💥HAIL HYDRA💥

CAP 26 PERDIMOS

-Vayan por ellos. -Dreykov gruñó furioso del otro lado del intercomunicador, dándole la señal a sus perros para ir por los restos.

El ruso había perdido la comunicación en audio y video a los pocos segundos de que la explosión hubiese detonado bajó el edificio, lanzando su vaso de vodka contra las pantallas que no tradaron el soltar chispas. Todo había quedado en completo silenció y sabía que sólo tendrían al rededor de 10 a 15 minutos para sacar la mercancía robada del perímetro antes de que la primera brigada de civiles o soldados de Hydra hicieran acto de presencia en las ruinas del edificio.

-Malditos incompetentes, debí enviarte a ti, Melina.

El general caminó hasta los controles de mandó de aquella sala para descubrir un tablero que mostraba 6 botones enumerados en ruso, los cuales marcaban 2 en color verde, 2 en color naranja, uno en color rojo y el último no parpadeaba.

-¿Activarás los dispositivos de rastreo? -Melina caminó hasta él y encendió una pantalla que les mostraría la ubicación de las rusas dentro del perímetro.

-No correré un riesgo más. -Dreykov bramó para después presionar los botones que parpadeaban en color verde y detonar una descarga eléctrica que viajaría hasta sus cerebros y las mantendría quietas hasta que sus perros fueran por ellas.

Dreykov no se molestó en presionar los botones naranjas, ya que éstos anunciaban que Irina y Natalia estaban inconscientes mientras que el botón rojo le indicaba que una de ellas estaba muerta, uniéndose así al botón apagado que representaba la ausencia de Viktoria.

-¡Maldición! -Ivanna bramó de dolor entre la oscura nube de polvo que se levantó e inundó todo el territorio al sentir un pinchazo en la nuca que la hizo caer de rodillas, había conseguido alejarse lo suficientemente junto al maletín que resguardaba las pruebas de laboratorio, pero desde su punto podía ver toda la estructura echa pedazos arder.

La rubia no lograba ver absolutamente a nadie más, todo el perímetro estaba cubierto de escombros, llamas, cenizas y cientos de capas de polvo que lastimaban su vista. Sin embargo, a lo lejos su dolor le permitió distinguir un bulto bajo los escombros e intentó levantarse, pero un pinchazo más fuerte la hizo caer hasta revolcarse de dolor sobre la tierra, no se sintió capaz siquiera de abrir los ojos, pero aquella cabellera color marrón le pareció familiar, estaba casi segura que se trataba de Irina.

-Vamos Rooskaya, debes despertar... -Yelena encontró a Natalia debajo de un pedazo de muro que le había caído encima, la pelirroja estaba inconsciente y un hilo de sangre corría de su frente mientras que un gran trozo de piedra tenía presas sus piernas y parte de su torso.

A como pudo Yelena se apresuró a quitarle el dispositivo a la pelirroja de la nuca tal y como lo había hecho anteriormente con el suyo para lanzarlo a la nada y así despistar a Dreykov para después concentrarse en liberarla de aquella prisión. El tiempo estaba corriendo y debían llegar al punto de encuentro que James le había dicho, confiaba en él y sabía que no las abandonaría. Así que ignorando la cortadura que los vidrios de una ventana le habían provocado en el brazo derecho y los cientos de magullones hizo un esfuerzo sobre humano para de a poco ir quitando los escombros que aplastaban a la pelirroja.

La rubia tomó un respiro y percibió el sonido lejano de algunas sirenas aproximarse, el aire había traído consigo aquella alarma así que debía apresurarse cuanto antes. Yelena consiguió liberar a Natalia para después de una bofetada hacerla regresar con ella.

-Por favor, Nat, Natalia. Te asesinaré si nos atrapan. -Palmeó su rostro hasta verla finalmente abrir sus ojos desorbitados y perdidos en la nada.

-Que, dónde, mi pierna... -Pudo balbucear mientras Yelena la tomaba del brazo con fuerza y la hacía sentarse con dificultad, iba tener que arrastrarla si era necesario.