Red Pandemonium, sábado, 10:12 AM
Como estaba contándote, llegué a la fiesta y Casey me contó que nos haríamos pasar por bailarinas. No dejaba de pensar a cada instante cómo rayos vamos a hacer para que no nos vean, pero mi inquietud se calmó cuando supe que era una fiesta de disfraces...
¿A que no adivinas de qué nos tocó disfrazarnos? (y no había otra opción para las que pensábamos estar en las barras... era eso o el escenario y no fucking way). Te contaré lo que me pusieron: como primera medida, tuve que cubrirme con una crema llena de brillos dorados que me hacía parecer levemente bronceada. Eso estuvo bien. Luego, me embutieron en un body de algodón color turquesa con dos pequeñas alitas redondeadas detrás. En este punto me observé y quise huir, porque tenía, literalmente, el trasero al aire. Una de las maquilladoras que estaban dando vueltas me pidió que me quedara quieta y me dibujó una nube y un rayo de colores en el glúteo... EN MI GLÚTEO, ¿ENTIENDES?... y una vez listo el dibujo se dedicaron a trenzarme el cabello tan ajustado que sentía como si tuviera las ideas atrapadas dentro del cerebro. Para completar el atuendo me colocaron una peluca con el cabello largo y lacio en los tonos del arcoiris. El flequillo era largo y me cubría parte de la cara, lo que estaba genial. Unos Ray Bans espejados de aviador, botas turquesa hasta la rodilla... y una cola de caballo de arcoiris. Miré a Casey, a quien estaban preparando a pocos pasos, y me sonrió encantada. Está completamente insana.
- ¡Te ves preciosa! - comentó, enfundada en un body amarillo, peluca rosa abultada llena de ondas y alitas amarillas.
- Casey... ¡¡me vistieron de caballo!!
- Tonta no eres un caballo, eres un pequeño pony... y ahora quédate quieta que te faltan las orejas. - La maquilladora me puso una simpática diadema con dos orejitas turquesa, y me dijo que me viera al espejo. Observé la imagen que se reflejaba y me sonreí.
Tengo la mitad del culo al aire y no llegaron a maquillarme bien las pecas.... pero maldición, me veo genial... amo esta peluca multicolor. Luego me enteré que supuestamente estoy disfrazada de Rainbow Dash, que si se ve como yo, debe ser alguna especie de prostituta equina. Al menos soy una entre varias "ponies", todas fuimos designadas para bailar en las barras esparcidas en la casa. Gracias al cielo me tocó estar en el mismo lugar que Casey, de otra manera hubiese salido corriendo a toda velocidad.
Según nos explicó "el organizador" (un hombre siniestro que no recuerdo haber visto antes y que se entretuvo mirando las pinturas en el trasero de todas hasta darme ganas de vomitarle encima), nuestra tarea consistía básicamente en pararnos sobre la barra y bailar. "Si les interesa hacer algún dinero extra con alguno de los muchachos, esperen hasta después de las 3 AM... pro no duden en consultarme primero si quieren que mejore la apuesta". En ese momento me miré los pies para que no viera mi mueca de desprecio absoluto.
Como decía antes, hay algunas cosas que una no quisiera ver. Por ejemplo, miembros de la comunidad que son respetados por tener familias amorosas y perfectas con chicas que podrían ser sus hijas colgadas del cuello. Novios de muchachas que conoces con otras muchachas que no conoces... o que tal vez sí. Drogas por doquier. Alcohol por doquier. No me interesa lo que la gente haga con su vida, oye, no... pero sí la hipocresía. Observaba todo eso mientras intentaba bailar en un espacio de dos metros por sesenta centímetros, sin caer de cabeza en la multitud ni patear gente indefensa comprando tragos. También tuve que luchar con repulsivos que me compraron tragos, intentaron manosearme y metían billetes en mis botas. Esto no es para mí, no aguanto más. Giré y le pedí al camarero que me hiciera el favor de servirme agua. Tomé cinco minutos de descanso que usé para sentarme tras la barra y disfrutar del agua. Casey seguía bailando encantada, probablemente porque le interesa menos que nada lo que la gente piense de ella. Yo no soy así, y estaba francamente aterrorizada de que alguien me descubriera, a pesar del maquillaje, la peluca, las gafas y el rincón alejado de las luces que elegí para bailar. Había pasado más de una hora y no había divisado a Skylar; tampoco Casey a saber por las señas que me hizo. Terminé con mi vaso de agua, y evalué lo absurda que era toda la situación. Salí de detrás de la barra y me encaminé entre medio de la gente hacia los baños. Recibí manotazos y toqueteos de toda forma y color, y doblé algunas muñecas en represalia. Ni bien logré sentarme un segundo y respirar me di cuenta que algo estaba mal... muy muy mal.
Parpadeaba y no lograba enfocar los objetos. La puerta que tenía delante se comenzó a contorsionar y ponerse borrosa. "Me drogaron, qué imbécil soy" pensé horrorizada. Comencé a hiperventilar y a lloriquear del susto, y aunque salí del terror en algunos minutos, no me atrevía a salir del baño. Tienes que sacar a Casey de ahí Demon, YA MISMO. ¿Cómo pude ser tan inocente e imbécil, y soñar siquiera que íbamos a salir bien paradas de ésta?. Gracias al cielo, unos segundos después comencé a oír que llamaban "¿Demon... Demon?" tras la puerta y me animé a salir para encontrarme a Casey, pálida y descompuesta. La abracé y le dije que nos teníamos que ir de ese lugar horrendo ya mismo, y me explicó que se sentía descompuesta. "Creo que nos drogaron... oh santo cielo, lo siento tanto" me explicó, y lloró desconsolada en mi hombro.
Entre las dos no podíamos hacer a una persona con sus facultades intactas, pero salimos del baño prometiéndonos que nadie nos separaría y que si algo extraño sucedía gritaríamos sin parar. Caminamos unos cuantos metros, mirando aterradas a izquierda y derecha, sabiendo que no podríamos ir a buscar nuestras cosas. Mierda, estamos en problemas, grandes, serios y apestosos problemas. Como si hubiera bajado del cielo para ayudarnos, abriéndose paso entre la gente, llegó Creso. Nos miramos estupefactos por un instante, y luego lo tomé del brazo con una fuerza impresionante.
- Ayúdame Ryan, por favor, no nos dejes solas... algo está mal... sácanos de aquí - le dije con un hilito insignificante de voz, tratando de enfocar sus ojos, porque sentí que no iba a poder sostenerme en pie un segundo más.
- Dylan, ¡¿qué rayos haces aquí?! ¿Qué tomaron? ¡Por Dios! - me sostuvo por la cintura mientras me aferraba a su brazo con lo poco de sentido que me quedaba.
Sentí que detrás mío Casey se apoyaba en mi espalda y luego tironeaba de mi brazo. Creso trató de sostenerla también, pero no podía con las dos, y me soltó un instante para tomar a Casey en brazos, que se estaba desvaneciendo. Tragué saliva, y las luces me enceguecieron. Y de pronto vi lo que no debería haber visto jamás en la vida, por ninguna razón.
Estaban semiocultos a un lado, tras unos cortinados. Había una chica pelirroja arrodillada frente a un muchacho sentado a una mesa llena de bebidas. Él le acariciaba el cabello, mirándola lujuriosamente. No necesité ni tres segundos para darme cuenta de que ella estaba practicándole sexo oral con muchísima dedicación. Él llegó al clímax, y mientras le tironeaba el pelo rojo, tiró la cabeza hacia atrás. Y ahí lo ví perfectamente, bajo las luces. Me acerqué tambaleándome, tratando de respirar, y sin poder creer. El cerebro y el corazón estallando en mi pecho.
- ¡¡ERES UNA MIERDA!! ¡¡UNA MIERDA!! ¡¡TE ODIO, IMBÉCIL DE MIERDA!! ¡¡TRAIDOR!!
Intenté darle un cachetazo, pero apenas me podía sostener de pie, y me fui de boca contra la mesa y las bebidas. Sentí cómo los vidrios estallaban en el suelo y bajo mi pecho, y me largué a lllorar como pocas veces en la vida. Ese maldito traidor no me había hecho daño ni mentido jamás, pero ahora se sentía como una espada atravesándome el alma.
Era Robbie. Mi Rob. El Rob de Patricia.
++Demon++
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Diario de un Demonio
Chick-LitDemon es, desde cualquier punto de vista y a pesar de lo que indica su aspecto, un ángel: está ayudando a su mejor amiga Skylar a seducir a un inteligente y divertido chico que conoció a través de internet... el problema es que él cree, sin duda alg...