CAP 11 AMIGOS

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-¿Qué te sucede? Haz estado actuando rara toda la semana. -Yelena se dirigió a la pelirroja quién de nueva cuenta iba caminando por el pasillo con la mirada perdida.

-Nada, ¿qué te pasa a ti? Aún estoy ofendida por lo que hiciste y que por cierto no me contaste. Tuve que enterarme por Polina. -Natalia bufó y se cruzó de brazos sin detener sus pasos.

-Esa chismosa... -Gruñó la rubia mientras entraban como de costumbre a la sala de entrenamientos y se enfilaban.

-¿Te gusta? -Ali elevó una ceja de forma sugerente.

-Pffff... Claro que no, sólo fue una tonta broma, pero creo que a Ivanna si que le gusta. -Ambas voltearon a ver en su dirección, recibiendo un dedo medio como respuesta y ojos asesinos.

-Pero el chisme se corrió y ahora Viktoria e Irina se mueren por hacerlo con el bombón rubio. -Yelena sonrió con discreción, esperando ver alguna reacción inusual en ella, pero o hubo nada.

-Patéticas... -Fue su respuesta sin tono o gesto que le diera alguna pista a la rubia.

-Pues a mi me funcionó bastante bien aunque ahora me odie por haber aplastado de orgullo de macho alfa. -Yelena bajó más la voz al ver cruzar a ambos hombre las grandes puertas de la sala.

-No creo que te odie...

-¿A caso no has visto como me ha explotado toda la semana? Hace dos días me molió a golpes sobre el ring. -La miró con ojos indignados.

-Claro que no lo noté, a todas nos han explotado durante toda esta semana. -Respondió en un susurro para después bajar la cabeza y sentir una vez más esa mirada profunda querer atravesar su alma o quizá leer sus pensamientos.

Natalia había estado escabulléndose del Capitán Rogers durante varios días, se concentraba en hacer lo que debía hacer, seguía órdenes y evitaba quedarse sola en cualquier lugar en donde él pudiese atraparla infraganti. En más de una ocasión el rubio intentó acorralarla, pero para su mala suerte siempre sucedía algo que la libraba de sus ojos encendidos y de su capricho por querer apretujarla entre sus brazos y olfatear la dulzura de su piel de nuevo. Sin embargo, hoy después de una larga semana de haber mantenido la distancia obligada, la pelirroja sintió su mirada azul mucho más pesada, podía sentir el calor de sus orbes claros estremecerla y moverse incómoda, su corazón se alteraba y su respiración se agitaba, estaba a nada de caer al vacío de la locura, estaba segura de que no podría escapar para siempre.

El entrenamiento dio inicio como cada mañana, el combate cuerpo a cuerpo no se hizo esperar, hubieron puñetazos, bofetadas, llaves, torceduras de brazos, patadas y hasta mordidas. Los soldados las hicieron jadear hasta que sus músculos temblaran de cansancio, terminando su rutina con una práctica de tiro en la que finalmente se vieron avances, armaron y desarmaron armas y aprendieron un viejo truco para reutilizar cargas de armamento soviético. Sin duda cada día que pasaba las cosas se iban poniendo más pesadas, tenían menos horas de sueño, les daban menos alimentos, y tenían más visitas al laboratorio de las que les gustaría. Mientras que las simulaciones se iban volviendo más complejas y el dolor que les producía las supuestas balas falsas de Dreykov comenzaban a sentirse más reales que nunca, dejando moretones bastante dolorosos sobre sus cuerpos.

-¡Te quedas Romanova! -Rogers la miró con aquellos ojos azules gélidos al final del entrenamiento.

Tanto Irina como Viktoria la miraron con recelo, maldiciendo por lo bajo por el interés que aquel soldado comenzaba a mostrar en Alianovna, ella siempre tenía que obtener la atención de todo el mundo y eso simplemente comenzaba a hartarles.

-¡Andando! -Barnes tomó un arma y simuló apuntar en dirección a Yelena quién se detuvo un segundo para mirarlo como un desconocido demente y después seguir su camino rumbo a la salida igual que el resto de las chicas.

💥HAIL HYDRA💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora