Día 16: Pastel de Manzana

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Red Pandemonium, lunes, 4:50 PM

Estimado amigo:

                                ¿POR QUÉ NADIE ME DIJO QUE SER MALÉVOLA ERA TAN DIVERTIDO? ¡Siento que he perdido años de mi vida! ¡Años! ¡Cielos! 

Déjame contarte que ya hemos ejecutado la primera etapa del Plan. ¿La ideóloga? Nada más y nada menos... que Pat. Aún no sé por qué detesta tanto a Skylar, pero se le ocurrió algo fantástico. "Trabajemos con lo que tenemos" dijo, concentrada, el miércoles, mientras le acariciaba el lomo a Cosmo. Le conté de los tres suplentes, y me dijo alegre "se me ocurrió algo... tenemos acceso a uno de ellos, el que más le dolerá perder a Skylar".

Así que... fuimos por Conrad. Sí, ya sé, podrá tener sexo con muchos otros, pero nunca más con él. Sacudámosle el barco a Skylar... sólo un poquito.

Patricia sabía que Conrad iba al mismo gimnasio que Rob. No es que escaseen los gimnasios en esta ciudad, pero por alguna regla misteriosa entre muchachos que juegan en equipos amateur de béisbol, todos van al mismo (sí, también Drew). Teníamos solamente tres días para llevar a cabo nuestro plan, así que tuvimos que tomar algunas medidas drásticas.

Pat siguió a Rob al gimnasio todos los días, para "acompañarlo" y "revisar el ambiente... tal vez me inscriba". En realidad no quiere inscribirse, claro está, simplemente quiere encontrarse a Conrad... y sabe muy bien que él entrena ahí los jueves y sábados. Finalmente lo vio llegar. Showtime. Esperó pacientemente a que se fuera a las cintas a correr, y me llamó. Llegué al instante. "¿Los trajiste?", inquirió. "Claro que sí, cariño" respondí sonriente. Estábamos listas para actuar.

Nos dirigimos al mostrador. Patricia le sonrió alegre al chico que atiende, y le sacudió las pestañas. Puso su mejor carita de ángel.

- Discúlpame... tengo que pedirte un favor - hizo la cabeza a un lado - mi prometido Rob olvidó su ropa interior, ¿puedes creerlo? - le sonrió pícara.

El muchacho rió. Le preguntó qué era exactamente lo que necesitaba. - ¿Crees que podría pasar al vestuario a dejar su ropa?

- Yo lo dejaré por tí

- ¡Oh no! No te molestes... yo sé la combinación de su candado, y es algo personal... será un instante - le arrugó la naricita y el chico volvió a sonreírle.

- Supongo que está bien... no vayas a tardarte mucho, me meterás en problemas

- ¡Aahhwww eres tan dulce! ¡Un caramelo! - le guiñó un ojo, seductora... y caminó decidida hacia los vestuarios. 

La acompañé fingiendo que me quedaba observando los trofeos en las vitrinas. Pat se acercó al vestuario, me pidió que vigilara... y salió cinco minutos después muerta de risa. Me invitó a tomar un café frente al parque. Nos sentamos, y le pedí que me contara qué diablos había hecho.

- Le di una pequeña enfermedad...

La miré sorprendida. - ¿Que hiciste... qué? Pat... ¿qué?

- Boba, descuida... ¡es una enfermedad de mentira!

Ahora me siento muuuuuucho, muuuuuuuuuuuuuuucho mejor. - ¿Qué enfermedad? ¡Pat!

Me miró malévola, y hizo una seña para que no me preocupara. - Si te lo cuento, no vas a sonar sincera... pero no te asustes cariño, se la di a Brandon también... 

Voy a tener un ataque cardíaco. Oh no santo cielo esto está fuera de control. - ¿Estás loca? - grité -  ¡Brandon no tiene nada que ver! Y si ellos...

Diario de un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora