Día 6: Una Cascada de Vergüenza - Parte II

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Atlanta Botanical Garden, sábado, 17:15 PM

Mi pequeño y encuadernado confidente:

                                                                Déjame decirte que, para redimirme de lo que te conté ayer, no he vuelto a beber prácticamente nada. Tampoco bebía antes, así que tal vez por eso es que las cosas se fueron por el caño tan estrepitosamente... por beber poco. Lo voy a anotar en mi lista de To Do's.

Y vayamos directo a la acción, porque quisiera dejar esto listo... esta noche tenemos nuestra última cita, y ya sabes... estos rulos llevan mucho tiempo para lucir mínimamente humanos.

Me desperté ese domingo en un estado de absoluto aturdimiento. Para serte honesta no recordaba mucho, pero tenía algunos flashes de información:

* Estoy segura de que me comporté como una imbécil

* Estoy casi segura de haber visto a Skylar

* Vomité... sí, creo que vomité

* ¿Drew vendrá por la tarde?         

Salí de la bañera con un dolor de espalda impresionante. Con cinco segundos de observación del estado calamitoso de mi vestido, mis botas oh Dios ya no sirven más y el inodoro tomé dimensión de la borrachera épica que me había puesto encima. Una vez que dejé todo en condiciones tomé una ducha para descontracturarme, me encaminé a la cocina para devorar lo primero que se me cruzara, y de pronto recordé que yo debería estar caminando en una casacada. Miré la hora, y noté que eran las dos de la tarde.

Maldición, realmente la debo haber cagado en grande. ¿Sabes dónde están las pruebas de la ridiculez en estos tiempos modernos? Sí, en el celular. No me atrevía a mirarlo, pero me hice de valentía y encontré llamados de números desconocidos, de Stella, de Pat... de Rob... y de Skylar. Veintitrés llamados en total. Me aterré, pensé "¿habré hecho algo malo?¿Estaré bailando desnuda en youtube?" pero aparentemente seguía en el anonimato. Fiiiuuuuu. Rebusqué entre los mensajes de texto mientras devoraba galletitas de chocolate. Además de los "Estás bien?" y "et amooo eRes mI mjoooramiga" de Pat y Stella, había algunos de Skylar.

"Eres una maldita sucia perra y me las vas a pagar!!! En qué rayos estabas pensando?????? LO ARRUINASTE TODOOOOOO"

"Por suerte pude solucionar el lío que armaste.... eres una idiota pero te perdono"

"Por supuesto que no respondes, debe estar tirándote a Drew!! Mañana quiero que me cuentes cada detalle!! See you XO baby"

 Observé el teléfono sin poder creerlo. Tal nivel de bipolaridad es poca veces visto en tres mensajes de texto enviados en el transcurso de dos horas. Supuestamente me había perdonado, sí, pero por las dudas no me había despertado para viajar. Estaba realmente desorientada, y positivamente descompuesta. No cabía duda de que había hecho un desastre, pero de todas las partes de ese desastre, "tirarme a Drew" no era una de ellas. No pensaba hacerlo ni ebria (lo sé, lo sé...). "Si no quieren llevarme con ellos" recapacité "es porque avergoncé a alguien". Y apostaba mis fichas a que ese alguien era Drew.

¿Cuál era el sentido de quedarme en el apartamento aguardando a que alguien viniera a decirme que era un desastre? Ninguno. Tomé agua, sándwiches, mi bolso listo del día anterior y las llaves del auto. Sí, manejar en ese estado no era lo más confortable, pero pude hacerlo con una gorra, lentes de sol y la música en un volumen bajo. Me tomó un poquito más que lo usual, pero llegué al río Chattahoochee con tiempo de sobra para ver el atardecer y darme un chapuzón. Recibí un llamado de Pat mientras conducía, pidiendo disculpas si había hecho algún lío, porque no recordaba absolutamente nada de la noche. Nos reímos mucho, y decidió venir a pasar la tarde al río también... le llevaba al menos dos horas de ventaja en la carretera, pero no le importó. "Rob me dice que vas a tener que pescarte la cena, Demon". Maldición, Rob... soy horrenda pescando. Por suerte tenía sándwiches.

Diario de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora