Día 21: El que busca, encuentra - Parte III

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Red Pandemonium, domingo, 12:30 PM

Queridísimo diario:

                                Como supondrás, después del terrible golpazo que me di, lo próximo que recuerdo fue despertarme en la sala de emergencias. Tenía gasas y cintas por todos lados, producto de los cientos de pequeños cortes que me hice en los brazos y el pecho; pero nada se compara al corte espectacular de siete centímetros que me hice bajo el mentón. Es como si me hubiese cortado delineando la mandíbula hasta llegar ahí. Me dieron más de quince puntos, y aunque está algo escondido, en las sabias palabras de Bart Simpson "me va a quedar una cicatriz de lujo".

En cuanto me desperté (mareada y con un dolor terrible de garganta) detecté a Rob sentado en una butaca a mis pies.

- ¿Por qué lo hiciste, Rob? ¿Qué diablos pasa contigo?

Tapó su cara con las manos y suspiró. Comenzó a pasarse los dedos por el cabello, mirando el suelo. - Eso no importa, D... cometí un error y le debo explicaciones a Patricia, no a tí

- ¿Que no me debes... explicaciones? ¿Cómo crees que me siento luego de ver a mi mejor amigo con una cualquiera? ¡Estamos preparando tu boda hace meses, idiota! No puedo creer que no tengas ni idea de-

- Ya basta, Dylan, cállate - lo miré pasmada, porque Rob jamás levanta la voz, y mucho menos me manda a callar - la que no tiene ni idea aquí eres tú

Me quedé en silencio observando el techo. Robbie seguía con la cara tapada, agachado. ¿Qué puede hacer que un chico tan bueno arriesgue una relación fantástica de más de diez años por una noche de placer? Demon, no seas boba, tal vez no fue solo esta noche. ¿Por qué no habló conmigo?, pensé, hemos sido amigos desde la infancia. Perdí la confianza de Rob en algún punto y no me di cuenta. Ni un millón de caídas sobre vidrios duelen tanto como notar que tu mejor amigo ya no confia en tí, y es aún peor cuando ese amigo es lo más cercano a un hermano que tendrás jamás. Si tuviera que elegir, en cualquier instante, entre él y cualquiera de mis otras amistades... inclusive entre Pat y Rob, siempre será Robbie. Sin dudarlo. Ayer, hoy y mañana. Ojalá pudieran coserme el corazón como hicieron con el mentón... si encuentran las porciones que me faltan.

- ¿Recuerdas cuando tu mamá te trenzaba en cabello, y luego formaba dos corazoncitos con las trenzas?

Me giré hacia su lado. Estaba concentrado en el techo, con los ojos brillantes y una leve sonrisa, como si en vez de un cielo raso hubiese una ventana para ver el pasado. - Sí, creo... tenía como ocho o nueve... no puedo creer que lo recuerdes

- Ah, preciosa, ése es el punto... que lo recuerdo todo sobre tí D, todo - se le quebró levemente la voz, y le flaqueó la sonrisa - cada vez que te has caído, las muñecas que tenías, las golosinas que te gustan... todas y cada una de las veces que te golpearon y no estuve para defenderte, las noches de pizzas... los imbéciles con los que has salido, todas las veces que... no... que no me atreví...

Ay Señor, no... dime que no no no no no. Esto se está yendo TAN a la mierda. Robbie, espera... cariño... 

Me miró con los ojos llenos de lágrimas, tratando de calmarme con su sonrisa característica. - No te preocupes Dylan, no pasa nada... lo tengo bajo control, pero algunas veces... algunas veces se hace tan pesado que no lo puedo soportar, y necesito dejarlo salir... es como una válvula, necesito aliviar la presión antes de volar por el aire

Comenzó a dolerme la cabeza. Quería gritar, gritar y gritar hasta que no me quedara aire en los pulmones. ¿Cómo se me pudo pasar esto? Te juro que jamás me di cuenta, nunca se me insinuó, o tal vez no lo noté... ¿puedo ser tan tonta? Él sentía cosas por mí, y yo... esto es un desastre épico.

Diario de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora