.

-Lena, ya casi lo logramos. Sólo debemos atravesar el bosque. Por favor... Esta es nuestra última oportunidad...

-De acuerdo... Sigamos...

Ambas chicas se tomaron de la mano, se dieron un cálido abrazo que duró menos de lo que habrían deseado y emprendieron nuevamente su camino. Todo el bosque estaba cubierto de varios centímetros de nieve y su atuendo ligero de pants deportivos negros y camiseta gris hacía mucho más complicada su huida, lo único que conseguía mantener sus cabezas cálidas eran los gorros de lana que se había puesto para cubrir sus cabellos. Sin embargo, la luz de varias linternas y el ladrido de los perros tras ellas causó que sus corazones dejaran de latir, no podían estar tan malditas como para que nuevamente consiguieran atraparlas, debían huir de ahí o esta vez las consecuencias por su rebeldía serían mucho peor que la última vez...

-No pueden atraparnos, Natalia, por favor... -Yelena comenzó a llorar mientras era arrastrada por la mano de la rusa entre los arbustos congelados...

-No, no, no lo harán... Lo lograremos... -Jadeó ella entre cortada mente, sintiendo como el frío comenzaba a quemar su garganta, sus fosas nasales y su vista, la cual se sentía demasiado seca.

Ambas continuaron corriendo, arañándose con las ramas de los árboles y hundiéndose en la nieve que comenzaba a quemar sus extremidades... Muy dentro de ellas supieron que no iban a lograrlo cuando los disparos comenzaron a rozar sus cuerpo y los pequeños puntos verdes luminosos de los francotiradores cayeron sobre ellas, las habían alcanzando.

-Dejen de correr... -Una voz gruesa y bastante fría las hizo detenerse a mitad de la oscuridad de aquel bosque.

-¿Quién eres? -Ambas chicas soltaron a la vez en su idioma natal, posicionándose espalda contra espalda listas para luchar por sus vidas.

-La pregunta aquí es quiénes son ustedes y por qué huyen... -La voz de Barnes se hizo notar, saliendo detrás de la oscuridad de un gran árbol para plantarse frente a una de las chicas quien no había bajado sus puños.

-Deben venir con nosotros... -Rogers salió del otro extremo en el que se encontraba Barnes, dejándose ver finalmente.

Ambas rusas ladearon un poco sus cabezas para mirarse con temor y confusión, aquellos dos hombres no eran ninguno de sus entrenadores conocidos, ni mucho menos alguien que perteneciera a la organización, protegidos o mercenarios de Dreykov. Simplemente eran dos extraños a los que habían enviado por ellas y sus semblantes fríos, miradas vacías y complexión robusta no las hizo dudar de que se trataban de dos hijos de puta más que intentarían abusar de ellas... Pero estaban listas para morir antes de que las obligaran a regresar aquel infierno en el que habían crecido.

-No pienso volver...

-Yo tampoco...

Ambas rusas susurraron aún espalda contra espalda, sacando cada una debajo de su ropa un arma que enseguida alarmó a los hombre frente a ellas. Pero fue más su desconcierto cuando en lugar de apuntar en dirección a alguno de ellos, las chicas apuntaron directo a sus sienes... Estaban a punto de cometer una locura... Se iban a quitar la vida...

-¡Alto! -Rogers intentó acercarse, pero ambas mujeres retiraron el seguro de sus armas, haciéndolas sonar en medio de aquel silencio que les congeló la sangre a todos.

💥HAIL HYDRA💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora