Diario de un Demonio

Día 7: Todas las Cosas Bonitas

Red Pandemonium, domingo, 2:35 PM

Querido compañero diario:

                                        ¿Cómo se llamará ese período de tiempo antes del inicio de una relación romántica? ¿Estupidización? ¿Reblandecimiento cerebral? Tú me entiendes... esos días en los que no te puedes borrar la sonrisa, en los que comienzas a insinuarle a los conocidos que bien podrías empezar a salir con alguien, donde te podrías pasar las 24 horas observando el celular para que no se te escape la notificación más mínima... todo parece más bonito, ¿no crees? Escuchas las canciones de una nueva manera, y casi todas las letras aplican... el tiempo de todas-las-cosas-bonitas, digamos.

Me encontré metida de cabeza en ese período desde que me levanté el lunes para ir a trabajar (agotada, pero feliz). Observé al pobre celular por todos lados, pero seguía silencioso, y funcionando perfectamente. Para el mediodía, estaba prácticamente convencida de que estaba comiéndose los mensajes de Drew, si es que me había escrito alguno. Lo amenacé balanceándolo sobre una de las fuentes, pero la tecnología no es suceptible a esos mecanismos... o eso pensaba, hasta que oí un blip. ~ Acaban de dejar tu almuerzo en la entrada! Apresúrate!. ¿El almuerzo? Eso no tenía ningún sentido... ni siquiera había ordenado. Me acerqué a los guardias de seguridad, y me entregaron un paquete. Aún estaba tibio. Lo abrí con curiosidad, y me encontré una notita:

"Pavo y albóndigas, tal como dijiste. Espero que te gusten.-- Drew"

Ahhh, maravilla. Podría haber bailado como la novicia rebelde en esa colina, con los brazos abiertos... no no, mejor con los brazos cerrados, así no se me caen los sándwiches. Hay un muchacho teóricamente interesado en mí, y en vez de cursilerías florales y peluches, me alimenta. La felicidad. Todas las cosas bonitas.

Te copiaré los mensajes que nos enviamos, para que sea más corto. Hay piezas importantes de información que nos van a servir después. Puedes ir por algo salado también, tanta duzura podría darte caries...

■ Ahhwww gracias!! Estaban exquisitos! No debiste molestarte :)

● No es molestia en absoluto... vi a Rob esta mañana y me dijo que no cenaste anoche... y que te atacó un pez?

Rob Rob Rob, puta madre, Rob. ■ No cené porque no pude pescar mi cena... se empeña en enseñarme, pero los peces me odian. Es cierto, uno me atacó, ya no quiero pescar nunca más

● Yo te enseñaré muy pronto... ¿una cita de pesca es demasiado para tí?

No era mi primera opción para una cita, pero qué demonios... jamás había hecho algo así. Supuse que estaría bien, y si había agua involucrada, mejor.

■ Creo que va a estar bien, tú eliges

● Tal vez tengamos que poner algunas reglas, no quiero que hagamos algo que te disguste

¡Genial! Justo lo que necesitaba. ■ Bien... el hecho de que sean tres citas no significa que vaya a pasar algo en la tercera, ¿verdad?

Supongo que debe haberse reído como loco con ese mensaje. Dos días atrás le había gritado por no querer acostarse conmigo, y ahora estaba jugando a la niña recatada... tenme paciencia, recuerda que no supe lo que le había gritado hasta mucho tiempo después.

● Claro que no, nada que no quieras que suceda

● Cuenta como cita si estamos solos, y si lo acordamos de antemano

Y aquí hay dos cuestiones interesantes: la primera, es un niño listo. Tenemos amistades en común (más de las que suponía, de hecho) y las probabilidades de vernos eran altas, por eso está asegurándose de que si nos cruzamos no lo cuente como cita. Humm. Y segundo... "nada que no quieras que suceda"... ¿significaba que él sí quería? Porque la verdad, si dependiera de mí... ya podía ir quitándose la ropa, siempre y cuando se mantuviera hablando. No soy ciega, y por supuesto que me daba cuenta que era un lindo muñeco, pero con una cara bonita no alcanzaba para verme los calzones. Ahora que si a esa carita le sumas ese vozarrón, bueno... y no pensemos en la amabilidad... y esa naricita tostada... no no, dejémoslo ahí.